El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU ya obtuvo casi el total de los fondos que solicitó para Iraq hasta noviembre, pero después de esa fecha, el Ministerio de Comercio del país árabe debería hacerse cargo de la ayuda alimentaria, según el organismo.
”Quisiéramos ayudar al gobierno a cambiar el sistema (de distribución de alimentos) para basarlo en comerciantes privados, y capacitar a las nuevas autoridades para determinar dónde están los grupos vulnerables y darles asistencia”, dijo a IPS Jean- Jacques Graisse, subdirector ejecutivo del PMA.
”Para junio de 2004, todo el sistema debe estar reformado”, instó.
Antes de que Washington y Londres lanzaran el 20 de marzo la invasión para deponer al presidente iraquí Saddam Hussein, 60 por ciento de la población de este país árabe sobrevivía gracias a la asistencia humanitaria extranjera.
En ese entonces, el PMA controlaba la distribución de alimentos a través unos 44.000 centros donde la población recogía sus canastas diarias de alimentos contra el pago de 17 centavos al mes.
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Ahora, el organismo de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) pretende que ese sistema se reanude bajo la autoridad del Ministerio de Comercio para poder dedicarse a su misión de vigilancia.
Cuando Estados Unidos dio por finalizada la campaña militar, el 1 de mayo, ”creíamos que debíamos distribuir alimentos directamente a 60 por ciento de la población, por un período de apenas cuatro meses”, dijo el funcionario en entrevista telefónica.
”Pero dos meses después, nos dimos cuenta de que deberíamos continuar hasta octubre. Ahora esperamos que para noviembre el Ministerio de Comercio de Iraq pueda continuar la tarea, y que nosotros podamos retomar nuestra función de vigilancia”, expresó.
El PMA se encuentra en la situación sin precedentes de tener que alimentar ”a 100 por ciento de la población de un país, con 1.000 toneladas por hora, 24 horas al día y siete días a la semana”, agregó Graisse.
La gran cantidad de alimentos requerida hace de esta operación alimentaria la mayor de la historia, con la participación de 320 funcionarios internacionales y 800 nacionales. En junio, ingresaron a Iraq 25.000 camiones llenos de alimentos para los 27 millones de habitantes.
El PMA elaboró un plan de contingencia para Iraq en diciembre de 2002, cuando la invasión de Iraq parecía inminente.
El 28 de marzo, tras la invasión, el organismo lanzó un pedido de ayuda de 1.300 millones de dólares para financiar una masiva operación alimentaria en Iraq. Luego, aumentó la solicitud a 1.500 y posteriormente a 1.700 millones de dólares.
Unos 535 millones de dólares fueron aportados por donantes, y el resto se cubre a través de contratos negociados dentro del programa ”petróleo por alimentos”, que permitía al antiguo régimen iraquí vender cantidades limitadas de petróleo para adquirir alimentos y medicinas.
El programa, una excepción al embargo internacional contra Iraq levantado el pasado mayo, estará vigente hasta el 21 de noviembre, bajo la supervisión de la ONU.
La principal preocupación es el suministro de alimentos después de octubre. ”El Ministerio de Comercio sabe bien cómo conducir estas operaciones”, pero ”precisa fondos suficientes para pagarle al personal, hacer funcionar la red de distribución pública y transportar los alimentos”, dijo Graisse.
Adnan Pachachi, miembro del nuevo consejo de gobierno interino de Iraq, destacó el desafío que la falta de seguridad representa para la tarea inmediata de distribuir alimentos y reestablecer servicios básicos como el agua, la electricidad, la salud y la educación.
”Existe una forma de poner fin a los ataques y saqueos: asegurar un salario digno a los soldados del antiguo régimen, trabajo para millones de desempleados, y un ingreso mínimo para todos los iraquíes”, dijo Pachachi a la prensa en una conferencia convocada por la Internacional Socialista en Roma, la semana pasada.
Pero esos objetivos están aún distantes y requieren unos 4.000 millones de dólares mensuales, que otros países no están dispuestos a aportar.