La sombra del ex líder rebelde y actual presidente de Liberia, Charles Taylor, se proyecta sobre todos los procesos judiciales relacionados con crímenes cometidos en la guerra civil de Sierra Leona (1991-2001).
Además de proteger a sospechosos de esos crímenes, Taylor podría ser acusado por su papel en el tráfico de armas y el comercio de los llamados diamantes sangrientos con el insurgente Frente Revolucionario Unido (RUF) de Sierra Leona.
El Tribunal Especial para Sierra Leona, creado en 2002 por un acuerdo entre Freetown y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), exhortó esta semana a Taylor a entregar a dos fugitivos que tienen la mayor responsabilidad por los crímenes de guerra cometidos durante el conflicto civil.
Exhorto al presidente Charles Taylor a entregar de inmediato a Johnny Paul Koroma y a Sam Bockari, cuyo sobrenombre 'Maskita' se cambia a veces por 'Mosquito', instó Alan White, principal investigador del tribunal.
Johnny Koroma era presidente de la junta militar de Sierra Leona durante la guerra, y Sam Bockari era comandante del FRU.
[related_articles]
Los acusados por el Tribunal Especial para Sierra Leona son criminales de guerra, y cualquiera que ayude, instigue o proteja a un criminal de guerra está sujeto a procesamiento judicial, advirtió White esta semana.
La semana pasada se fortaleció en Freetown la versión sobre la presencia en Liberia de los dos fugitivos y su protección por el presidente de ese país, que respaldó a las fuerzas rebeldes durante la guerra civil de Sierra Leona.
Hasta ahora, el Tribunal procesó a ocho individuos acusados de crímenes de guerra, entre ellos a Issa Sesay, del RUF, y al ex ministro del Interior Sam Hinga Norman, líder de la milicia progubernamental conocida como kamajor.
También está procesado el ex líder del RUF, Foday Sankoh, quien sufrió un accidente vascular encefálico y estaría mentalmente desequilibrado, según informes.
En casi todos los expedientes judiciales figura el nombre del presidente liberiano, acusado de intercambiar armas por diamantes con el RUF.
Este caso se extiende mucho más allá de Sierra Leona. Es nacional, regional e internacional. Buscaré las pruebas, conduzcan adonde conduzcan e involucren a quienes involucren, advirtió el fiscal del Tribunal Especial, David Crane.
Sin importar el estatuto ni la nacionalidad del sospechoso de crímenes de guerra, si se incluye en la categoría de los más buscados, lo procesaré, agregó.
Ahora, crece la presión sobre Taylor, que enfrenta enormes problemas en su país, desde una sangrienta rebelión hasta el derrumbe de la economía debido a años de sanciones impuestas por la ONU.
Representantes del gobierno de Liberia negaron tener a los dos sospechosos de crímenes de guerra.
Ni Sam Bockarie ni Johnny Paul Koroma están en Liberia. Tenemos entendido que están en las selvas de Sierra Leona. ¿Por qué tenemos que entregar a personas que no están en nuestro país?, preguntó un portavoz de Monrovia en declaraciones a la prensa el fin de semana.
Sin embargo, Taylor telefoneó a su homólogo sierraleonés Ahmad Tejan Kabbah para decirle que encontraría y entregaría a Bockarie y Koroma si se encuentran en territorio liberiano.
Taylor también prometió hacer todo lo que estuviera a su alcance para restaurar la paz y la calma en la subregión.
El presidente y ex líder insurgente liberiano ha sido involucrado en rebeliones de todos los países vecinos: Sierra Leona, Costa de Marfil y Guinea.
El Grupo Internacional de Crisis, un grupo de expertos con sede en Bruselas, advirtió que la paz en la subregión será esquiva hasta que Taylor desaparezca del escenario político.
Taylor podría también ser juzgado por el Tribunal Especial de Sierra Leona. El mandatario está acusado de haber financiado la invasión de Sierra Leona por el RUF desde Liberia en 1991, y desde entonces los insurgentes sierraleoneses lo consideraron su padrino.
Se cree que Liberia fue utilizada como conducto para el tráfico de armas y diamantes durante la guerra civil de Sierra Leona. Cuando el RUF secuestró a 500 cascos azules de la ONU en mayo de 2000, fue la intervención de Taylor la que permitió su liberación.
Además, los comandantes del RUF utilizaban a Liberia como base de retaguardia, y aun cuando Bockarie cayó en desgracia con los líderes rebeldes, huyó a ese país.
Muchos sierraleoneses temen que los dos fugitivos, respaldados por Taylor, puedan sabotear los procesos del tribunal a través de la violencia.
No tengo dudas de que Bockarie y Koroma están en Monrovia bajo la protección del presidente Taylor, declaró Musa Sesay, un funcionario público residente en Freetown.
Hasta que se ejerza mayor presión sobre Taylor, estos hombres podrían atacar y arruinar la frágil paz de Sierra Leona, advirtió.
El conflicto civil de Sierra Leona, finalizado en julio de 1999, dejó atrás más de 30.000 muertos y un cuarto de la población nacional, de cinco millones, desplazada hacia países vecinos.
También hubo miles de mutilaciones deliberadas de civiles, incluso de niños, y cientos de pueblos y aldeas fueron saqueados e incendiados por completo, en su mayoría por los rebeldes.