La policía de Irán se comprometió a poner fin a las protestas estudiantiles desatadas esta semana, que, según el gobierno islámico, han sido organizadas por lacayos y mercenarios de Estados Unidos.
Medios de comunicación estatales advirtieron que las protestas signadas por la violencia en que han participado miles de personas, iniciadas el martes de noche por unos 200 estudiantes de la Universidad de Teherán, han sido utilizadas por secuaces de Estados Unidos.
Tanques y ametralladoras ya no tienen efecto y liberar a los presos políticos fueron algunas de las consignas entonadas durante las protestas, al igual que cánticos contra el líder religioso supremo del régimen islámico, Alí Jamenei, el conservador acusado de bloquear las reformas prodemocráticas.
Jamenei dijo en un mensaje emitido por la televisión estatal este jueves que el malestar estudiantil fue alimentado por Estados Unidos, que acusa a Irán de refugiar a terroristas, de interferir en Iraq y de desarrollar armas nucleares, y por canales de televisión satelitales.
El gobierno no tendrá ninguna lástima por los mercenarios del enemigo, advirtió.
Por su parte, el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanjani recomendó este viernes a los jóvenes que se expresen, pero teniendo cuidado de no caer en la trampa que les tendió Estados Unidos.
El jefe de la gubernamental Guardia Revolucionaria Alí Mohammadi espera más protestas.
Mantener la movilización estudiantil hasta derrocar al régimen es la agenda de grupos opositores dentro y fuera del país, instigados por sus lacayos dentro y fuera del país. Pero los reprimiremos. Les daremos una buena lección a estos mercenarios de Estados Unidos, dijo Mohammadi.
Las multitudinarias manifestaciones estudiantiles de esta semana en Irán reflejan la inquietud reinante en la juventud ante la falta de reformas en este Estado islámico.
El taxista Mehrdad Meshkini, de 40 años, pronosticó que esta especie de levantamientos esporádicos llevarán algún día a la implosión de todo el sistema.
Por su parte, el cajero de banco Alí Akbari afirmó que los estudiantes tienen derecho a protestar, pues no hay perspectivas para ellos y, mientras tanto, no tienen nada que perder.
Algunos estudiantes se manifiestan molestos con la decisión gubernamental de cerrar los campus en las vísperas del cuarto aniversario de las protestas del 9 de julio de 1999, con el fin de evitar manifestaciones opositoras.
Las manifestaciones de 1999 se desataron luego del cierre de la revista Salam (Hola) por decreto judicial. Diferentes grupos políticos se unieron a las protestas iniciadas por estudiantes de la Universidad de Teherán.
Entonces se registraron los peores choques con la policía desde la Revolución Islámica triunfante en 1979. Cientos de estudiantes fueron arrestados, y al menos uno murió.
Las autoridades piden ahora a los estudiantes que no reiteren la experiencia de 1999, pero éstos, al parecer, planean celebrar el aniversario con grandes actos opositores.
Algunas personalidades reformistas lamentan algunas señales de extremismo entre los jóvenes, muchos de ellos nacidos después de 1979, que piden apertura política y libertad de prensa.
El proceso prodemocrático quedó bloqueado por divergencias entre los reformistas liderados por el presidente Mohammad Jatami y el líder religioso Jamenei, quien controla el Poder Judicial, entre otras instancias políticas clave.
Ya le hemos advertido a Jamenei que si no alienta cambios democráticos drásticos no solo estará en peligro la supervivencia del régimen sino también la integridad territorial del país, dijo el secretario general del movimiento nacionalista religioso Azali (libertad), Ebrahim Yazdi.
El dirigente se refería a la carta abierta a Jamenei publicada el mes pasado y firmada por 250 políticos reformistas y otras figuras, en la que se proponía acelerar el ritmo de las reformas.
El clamor reformista se ve alentado por indicadores sociales como el desempleo, que asciende a 35 por ciento de la fuerza de trabajo. Cuando me gradúe el año próximo de ingeniero electrónico, no habrá trabajo para mí, dijo el estudiantee Ruzbeh Ahmai, de 22 años.
Esas frustraciones figuran entre otras muchas que desembocaron en las protestas de esta semana.
Incluso algunos dirigentes conservadores creen que estas protestas no serán las últimas. El malestar social es inevitable, de un modo u otro, y en menos de un año habrá protestas en diferentes ocasiones, dijo el dirigente de la Asociación de Abogados Mahmoud Kashani.
Pero las manifestaciones no causarán la caída del régimen, afirmó Kashani, dos veces candidato a la presidencia del país.
Las últimas manifestaciones estudiantiles se registraron el año pasado, cuando protestaron contra la sentencia a muerte —luego anulada— de un profesor universitario reformista que había cuestionado el papel de los clérigos en Irán.
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