Estados Unidos prevé la negociación de un acuerdo de libre comercio con países de Medio Oriente para firmar dentro de 10 años, con el fin de alentar la paz en la región.
”Propongo el establecimiento de un área de libre comercio Estados Unidos-Medio Oriente para dentro de una década, para dar a la región un expansivo círculo de oportunidades”, dijo el presidente George W. Bush este viernes en una conferencia en la Universidad de Carolina del Sur.
Bush dijo que la nueva estrategia económica impulsa la ”hoja de ruta” de cambios políticos y medidas de paz entre Israel y Palestina propuesto por el Cuarteto, instancia internacional de mediación integrada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Rusia.
El libre comercio constituiría un premio para las naciones de la región si combaten el terrorismo, agregó.
”Si el pueblo palestino toma pasos concretos para acabar con el terror, continuar en el sendero de la paz, reformar y democratizar, ellos y todo el mundo verán la bandera de Palestina elevada sobre una nación libre e independiente”, dijo Bush.
”Hoy, con un Iraq liberado, con un nuevo liderazgo para el pueblo palestino, con esfuerzos de líderes como el presidente (egipcio Hosni) Mubarak y el príncipe heredero (de Arabia Saudita) Abdulá (al Saud), la esperanza de la paz se renueva”, sostuvo el mandatario estadounidense.
En el marco de la estrategia delineada este viernes por Bush, el secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell y el representante de Comercio Robert Zoellick viajarán en junio a Jordania, donde se reunirá el Foro Económico Mundial de Davos.
”El progreso requerirá un aumento del comercio, el motor del desarrollo”, dijo Bush. Estados Unidos, aseguró, asignará recursos para ayudar a los países de Medio Oriente a reformar sus economías y prepararse hacia la firma del eventual acuerdo en 2013.
Todos los países de la región deberán unirse a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y aprovechar las oportunidades comerciales y de inversión.
”Trabajaremos con nuestros socios para asegurarnos de que pequeñas y medianas empresas tengan acceso al capital”, añadió.
El anuncio marca un cambio en la política comercial estadounidense hacia Medio Oriente y hacia el mundo musulmán, antes aislados por Washington, incluso los países que se unieron a la guerra contra el terrorismo declarada por Bush en 2001.
Los acuerdos de libre comercio de Estados Unidos cubren la mayoría del mundo, excepto Medio Oriente y las regiones menos desarrolladas de Asia, sostuvo el experto Edward Gresser, del Instituto de Política Progresista (PPI), organización académica con sede en Washington.
Las iniciativas comerciales regionales y bilaterales cuya firma está prevista para antes de 2005 incluyen acuerdos con Singapur, Chile, América Central, Africa —en especial la región meridional del continente—, Australia, Marruecos, Asia sudoriental y el Area de Libre Comercio de las Américas.
Los actuales socios de Estados Unidos en acuerdos de libre comercio son Canadá y México —en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)—, Israel y Jordania.
Medio Oriente es un renglón en blanco en la agenda comercial estadounidense, pero el anuncio de Bush tiene la aparente intención de corregir el desequilibrio, según Gesser.
El experto afirmó, como algunos funcionarios de Washington, que la falta de comercio en Medio Oriente retaceó el crecimiento económico y el ingreso del mundo árabe, lo que impidió el descenso del desempleo y elevó la ansiedad política, alentando la convocatoria del extremismo religioso.
Pero 10 años ”es demasiado lento” y ”necesitamos hacer algo pronto”, pues ”los problemas económicos son severos y urgentes”, agregó.
Pero otros observadores consideran que acuerdos de libre comercio como el de América del Norte crearán algunos empleos pero tendrían también efectos negativos en Medio Oriente.
Un tratado como el sellado con Canadá y México impediría a los países árabes proteger sus industrias, y perjudicaría, por ejemplo, al sector farmacéutico de Egipto, pues entrarían en vigencia duras normas en materia de patentes, dijo el codirector del Centro de Investigación Política y Económica en Washington Dean Baker.