La mayoría de las 2.000 muertes estimadas que provocó la última ola de calor en India pudieron evitarse a través de medidas simples para proteger a los más vulnerables, dijeron expertos en salud pública.
Una simple recomendación al público sobre precauciones comunes contra la deshidratación e insolación hubiera sido suficiente para prevenir cientos de muertes, afirmó la médica y activista de salud pública Mira Shiva.
Asimismo, muchas de las casi 1.500 muertes ocurridas en el meridional estado de Andhra Pradesh, el más afectado, fueron resultado no sólo de la deshidratación, sino también del consumo de agua contaminada, sostuvo Shiva.
Luego de tres semanas de intenso calor, el sur de India recibió el pasado fin de semana el alivio de las lluvias monzónicas, pero para muchos, las precipitaciones llegaron demasiado tarde.
Cada año, más y más personas mueren por olas de frío seguidas de olas de calor. Sin embargo, no existe una sola agencia del gobierno central que controle el número de muertes por temperaturas extremas, que varían desde el punto de congelación hasta 50 grados centígrados, lamentó P.V. Unnikrishnan, experto en gestión de desastres del Movimiento Popular de la Salud.
Es difícil hacer que algún organismo gubernamental asuma aun una responsabilidad mínima por las muertes por temperaturas extremas, simplemente porque no se ajustan a su definición de desastre, agregó Unnikrishnan.
Una agencia que podría hacerse cargo es la Oficina Nacional de Gestión de Desastres, perteneciente al Ministerio de Agricultura, pero las olas de calor y de frío no están incluidas en los desastres naturales, observó R.K. Singh, director del organismo.
Singh explicó que la función de su oficina se limita a ayudar a los distintos estados a hacer frente a desastres tales como ciclones, terremotos, inundaciones y sequías, y atribuyó a los gobiernos estaduales la responsabilidad de atender las necesidades de los ciudadanos en caso de temperaturas extremas.
Los pedidos al gobierno central del ministro jefe de Andhra Pradesh, Chandrababu Naidu, para clasificar las olas de calor como calamidades naturales no han obtenido respuesta hasta ahora.
Además, autoridades centrales y estaduales no manifestaron siquiera disposición para registrar las muertes que ocurren cada año por temperaturas extremas, porque la mayoría de las víctimas son personas pobres y marginadas, sostuvo Unnikrishnan.
Ni siquiera la prensa es sensible al problema. A diferencia de lo que ocurre en casos de ciclón o terremoto, no se publican imágenes dramáticas en las primeras páginas de los diarios ni en la televisión, que puedan conmover al público, señaló.
Mientras, las personas con mayores ingresos se protegen solas, sin esperar la ayuda del gobierno, a través de aparatos de aire acondicionado y humidificadores disponibles en el mercado.
Miembros de organizaciones de socorro dijeron estar mejor preparados para prevenir muertes por las olas de frío que azotan al norte de India en diciembre y enero que por las olas de calor, que suelen afectar a la mayor parte del país en mayo y junio.
En invierno, distribuimos entre los pobres frazadas que obtenemos de otros países, pero hacer frente a las olas de calor es más complejo. El problema es tan amplio que no sabemos por dónde empezar, declaró Jayant Kumar, portavoz del grupo Ayudantes de la Iglesia para la Acción Social (CASA).
Según Kumar, el gobierno debería tener una política para las olas de calor que incluya la facilitación de refugios, agua potable y medidas de higiene, así como atención médica de emergencia para los afectados por golpes de calor.
Por lo menos, debería advertir a la gente que permanezca puertas adentro durante las olas de calor, además de proveer información básica. Después de todo, son medidas con un costo mínimo, concluyó. (