El comportamiento de la economía en el comienzo del milenio ha sido decepcionante para gran parte de los países en desarrollo, forzados en algunos casos a un retroceso general, observó la ONU en su informe económico y social de este año.
Sólo 16 naciones en desarrollo lograron en 2002 un aumento de producto por habitante superior a tres por ciento. Esos 16 países suman 46 por ciento de la población mundial, porque entre ellos están los dos gigantes asiáticos: China e India.
En razón de sus tasas de rápido crecimiento poblacional, los países en desarrollo necesitan un incremento del producto más acelerado que las naciones industrializadas para lograr progresos en el bienestar promedio de sus habitantes.
Además, los porcentajes elevados de aumento del crecimiento deberían mantenerse de manera continuada durante un largo periodo, para lograr que en 2015 la proporción de la población mundial que vive con menos de un dólar por día sea la mitad que en 1990, subrayó la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Esa reducción de la proporción de pobres extremos es una de las llamadas Metas del Milenio del foro mundial.
La consecución de esas metas se ha visto comprometida debido al bajo creciemiento económico, reconocieron los autores del estudio.
El pronóstico de esos expertos es que el producto interno bruto (PIB) de Africa presentará una leve mejora en 2003, y una mayor en 2004.
Los aumentos de precios vaticinados para casi todos los productos básicos exportados por naciones africanas fortalecerán sus ingresos comerciales y sostendrán el crecimiento del PIB en muchos países del continente, explicaron.
La mayor parte del crecimiento observado en Africa subsahariana durante 2002 se basó en factores internos, pues gran parte de los países de esa región se beneficiaron por aumento de producción agrícola, baja inflación y significativo avance de sectores no agrícolas.
Los efectos de esos factores positivos pueden perduran durante 2003 y 2004, vaticinó la ONU.
La demanda externa a países de Asia oriental aumentó con lentitud en el primer trimestre de 2003, y el pronóstico de crecimiento de esa región para el resto del año fue corregido a la baja debido al brote de síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).
De todos modos, el aumento del PIB de Chino, donde se identificó por primera vez el SRAS, se aceleró a comienzos de 2003, debido a expansión simultánea de la demanda interna y las exportaciones, y las perspectivas de crecimiento alto se mantienen para este año y 2004.
El panorama a corto plazo para Asia del sur se presenta positivo, con perspectivas de crecimiento sostenido también por demanda interna y externa.
En Asia occidental se registró un crecimiento modesto de la economía en 2002, a causa de la disminución de la producción en la mayoría de los países petroleros y de la caída de inversiones extranjeras directas, de ingresos del turismo, del consumo y de la confianza de inversores, debido al conflicto entre Israel y Palestina y la invasión de Iraq.
La reconstrucción de Iraq aportará algún estímulo adicional a la región, pero el crecimiento en los demás países petroleros será modesto según la ONU.
América Latina se recupera poco a poco de su crisis de los últimos años, a pesar de las restricciones que imponen las debilidades del escenario internacional y los problemas políticos y económicos internos de varios países.
Pero el crecimiento latinoamericano aún depende en gran parte del flujo de capitales externos, que es muy débil aunque las inversiones extranjeras directas continúan representando la principal fuente de financiación externa.
La ONU interpreta que las perspectivas de los países del Sur en desarrollo dependen de la aplicación del programa de desarrollo adoptado por la comunidad internacional en distintos foros, y en especial en la IV Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, realizada en Doha en noviembre de 2001.
Pero el director interino de la división de análisis económico de la Comisión Económica para Europa (CEE) de la ONU, Dieter Hesse, destacó que se han cumplido los plazos para negociaciones comerciales acordados en Doha, sin alcanzar avances.
El experto resaltó la importancia de las negociaciones referidas al acceso a medicinas en países pobres, la liberalización del comercio agrícola, el tratamiento especial y diferenciado para los países de menor poder económico, y la aplicación de resoluciones anteriores dictadas en beneficio de las naciones en desarrollo.
La ONU sostuvo en su informe que el proceso de Doha no debe enfocarse como una negociación comercial, sino como parte de una asociación para impulsar el desarrollo.
Hesse aludió a la necesidad de que los países en desarrollo contribuyan con su aporte al fortalecimiento del crecimiento en el mundo.
La depreciación del dólar, y la vigorización apenas moderada del crecimiento de las inversiones en Europa y Japón, presentan la amenaza de que la recuperación mundial no será sustentable en 2004 sin el concurso de otras regiones, explicó Hesse.
El funcionario presentó el informe que será discutido la semana venidera en Ginebra durante la reunión del Consejo Económico y Social de la ONU.
Ese informe, sintetizó Hesse, expone que el comportamiento de la economía mundial durante la primera mitad de este año ha sido decepcionante. Por eso, los pronósticos de crecimiento para 2003 y 2004 han sido revisados con una tendencia a la disminución.
Ahora se espera que la economía mundial crezca sólo dos por ciento en 2003, una cifra similar a la registrada el año anterior. Para 2004 se prevé una expansión de tres por ciento.