DERECHOS HUMANOS-EEUU: Política migratoria es proterrorista

Las medidas tomadas por el gobierno de George W. Bush contra los inmigrantes árabes y musulmanes luego de los atentados terroristas de septiembre de 2001 aumentaron la vulnerabilidad de Estados Unidos, advirtieron ex funcionarios y expertos.

La detención de más de 1.200 inmigrantes tras los ataques fue particularmente abusiva, según el informe presentado este jueves por el Instituto de Políticas sobre Migración (MPI) con sede en la capital estadounidense, integrado por expertos del gobernante Partido Republicano y del opositor Partido Demócrata.

”Arrestar a una gran cantidad de no ciudadanos (…) solo da a la nación una falsa sensación de seguridad”, indica el estudio, titulado ”El desafío de Estados Unidos: Seguridad doméstica, libertades civiles y unidad nacional después del 11 de septiembre”.

La pretensión del gobierno de calificar de terroristas a algunos de los detenidos eran simplemente erróneas, indica el informe de 165 páginas. ”Las únicas acusaciones formalizadas contra (esos detenidos) fueron, en realidad, por violaciones (a normas) migratorias o por delitos comunes”, agrega.

”Muchas de las políticas adoptadas luego del 11 de septiembre (de 2001) son un intento de usar la inmigración” como tiro por elevación contra el terrorismo, dijo Vincent Cannistraro, jefe de Operaciones Antiterroristas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) durante el gobierno del republicano Ronald Reagan.

Cannistraro integra la junta asesora del MPI y colaboró con la redacción del informe.

”No hemos aprendido nada sobre prevención del terrorismo en Estados Unidos, pero hemos intimidado, antagonizado y alienado a muchas comunidades. Lo que tratan de hacer el FBI (Buró Federal de Investigaciones) y otras agencias es contraproducente”, agregó Cannistraro, experto en antiterrorismo.

El mayor daño ocasionado por la campaña antiterrorista del gobierno de Bush fueron las duras medidas tomadas contra comunidades árabes y musulmanas estadounidenses, según el informe.

Los programas consistentes en ordenar un registro especial a los hombres originarios de ciertos países implementados e año pasado desalentaron la cooperación de esas comunidades con las agencias de seguridad estadounidense.

Es que esas medidas no sirvieron para luchar contra el terrorismo, pero sí para atrapar a quienes han cometido pequeñas infracciones de las leyes migratorias, según los expertos del MPI.

Al mismo tiempo, el sentimiento de ajenidad y de persecución sentido por las comunidades árabes y musulmanas después del 11 de septiembre tuvieron efecto positivo —aunque no buscado— de reafirmar la identidad de esos grupos estadounidenses, indicó Muzaffar Chishti, experto del MPI y coautor del informe.

”La experiencia de las comunidades musulmanes y árabes luego del 11 de septiembre es, de muchas maneras, la historia impresionante de una comunidad que primero se sintió intimidada, pero luego comenzó a afirmar su lugar en el cuerpo político estadounidense”, observó Chishti.

Los únicos avances en la identificación y arresto de terroristas de verdad fueron consecuencia de un trabajo policial y de inteligencia muy tradicional, así como de la cooperación con agencias extranjeras. Ninguna iniciativa contra los inmigrantes dio frutos en la guerra contra el terrorismo,s egún el estudio.

El informe presentado este jueves incluye la más completa compilación de individuos detenidos a raíz de los atentados del 11 de septiembre, así como sus experiencias.

Los nombres de los expertos que revistan en el MPI garantizan que el informe será tomado muy en serio por el gobierno de Bush.

En la junta asesora del instituto figuran los dos últimos comisionados del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS): James Ziglar, que participó en la actual administración, y Doris Meissner, la coautora del informe, quien encabezó la oficina en la presidencia de Bill Clinton (1993-2001).

Además de Cannistraro, participan en la junta del MPI Mary Jo White, ex fiscal del distrito federal del sur de Nueva York con fama ganada en varios casos contra terroristas.

El informe indica que la mayoría de los detenidos, al contrario que los secuestradores de los aviones con que se cometieron los atentados del 11 de septiembre de 2001, tenían importantes vínculos en Estados Unidos y estaban arraigados en las comunidades nacionales.

Casi la mitad de los arrestados que pudieron ser entrevistados por MPI para el informe habían vivido en Estados Unidos por al menos seis años y tenían familia en este país.

”Creemos que es posible usar las medidas migratorias con más eficacia para defendernos del terrorismo, al mismo tiempo que protegemos las libertades fundamentales que constituyen el cnetro de la identidad estadounidense”, afirmó Meissner.

Los últimos periodos en que se dispusieron fuertes medidas gubernamentales contra los inmigrantes en Estados Unidos coincidieron con supuestas crisis de seguridad nacional, como las campañas anticomunistas tras la primera guerra mundial y la de los años 50, conocida como maccarthismo.

En esos casos, como en el actual, se trató de seguir ”el camino de menos resistencia”, explicó el profesor de Derecho David Cole, de la Universidad de Georgetown, quien también participó en el informe.

De todos modos, Cannistraro advirtió que las medidas contra los extranjeros tuvieron un efecto muy negativo en los países de origen de los inmigrantes.

”Pintamos un retrato de nosotros como una sociedad rígida y sesgada que realmente cree en el choque de civilizaciones”, y el fiscal general de Estados Unidos, John Ashcroft, es especialmente responsable, afirmó el ex funcionario.

”Nos sirve muy mal en el extranjero. Le suministró municiones a algunos de los fieros imanes (clérigos musulmanes) que alientan a los jóvenes a sacrificarse”, sostuvo.

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