AMBIENTE-CUBA: Arena calificada para Varadero

El plan de salvataje del balneario de Varadero, uno de los grandes atractivos turísticos de Cuba, muestra entre sus principales logros la retención de arena, el aumento del ancho de playa y el mantenimiento de la plataforma.

La mayor descarga artificial de arena en el septentrional polo de turismo internacional, situado a 140 kilómetros de La Habana, se realizó en 1998 por el gubernamental Instituto de Oceanología y alcanzó la cifra récord para el país de un millón de metros cúbicos.

Pasados cinco años, los niveles de retención de la arena superan 80 por ciento, señaló Alfredo Cabrera, director de la Oficina de Recuperación de la Playa de Varadero, adscrita al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

Cabrera reveló que para mantener la calidad de la arena se destinó una parte importante de los 1,7 millones de pesos (igual al dólar al cambio oficial) invertidos por el gobierno el año pasado en acciones ambientalistas en el famoso balneario.

La playa de Varadero, conocido por sus aguas cristalinas y su arena blanca y fina, fue considerada entre las cinco mejores del mundo en una encuesta realizada a 23.000 viajeros de las más diversas nacionalidades.

Entre las acciones para salvar la playa se incluyen, además del suministro de arena, regulaciones estrictas para la ubicación de las nuevas instalaciones turísticas y la eliminación de las construcciones existentes sobre la duna.

"Ya no es lo mismo que hace 30 años. Cuando yo era niño, la arena era tan fina que molestaba y ahora hay partes de Varadero que recuerdan cualquier otra playa de Cuba", dijo a IPS Rodrigo Estévez, un pescador oriundo de esa zona.

La diferencia con el pasado no es obvia para la mayoría de los turistas. Una consulta a cargo del Ministerio de Turismo arrojó altos niveles de satisfacción de los visitantes con los aspectos vinculados a la seguridad personal y a la calidad de la playa.

El balneario de Varadero cuenta hoy con una infraestructura turística que incluye 14.000 habitaciones y la perspectiva de llegar a contar con 27.000, como parte de un proyecto que debe minimizar al máximo el impacto ambiental en el sector, según fuentes oficiales.

Los resultados de la experiencia cubana en la protección de las playas fueron presentados en la IV Convención Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo, iniciado el lunes y que se extenderá hasta el próximo sábado en La Habana.

Se calcula que 16 por ciento de las costas del archipiélago cubano está constituido por playas de arenas de excelente calidad, consideradas uno de los principales recursos naturales del país. En total, se han identificado 336 playas a lo largo de la costa.

En particular, el ancho promedio de la franja de arena de Varadero es de 22 metros y la altura promedio de las dunas es de más de un metro. La temperatura media de sus aguas es de 24 grados y el promedio de sol de ocho horas diarias.

Fuentes especializadas consideran a las playas como uno de los ecosistemas con menor diversidad biológica, debido a su homogeneidad física, su baja bioproductividad y elevada turbulencia.

Así y todo, estas áreas se vinculan a las etapas juveniles de varias especies de peces y son usadas por aves y tortugas marinas para sus nidos. Aunque pueden ser zonas de cría de peces comerciales, la mayor importancia económica de las playas pasa por el desarrollo del turismo.

El geógrafo Ernesto Tristá, del Instituto de Oceanología, entiende que, si bien la acción humana acelera el deterioro de las costas, éstas están también "sometidas a procesos erosivos naturales vinculados, al parecer, con el aumento del nivel del mar a escala global y la ocurrencia de oleajes más fuertes".

Estudios aseguran que en la zona tropical se observa un marcado déficit de la producción de arena, atribuido al ascenso de las aguas oceánicas y a los daños ocasionados a los organismos marinos por la contaminación.

El grano de arena es producido por organismos calcáreos marinos, como los moluscos y los corales, a unos ocho o 10 metros de profundidad.

Como norma, los principales daños son provocados por la invasión del litoral por parte del urbanismo, la deforestación, la construcción vial sobre la misma línea de costa y la siembra de especies no compatibles con el ecosistema.

El deterioro de las playas es común en la región del mar Caribe. Un informe elaborado en 1996 por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) alertó sobre cuestiones ambientales que afectan el medio marino y costero en la región llamada Gran Caribe.

"La extracción intensiva de arena de las playas, junto con una ingeniería inapropiada de las costas (construcción de rompeolas y diques) están cambiando de manera significativa el perfil y las características del litoral", advirtió el Pnuma.

También señaló que esas acciones estaban "provocando grave impacto ecológico y la erosión de las costas en países como Puerto Rico, Jamaica y Trinidad y Tobago, entre otros".

La situación cobra gran importancia en una región donde el turismo, convocado fundamentalmente por la modalidad de sol y playa, constituye la primera fuente de ingresos para una cantidad importante de países.

En tanto, Varadero atrajo a la mayoría de los 1,7 millones de turistas que llegaron a Cuba en 2002 y se estima que casi la totalidad de los extranjeros que llegan al país visita el balneario, aunque sea en excursiones por un día.

Las mayores afectaciones a esa playa datan de los años 70 y 80, cuando, según fuentes oficiales, la extracción indiscriminada de arena para la construcción puede haber ascendido a un millón de metros cúbicos.

Un estudio del Grupo de Procesos Costeros del Instituto de Oceanología de Cuba reveló en 1997 que la playa estaba viviendo anualmente una pérdida de 50.000 metros cúbicos de arena y su costa retrocedía 1,20 metros como promedio.

Deterioros similares fueros estudiados por ese grupo en las playas del este de La Habana, donde se perdían anualmente unos 24.000 metros cúbicos de arena, a un ritmo de retroceso de la línea de costa entre 50 centímetros y un metro.

En esa zona, además, la tala de los árboles de casuarina y la ausencia de planes de reemplazo oportuno por otra especie protectora provocó el desplazamiento fuera de las playas de grandes volúmenes de arena, empujados por la acción del viento.

Este corrimiento de la arena alcanza hasta tres metros anuales y provoca un aparente incremento del ancho de las playas, que podría llegar a 30 metros a fines de esta década. Una situación así amenazaría el desarrollo turístico de las playas habaneras.

Para esas playas, los especialistas diseñaron un proyecto que incluye saneamiento, reforestación, compatibilización de los criterios urbanísticos con los ambientales, y demolición de las instalaciones levantadas en las áreas más cercanas a la costa.

"Las playas del este de La Habana no serán como Varadero, pero siempre han sido buenas, sobre todo Santa María. Ahora, es común encontrar áreas con piedras donde siempre hubo sólo arena", comentó Raquel Díaz, una microbióloga de 39 años.

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