LIBERIA: Incierta calma

Una incierta calma vive ahora la capital de Liberia, luego de que el gobierno acordara una tregua con la principal organización guerrillera del país. En una semana, los combates obligaron a más de la mitad de la población de la ciudad a huir.

Miles de personas entre los 600.000 que huyeron de Monrovia cuando los combates llegaron al distrito comercial de Duala y el enclave pesquero de Krutown, ocho kilómetros al norte de la capital, regresan para calcular el costo de los choques.

Solo unos pocos bancos y comercios abrieron sus puertas, y por pocas horas. Algunos taxis recorren las calles, pero ninguno ingresa a la zona de los combates, dijo a IPS un conductor este jueves.

La tregua alcanzada el miércoles fue alcanzada gracias a la mediación de la Comunidad de Estados de Africa Occidental (Ecowas), bloque que integran 15 países.

Los dos mediadores, el secretario ejecutivo de Ecowas, Mohamed Ibn Chambas, y el canciller de Ghana, Nana Kufor-Addo, mantuvieron una breve reunión con el presidente de Liberia, Charles Taylor, luego de entrevistarse con el líder de los rebeldes, Damani Sekou Konneh, en Conakry.

La organización insurgente Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD), que exige la renuncia de Taylor, atacó Monrovia el 5 de este mes. Los rebeldes cruzaron entonces el puente Saint Paul, 24 kilómetros al noroeste de la capital, hacia Duala. La batalla duró cinco días.

Taylor informó sobre el inicio de los combates ese mismo día, menos de 12 horas después de regresar de Ghana, donde intentó participar en negociaciones de paz con representantes de LURD.

El estruendo de la artillería y de pequeñas armas de fuego impulsó el éxodo de los civiles desde las zonas occidentales de Monrovia.

Los rebeldes lanzaron un ataque aun más agresivo el sábado, a 16 kilómetros de Monrovia, bajo una fuerte lluvia. Las exhortaciones de diplomáticos y mediadores a un cese del fuego fueron infructuosos. Las negociaciones en Ghana se detuvieron abruptamente.

Los combatientes de LURD se retiraron más tarde de las áreas que habían capturado, sobre las que avanzó el ejército regular. Los soldados pidieron a cientos de civiles que se retiraran de sus viviendas para lanzar la operación de búsqueda de insurgentes.

Al finalizar los combates, muchos civiles regresaron a casa para descubrir que habían sido saqueadas. Además, ”montones de personas” —afirmaron testigos— quedaron atrapados en el fuego cruzado.

A medida que las ambulancias recogían heridos y cadáveres por las calles, los sobrevivientes hablaban sobre masacres y la destrucción de millones de dólares en propiedades.

Los rebeldes exigían que Taylor renunciara el miércoles. Pero el mandatario, elegido en 1997, advirtió que su cese prematuro tendría ”desastrosas consecuencias”. ”Charles Taylor fue elegido por 80 por ciento de los votos. Aún cuento con el fuerte apoyo del pueblo”, dijo.

Aterrorizados, muchos habitantes de Monrovia temen que la renuncia del mandatario ocasione un vacío de poder. ”Sus fuerzas quedarán sin control y se sumergirán en una orgía de matanzas, saqueos y destrucción de propiedades”, dijo un activista de derechos humanos en Monrovia.

En la conferencia de prensa, Taylor, de 55 años, anunció que había frustrado una conspiración para derrocarlo mientras se encontraba en Ghana, en la cual involucró al vicepresidente Moses Blah, quien desde entonces está preso.

Los combates han afectado a la mitad de los tres millones de habitantes del país, según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Liberia también alberga a 17.000 refugiados de Sierra Leona y a 38.000 de Costa de Marfil.

El Tribunal Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Sierra Leona solicitó el miércoles a las autoridades de Ghana el miércoles la detención y extradición de Taylor, quien se encontraba allí para negociar un acuerdo de paz con representantes del LURD.

Pero las autoridades ghanesas dejaron ir a Taylor y hasta le proveyeron un avión para que volviera a Liberia.

El gobierno de Ghana arguyó que no recibió a tiempo el pedido del tribunal, que investiga los delitos cometidos durante la sangrienta guerra civil librada en Sierra Leona entre 1992 y 2002.

Se esperaba que Taylor y el LURD alcanzaran en Ghana un cese del fuego, que incluiría el despliegue de una fuerza internacional de paz y el desarme de los bandos en pugna.

Taylor, que asumió la presidencia de Liberia en 1997 luego de ocho años de guerra civil, fue señalado en marzo por el tribunal como responsable de crímenes de guerra en Sierra Leona, donde al parecer colaboraba con el insurgente Frente Unido Revolucionario (RUF), enfrentado con el gobierno entre 1992 y 2002.

El tribunal constató que Taylor entrenaba a miembros del RUF y les suministraba armas a cambio de diamantes, pero no hizo pública su acusación porque esperaba el momento en que el presidente liberiano saliera de su país y pudiera ser así detenido y extraditado. Pero todo se arruinó.

”Ahora esperamos otra oportunidad, cuando el señor Taylor vuelva a salir de su país. Obviamente no estará dispuesto a a extraditarse a sí mismo”, dijo el jueves el sectretario del tribunal, Robin Vincent.

El fiscal, David Crane, dijo a periodistas que el presidente liberiano es ahora ”un criminal de guerra fugitivo”, y pidió la colaboración de la comunidad internacional para su detención.

La acusación contra Taylor ”significa una declaración de guerra. El pueblo liberiano no lo aceptará”, afirmó un portavoz de Freetown en las conversaciones en Ghana. Otro portavoz dijo que Monrovia ”no reconoce la autoridad del tribunal”.

El tribunal también investiga desde marzo a los señores de la guerra Foday Sankoh e Issa Sesay, del RUF, y a Sam Hinga Norman, líder de la milicia progubernamental Kamajors.

El último tramo de la incesante guerra civil de Liberia comenzó en 1999, cuando LURD acusó a Taylor de dictador y lanzó una rebelión en el norte del país. Once de los 15 distritos del país quedaron sumidos en la violencia.

Taylor estudió en Estados Unidos. Regresó poco después de que el sargento Samuel Doe tomara el poder en Liberia en 1980. Luego fue nombrado director de la Agencia General de Servicios, cargo desde el cual controló la mayor parte del presupuesto del país.

Doe lo acusó de malversar 900.000 dólares, y entonces se vio obligado a huir a Estados Unidos. Taylor, pese a negar las acusaciones, fue enviado a una prisión en el nororiental estado de Massachusetts ante un pedido de captura de parte de Liberia.

En circunstancias nunca aclaradas, Taylor logró escapar y huyó a Costa de Marfil para desde allí iniciar en 1989 una guerra civil que derrocaría el gobierno de Doe en 1997.

Liberia, país fundado por esclavos estadounidenses liberados en 1847, ya tuvo 13 conferencias de paz, y la población todavía vive en medio de combates. (

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