AMBIENTE-VENEZUELA: Lluvias devastadoras tras sequía inclemente

La muerte y la zozobra atormentan a Venezuela debido a las lluvias, inundaciones y deslaves que se abaten tras un largo asedio de sequía, sed, incendios de vegetación y amenazas de racionamiento eléctrico.

Una semana de intensas lluvias en la zona de Pueblo Llano, en el occidental estado de Mérida, provocó la muerte de 17 personas, la desaparición de otras 16, varias decenas de heridos y pérdida de viviendas, enseres y sembrados.

El gobernador de Mérida, Florencio Porras, declaró en emergencia el área, a 600 kilómetros de Caracas, debido a los destrozos provocados por los deslaves en el piedemonte (falda) de la cordillera de los Andes, donde se desbordaron el río Santo Domingo y varios de sus pequeños afluentes.

Porras pidió auxilio para los damnificados al gobierno de Hugo Chávez, al ejército y a la organización humanitaria Cáritas, de la Iglesia Católica.

”Mantenemos la búsqueda de los desaparecidos, entre quienes hay varios niños, niñas y jóvenes”, aunque ya haya pasado una semana de los primeros deslaves, dijo a IPS por teléfono el gobernador Porras.

”También pedimos cooperación nacional e internacional para construir rápidamente 110 casas para familias que lo perdieron todo”, agregó.

El arzobispo de Mérida, monseñor Baltasar Porras, comentó que ”una porción de terrenos entre los ríos Santo Domingo y Mitisús sepultó a familias enteras”, por eso ”deberemos declararla camposanto, para que los familiares puedan llevar una flor, una vela y orar por sus seres queridos”.

Más al sur de Mérida, las autoridades de los estados de Táchira y de Apure, fronterizos de Colombia, declararon en ”alerta amarillo” todas las áreas de piedemonte bañadas por ríos tributarios del Orinoco, que abarcan miles de kilómetros cuadrados.

Hacia el norte, el río Boconó, que baña varias poblaciones andinas, se encuentra en su nivel crítico, explicó el director nacional del Servicio de Protección Civil, Alberto Rivero.

”Necesitamos reforzar los diques y monitorear (hacer un seguimiento) minuto a minuto los caudales de los ríos, para ejecutar oportunamente desalojos preventivos”, indicó.

En Apure se vigilan estrechamente los ríos Sarare y Arauca, que nace en Colombia, ”para evitar que se repitan desastres como los ocurridos el año pasado en las poblaciones de Guasdualito y Elorza”, también en este estado, dijo Rivero.

En julio de 2002 se inundó 80 por ciento de Guasdualito, una localidad de 40.00 habitantes ubicada a pocos kilómetros de la ciudad colombiana de Arauca, en los llanos altos del Orinoco, causando la muerte de cuatro personas y a 30.000 damnificados de distintas formas.

Las peores lluvias en 100 años en Venezuela se registraron en diciembre de 1999 en el litoral del mar Caribe vecino a Caracas, con deslaves que causaron más de 10.000 muertes y destruyeron gran parte de las construcciones de las zonas balnearias.

Las nuevas lluvias llegan cuando los venezolanos todavía están bajo el impacto de una prolongada sequía en toda la región norte- costera, donde viven dos tercios de los 23 millones de habitantes del país.

La sequía en esa región avivó incendios de vegetación que devastaron miles de hectáreas en parques nacionales y zonas protectoras de ríos y embalses.

Incluso el martes, después que las primeras lloviznas sobre Caracas anunciaron la llegada tardía de la estación lluviosa (normalmente de mayo a octubre), un incendio consumió varias hectáreas de vegetación en el fuerte Tiuna, una extensa repartición militar al sudoeste de la capital.

La escasez de lluvia desde 2001 sobre el embalse de Camatagua, al norte de las llanuras centrales y que provee agua a los cuatro millones de caraqueños, redujo progresivamente el suministro del líquido potable a la ciudad de 17.000 litros por segundo a 7.500 en la actualidad.

La empresa estatal Hidrocapital implantó un régimen de racionamiento para las urbanizaciones y barriadas de la ciudad, ante lo cual cada una queda sin el servicio durante dos o tres días a la semana.

”Mantendremos el racionamiento hasta noviembre aunque llueva regularmente de aquí en más, para permitir que Camatagua se recupere, pero podríamos suavizar el régimen”, dijo la presidenta de Hidrocapital, Jacqueline Farías.

El embalse debería guardar 1.200 millones de metros cúbicos de agua y llegó en las últimas semanas a un nivel crítico de apenas 200 millones.

La sequía también afectó por varios meses la sudoriental región de Guayana, cuyo río Caroní alimenta la gigantesca represa hidroeléctrica de Guri, con capacidad de 10.000 Megavatios, es decir, dos tercios del consumo nacional de electricidad.

Las autoridades habían alertado sobre la posibilidad de apelar a un racionamiento de electricidad en caso de que la sequía prolongada forzase la paralización de varias turbinas en Guri, que también vende electricidad al extremo norte de Brasil.

Sin embargo, ahora llueve en el sur venezolano y la preocupación se invierte ante la posibilidad de que los ríos afecten poblaciones en sus riberas.

El Servicio de Protección Civil ha colocado un ojo sobre el flanco norte y nordeste. ”El Centro de Huracanes de Miami (Estados Unidos) nos advierte que una tormenta tropical se forma en el océano Atlántico y puede convertirse en huracán, con incidencia en las costa de Venezuela”, informó Rivero.

El Centro informó que una depresión se está formando a unos 1.600 kilómetros al este-sudeste de las islas de Barlovento (Dominica, Grenada, San Vicente y Santa Lucía).

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