PALESTINA: Intifada sí, intifada no

Los palestinos discuten si en medio de la negociación con el gobierno de Ariel Sharon ha llegado la hora de poner fin a la intifada, la insurrección popular contra la ocupación israelí.

La polémica creció con la cumbre palestino-israelí- estadounidense de la semana pasada en Aqaba, Jordania, seguida por el rechazo de algunas organizaciones palestinas al llamado a acabar con la intifada y por dos ataques suicidas contra objetivos israelíes en Gaza y Cisjordania, el domingo.

”La intifada debe terminar”, dijo en la cumbre el miércoles el primer ministro palestino Mahmoud Abbas en Aqaba.

Este lunes, Abbas, también conocido como Abú Mazen, reiteró su promesa de reanudar las conversaciones con organizaciones radicales palestinas como el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) para poner fin a los ataques contra Israel, en el marco de la ”hoja de ruta” hacia la paz en Medio Oriente.

”Para nosotros no existe otra alternativa que el diálogo”, declaró.

Las organizaciones armadas palestinas discuten mucho en estos días sobre la utilidad de los ataques suicidas contra objetivos israelíes.

Además, el panorama se complica porque Estados Unidos es, por un lado, blanco de críticas por su sesgo proisraelí, y por otro, su participación en el diálogo representa la mayor esperanza de avance hacia la constitución de un estado palestino independiente.

”Es una elección difícil”, dijo el analista político Enad Jairallah, de Emiratos Arabes Unidos. ”Las organizaciones de resistencia son los que siempre han mantenido la presión sobre Estados Unidos e Israel en su lucha por la independencia”.

La primera intifada, en los años 80, condujo a la firma en 1993 de los acuerdos de paz de Oslo, y la segunda, iniciada en septiembre de 2000, a la actual hoja de ruta y la cumbre de Jordania, en la que participaron Sharon, Abú Mazen y el presidente estadounidense George W. Bush.

Por eso, no está claro ”que la resistencia debería cesar en interés de la paz y de la fundación de un estado”, opinó Jairallah en una entrevista.

La ”hoja de ruta”, denominación del plan de paz de tres etapas elaborado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Rusia, prevé la formación de un estado palestino para 2005.

Pero Israel subrayó que cualquier progreso dependerá de que los palestinos ”detengan la violencia”, comenzando por los atentados suicidas. En Aqaba, Abú Mazen se comprometió a ello y llamó a los combatientes a poner fin a los ataques.

A cambio, Sharon prometió desmantelar los asentamientos judíos en los territorios ocupados y levantar en parte las medidas de seguridad que destruyeron la economía en los territorios palestinos y alteraron la vida cotidiana de su población.

Abú Mazen, promovido por Estados Unidos e Israel por lo que consideran su moderación ante el supuesto apoyo al terrorismo del presidente palestino Yasser Arafat, estuvo cerca de lograr un acuerdo del cese del fuego antes de Aqaba.

Pero el discurso de Abú Mazen de este lunes ”no fue lo suficientemente equilibrado y creó mucha preocupación entre los palestinos”, sostuvo el ministro palestino de Cultura, Ziad Abu Amr.

”Como siempre, la presión de Estados Unidos fue contraproducente. Hicieron que (Abú Mazen) dijera lo que ellos querían que dijera, pero no consideraron las implicaciones en el terreno”, dijo el asistente de Abú Mazen en las negociaciones, Abú Amr, al canal de televisión qatarí Al Jazeera.

El canciller Nabil Shaath estuvo de acuerdo. ”Abbas fue más complaciente hacia Israel que Sharon hacia los palestinos en su discurso. El público lo notó, y Hamas se apresuró a aprovecharlo”, dijo.

Además, representantes de las organizaciones armadas criticaron a Abú Mazen por no mencionar el derecho de los exiliados palestinos y sus descendientes a retornar a las tierras ocupadas o incautadas por Israel.

Mientras, los gobiernos árabes se muestran cada vez más inclinados a apoyar la hoja de ruta, y urgen a las organizaciones armadas a abandonr sus métodos de lucha.

El canciller de Egipto, Ahmed Maher, sostuvo que el apoyo estadounidense a la creación del estado palestino creó una oportunidad real para la paz en la región.

”La intifada alcanzó el punto en que no podrá alcanzar su objetivo, y será explotada contra los derechos del pueblo palestino”, dijo Maher al diario egipcio Al Ahram, en una entrevista publicada el sábado.

Pero la intifada tampoco podrá ser contenida si Israel ”insiste en su política de invasión, asesinato y destrucción” dentro del territorio palestino, advirtió el ministro.

Por su parte, el analista saudita Hussein Shubuski calificó la hoja de ruta de ”palo sin zanahoria” y de ”anestésico temporario hasta las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos”.

El principal motivo del plan es desalentar posibles ataques terroristas en Estados Unidos y en Israel, no acabar la ocupación de tierra árabe.

Pero otros muestran optimismo. El empresario palestino Mahmoud Mansour, radicado en Emiratos, dijo: ”Después de más de 50 años, estamos cerca del estado. Pero no puedo convencerme de que Estados Unidos e Israel lograrán obligarnos a aceptar un estado palestino con Abbas como líder.”

Sin una visión compartida entre las organizaciones palestinas, la próxima etapa del conflicto podría ser no con Israel sino entre los propios árabes. ”La posibilidad de que la intifada se convierta en una guerra civil, aunque remota, no puede ser descartada”, dijo el analista Victor Shalhoub, de Emiratos. (

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