AFRICA: La ONU reordena fuerzas para acabar con conflictos

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió reducir el personal de su fuerza de paz en Sierra Leona, fortalecer su misión en la República Democrática del Congo (RDC) y crear una nueva fuerza de intervención para Liberia.

Las tres iniciativas fueron aprobadas en forma simultánea, como parte de una nueva estrategia de la ONU para pacificar un continente que actualmente es escenario de 10 conflictos bélicos. Los que más preocupan al foro mundial son los de Burundi, Liberia, Costa de Marfil, Guinea-Bissau, la RDC y Zimbabwe.

Tras una visita el lunes a la Casa Blanca, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo a periodistas que espera formar una fuerza multinacional con unos 1.500 soldados de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (Ecowas), incluyendo contingentes de Ghana y Nigeria, para poner fin al conflicto liberiano.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ofreció su apoyo a la ONU, pero limitado.

”Le aseguré (a Annan) que nuestra postura (sobre Liberia) es firme. Queremos que Ecowas pueda intervenir y deseamos ayudar a crear las condiciones necesarias para mantener un cese del fuego. El señor Taylor tiene que irse, y entonces participaremos con las tropas”, dijo Bush.

Washington, que la semana pasada envió a Liberia un grupo militar de avanzada para analizar la situación en ese país, exigió al presidente Charles Taylor que renunciara antes de que cualquier fuerza multinacional llegara a Monrovia.

Bush no hizo ninguna promesa concreta de liderar la fuerza internacional de paz para Liberia, como le solicitó Annan, pero admitió que su gobierno estudia cómo ayudar a resolver la crisis en ese país africano con el que Estados Unidos tiene tantos vínculos históricos.

El territorio que hoy es Liberia fue comprado en 1821 por la Sociedad Estadounidense de Colonización, con la finalidad de dar un espacio a los esclavos libertos que comenzaban a ser un ”problema” en Estados Unidos, en especial en el sur.

En 1847, el territorio se declaró país independiente. El nombre de su capital, Monrovia, honra al presidente estadounidense James Monroe (1817-1825).

”Le dije al secretario general que deseamos ayudar, y tiene que haber una presencia de la ONU cuanto antes en Liberia (…) Pero no vamos a integrar fuerzas de cascos azules. Estaremos allí para facilitar el trabajo, y luego nos iremos”, dijo Bush.

Annan calificó de ”deplorable” la situación en Liberia, donde los sangrientos combates entre las fuerzas leales a Taylor y los rebeldes Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD) se extienden por casi todo el territorio y dejaron aisladas a un millón de personas en Monrovia.

”Me parece que cualquier cosa que podamos hacer para mejorar la situación será apreciado por millones de personas, no sólo en Liberia, sino en todo el continente”, afirmó Annan.

El último tramo de la incesante guerra civil de Liberia comenzó en 1999, cuando LURD acusó a Taylor de dictador y lanzó una rebelión en el norte del país. Once de los 15 distritos del país quedaron sumidos en la violencia.

Annan dijo estar seguro de que, ante la intervención de Ecowas, Taylor renunciará, y entonces la fuerza será ”fortalecida con la ayuda de Estados Unidos con y tropas adicionales de Africa occidental”.

Mientras, el embajador de España en la ONU y presidente del Consejo de Seguridad, Inocencio Arias, informó el lunes que los 15 países miembros de ese órgano acordaron ”responder rápido” a la propuesta de Annan de reducir el personal de la misión de paz en Sierra Leona (Unamsil, por su acrónimo en inglés).

Unamsil es con 13.000 soldados la fuerza de la ONU más numerosa, y será reducida gradualmente hasta terminar su misión en diciembre de 2004, aunque podría retirarse en junio de ese año si la situación en Sierra Leona sigue mejorando, señaló Annan.

Los efectivos que ahora están en Unamsil pasarían a integrar la fuerza de paz para Liberia.

La ONU invierte más de 500 millones de dólares anuales para mantener a Unamsil en Sierra Leona, escenario entre 1992 y 2002 de un sangriento conflicto bélico que dejó más de 10.000 muertos y miles de desplazados.

La paz llegó gracias a un acuerdo entre el presidente Ahmad Tejan Kabbah y el grupo rebelde Frente Unido Revolucionario. Sin embargo, algunos rebeldes disidentes continúan la lucha ignorando el acuerdo, La ONU envió la fuerza de paz en octubre de 1999 para fortalecer al gobierno de Kabbah, electo democráticamente.

Mientras, la misión de la ONU en la RDC (Monuc) tiene un trabajo cada vez más difícil para hacer que se respete un cese del fuego acordado en noviembre de 1999.

La guerra en la RDC estalló en agosto de 1998, cuando el entonces presidente Laurent Kabila (padre del actual mandatario Joseph Kabila) ordenó el retiro de las fuerzas ruandesas que lo habían ayudado a derrocar al dictador Mobutu Sese Seko en 1997.

En el conflicto de la RDC intervinieron fuerzas de Angola, Namibia, Chad y Zimbabwe, que respaldaban al gobierno de Laurent Kabila (asesinado en enero de 2001), mientras Burundi, Uganda y Ruanda apoyaban a distintos grupos rebeldes y etnias.

La guerra desplazó a más de dos millones de personas y dejó entre los muertos a unos 10.000 niños soldados. Los combates aún continúan entre diferentes etinas.

La situación actual es especialmente grave en Bunia, en el distrito nororiental de Ituri, donde grupos étnicos se trabaron en un sangriento conflicto por el control de recursos naturales.

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en junio el despliegue de una nueva fuerza de 1.400 soldados, liderados por Francia, para contener los combates en Bunia.

Annan propuso que Monuc pase a tener de los actuales 4.500 efectivos a unos 10.800. ”Creo que estamos teniendo progresos en lo que tiene que ver con la fuerza de paz en el Congo. Pedimos un aumento de tropas y creo que será concedido”, afirmó el lunes.

La organización internacional defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) sostuvo en un informe sobre los conflictos en Africa occidental que el Consejo de Seguridad de la ONU tiene que responsabilizar también a algunos países de Africa que respaldan a grupos rebeldes o a gobiernos corruptos.

”Hace apenas un mes, Costa de Marfil era la gran preocupación. Hoy es Liberia. Esta espiral de violencia en la región tiene que terminar. Hay que encarar a los principales violadores de los derechos humanos en la región y proteger a los civiles”, dijo el director Ejecutivo de la División Africa de HRW, Peter Takirambudde.

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