Las últimas víctimas del pánico por el SRAS en China varían desde mascotas abandonadas o golpeadas hasta morir hasta personas que gustan comer animales exóticos y son blanco de animosidad.
Algunos científicos consideran que el SRAS (síndrome respiratorio agudo severo) o neumonía atípica es una zoonosis, o una enfermedad animal transmisible a los humanos, aunque no se ponen de acuerdo en qué animales pueden transmitir el virus.
Sin embargo, la sola sospecha puso fin al afecto de muchos residentes de Beijing por sus mascotas y llevó a otros a reaccionar histéricamente ante la vista de perros en las calles.
”Le dije a mi patrona que no sacaré más a su perro a pasear. Puede que me despida, pero me aterroriza pensar que pueda contraer la enfermedad y tener que hospitalizarme”, declaró Xiao Cui, una empleada doméstica de una familia residente en las afueras de Beijing.
Xiao Cui no es la única asustada. El diario ”Beijing Star Daily” publicó la historia de un hombre del distrito de Fengtai que arrojó a su perro desde un sexto piso por temor a que hubiera contraído el SRAS.
Otro perro fue golpeado hasta morir luego de estornudar repetidamente mientras esperaba a su dueño en una feria al aire libre.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el fin de semana se habían producido en China continental 4.884 infecciones y 235 muertes por esa enfermedad. El total mundial reportado es de 7.296 casos y 526 fatalidades.
En respuesta a la presión pública, muchos complejos residenciales prohibieron a los propietarios de mascotas pasearlas en los jardines públicos.
Mientras, patrullas exterminadoras de pestes recorren las calles, ayudadas por ”informantes” preocupados por la presencia de perros callejeros.
Cuando se corrió la noticia de que las autoridades sacrificarían a las mascotas de víctimas del SRAS para evitar la propagación del virus, algunas personas optaron por abandonar a sus mascotas.
”Criticamos a la gente de Guangdong por comer todo tipo de criaturas que reptan y vuelan, pero lo que algunos residentes de Beijing han hecho a sus perros es peor que matarnos y comerlos”, comentó Li Aimei, una agente de bienes raíces que fue obligada por su familia a dejar a su mascota en un refugio.
Residentes del norte del país, incluso de la capital Beijing, sospechan de los habitantes del sur, en especial de la provincia de Guangdong, donde se cree que se originó el virus del SRAS, por su hábito de comer animales exóticos.
En un esfuerzo por concienciar a la población sobre la necesidad de higiene, la prensa oficial publica artículos condenando ”el gusto por los animales salvajes” típico de los habitantes de Guangdong, que suelen comer víboras, ranas y aves de corral.
En el pasado, China lanzó campañas regulares de persecución contra las mascotas domésticas, consideradas por los ideólogos comunistas como un vicio del capitalismo.
Poco después de tomar control de la capital en 1949, las autoridades comunistas comenzaron a perseguir y exterminar a todos los perros, incluidos los domésticos, luego de declararlos bestias improductivas que consumían una parte inmerecida de los alimentos cultivados por los campesinos.
En 1983, la campaña ”antiespiritual” fue acompañada por otra ronda brutal de matanza de perros en Beijing. Los residentes que se negaban a cooperar se encontraban conque sus mascotas desaparecían misteriosamente.
A mediados de los 90, el gobierno emitió nuevas normas que autorizaban a los ciudadanos a tener perros siempre que no midieran más de 35 centímetros de altura, es decir, razas como los pekineses, los shi tzu, los terrier tibetanos y los terrier blancos montañeses.
Ahora, la actual ”guerra del pueblo” contra el SRAS ayuda en cierta forma a la causa de los defensores de las especies animales amenazadas al impedir que se conviertan en platos de restaurantes finos.
Aunque Beijing tiene sus propios restaurantes de comida exótica, la epidemia de SRAS aleja a los clientes, que ahora ven con desprecio a los chefs de Guangdong, alguna vez muy respetados.
Sin embargo, Guangdong ha logrado mantener a raya la epidemia. La provincia donde se detectaron los primeros casos de SRAS en noviembre reportó apenas 17 nuevos casos el pasado jueves, mientras en Beijing se reportaron 94 el mismo día.