Estados Unidos trata de bloquear una reforma de la estructura de gobierno del Banco Mundial que aumentaría la representación de países en desarrollo en la junta directiva, denunció una ONG británica.
La representante de Estados Unidos en la junta, Carol Brookins, pidió suspender por falta de consenso una reunión informal de directores que se realizaría el próximo lunes, advirtió Bretton Woods Project, un grupo que vigila las actividades del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
”Esta negativa de Washington a discutir propuestas de reforma para equilibrar el gobierno del Banco y el Fondo fortalece el argumento de que estas instituciones son meros instrumentos de los países ricos”, dijo Alex Wilks, coordinador de Bretton Woods Project.
La oficina de Brookins no quiso hacer comentarios al respecto.
Organizaciones no gubernamentales (ONG) y países en desarrollo han reclamado por más de una década la reforma del sistema de gobierno del Banco para que esos países tengan más voz, con miras a promover un mayor sentido de responsabilidad y legitimidad de la institución y sus operaciones.
El Banco Mundial tiene una Junta de Gobernadores que está compuesta por todos los países miembros, pero el órgano ejecutivo es la Junta de Directores Ejecutivos, presidida por el Presidente del Banco, que lleva a cabo las operaciones generales y decide la aprobación de los créditos.
Actualmente, los directores ejecutivos de países industrializados controlan cerca de 60 por ciento de los votos.
Estados Unidos, con casi 20 por ciento de los votos, puede vetar cambios en la carta constitutiva del Banco, porque requieren una mayoría especial de 85 por ciento de las acciones con derecho a voto.
Por otra parte, los 46 países miembros de Africa subsahariana, la región más pobre del mundo, controlan apenas un pequeño porcentaje de los votos y, entre todos, tienen apenas dos directores en la junta directiva del Banco y del FMI.
El Banco Mundial es la mayor fuente de créditos para el desarrollo. Cada año, ofrece 20.000 millones de dólares en créditos y garantías.
En respuesta a los reclamos de reforma, que fueron planteados en marzo de 2002 en la Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo, celebrada en Monterrey, México, la junta ejecutiva del Banco discutió medidas al respecto, según un documento interno de 15 páginas que obtuvo Bretton Woods Project.
El memorando destaca que ”existe voluntad política” para las reformas y plantea varias opciones que no implicarían modificaciones a la carta constitutiva, y por tanto no podrían ser bloqueadas por Estados Unidos.
Entre los cambios propuestos figura el aumento del porcentaje de acciones con derecho a voto de los países en desarrollo del actual 39 por ciento a 44,3 por ciento, y el incremento del número de directores ejecutivos de Africa subsahariana de dos a tres.
Pero Brookins hizo circular otro memorando en el que manifestó su oposición a la discusión sobre reformas estructurales, y en cambio propuso crear un fondo para otorgar a los directores ejecutivos de países en desarrollo capacidad adicional de investigación.
Esa medida no tendría ninguna implicación importante sobre la forma de funcionamiento del Banco, señaló Pam Foster, coordinadora del grupo Halifax Initiative Coalition.
”Este ejemplo de un gran país imponiendo su peso sobre instituciones internacionales demuestra precisamente por qué son necesarias las reformas”, concluyó Wilks.