Para Estados Unidos, el éxito de las negociaciones multilaterales de comercio a celebrarse en septiembre en Cancún, México, dependerá del compromiso de la Unión Europea (UE) para recortar sus subsidios agrícolas. El bloque europeo afirma lo mismo de Estados Unidos.
El principal argumento que llevará Washington a la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) es que sus subsidios son mucho menores que los de la UE.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el apoyo del gobierno al sector agrícola nacional asciende a 19.100 millones de dólares, en comparación con el tope de ”60.000 millones de dólares de la UE y los 30.000 millones de Japón”.
Por otra parte, ministros de la UE declararon la semana pasada que las concesiones realizadas en junio fueron suficientes y que esperan acciones recíprocas de Estados Unidos.
Las reformas realizadas a la Política Agrícola Común (PAC) de la UE limitaron su presupuesto a 50.000 millones de dólares anuales hasta 2003. Esto implica una reducción de los incentivos para que los agricultores produzcan excedentes para exportación, y su sustitución por un sistema de subsidios fijos por dos años.
Pero estas reformas beneficiarán apenas a un puñado de países no europeos, en especial los productores de cereales y productos lácteos. Los países africanos no obtendrán ninguna ganancia.
”La reforma beneficará a países no europeos relativamente ricos, como Australia, Nueva Zelanda, Indonesia, Argentina y Brasil”, comentó el periódico económico francés La Tribune.
A medida que se acerca la conferencia ministerial de la OMC en Cancún, Estados Unidos aumenta su presión sobre la UE para que modifique su política agrícola.
El presidente estadounidense George W. Bush criticó este mes al bloque europeo en su gira por cinco países de Africa. Los subsidios que ofrece Bruselas a los agricultores europeos ”reducen la capacidad de los agricultores africanos de autoabastecerse de alimentos”, dijo el mandatario.
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick, y la secretaria de Agricultura, Ann Veneman, urgieron a la UE a ”transformar rápidamente la reforma de la PAC en propuestas significativas en la OMC”.
Pero el comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, replicó que ”es el turno de Estados Unidos de reducir considerablemente los subsidios previstos en su Ley de Agricultura” firmada el año pasado.
La norma —similar a la PAC de la UE— incrementó 70 por ciento el apoyo de Washington a los productores estadounidenses, hasta 190.000 millones de dólares para los próximos 10 años.
Pero los productores europeos no se tragan el argumento de Estados Unidos.
En una reunión el 11 de junio con Lamy en Bruselas, los agricultores pidieron a la Comisión Europea que enviara un fuerte mensaje a Estados Unidos y a otros países para dejar claro que la UE llegó al límite de las reformas de la PAC y que no cederá un euro más en la próxima conferencia de la OMC.
”La UE debe exigir a Estados Unidos que ponga todo su presupuesto de susbsidios agrícolas sobre la mesa, incluyendo sus préstamos para fomentar las exportaciones”, afirmó el presidente de la Asociación de Agriculttores Irlandeses, John Dillon.
”Durante 20 años, los estadounidenses nos han castigado e intentado sovacar la PAC en cada oportunidad. Pero a partir de ahora, Europa debe ir a la ofenisva y oponerse a los subsidios estadounidenses”, sostuvo.
El Banco Mundial señaló en un estudio que acabar con los subsidios en todo el mundo —que ascienden a 350.000 millones de dólares— incrementaría los ingresos de los países en desarrollo de 150.000 a 400.000 millones de dólares en cinco años.
El analista de comercio Duncan Green, de la Agencia Católica para el Desarrollo Internacional, sostuvo que este problema debe resolverse cuanto antes. ”Es imprescindible un acuerdo si se espera que la ronda de Doha tenga éxito”, dijo Green a IPS.
Otros analistas señalan que el debate no tendrá resultados positivos por la hipocresía y el doble discurso tanto de las dos partes.
”Contrariamente a su retórica de apoyo al libre comercio mundial, Estados Unidos y Europa siempre subsidiaron sus productos agrícolas”, escribió Susan Rice, ex asistente del secretario de Estado para Asuntos Africanos durante el gobierno del presidente Bill Clinton (1993-2001).
La guerra transatlántica por los subsidios parece no tener fin, e incluso los países miembros de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCED) —que conceden cerca de 1.000 millones de dólares diarios a sus agricultores— están hartos.
El director de la organización no gubernamental Red Económica Interregional, con sede en Kenia, James Shikwati, advirtió que la UE y Estados Unidos ”están participando de un juego peligroso”, y sólo toman esta postura porque temen protestas y manifestaciones de sus propios agricultores si reducen los subsidios.
”Si Estados Unidos y la UE fueran honestos en sus promesas de ayudar a Africa, entonces la cooperación sería la prioridad”, dijo Shikawti a IPS.
”Esto no puede pasar cuando distorsionan los precios internacionales de los precios agrícolas con subsidios o cuando imponen barreras técnicas para excluir a los productos de los países pobres”, añdió.
Se espera que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, uno de los principales críticos de los subsidios, lleve un duro mensaje a la conferencia de Cancún.
”Los países industrializados persisten con sus subsidios agrícolas y tarifas contra las exportaciones de las naciones en desarrollo, perjudicando así la cooperación que tienen con esos mismos países”, señaló Annan días atrás.
Mientras, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Africa advirtió la semana pasada que el aumento de los subsidios de Washington a sus industrias lácteas y de cereales socava los esfuerzos para reducir a la mitad la proporción de pobres en Africa —las que viven con menos de un dólar diario— para 2015, de acuerdo con las Metas del Milenio fijadas por la ONU en 2000.
* Con aportes de Thalif Deen desde la sede de la ONU, en Nueva York.