El gobierno y los rebeldes de Liberia se reunirán en Ghana la semana próxima en un esfuerzo más por poner fin a la guerra civil que, con interrupciones, azota a este país de Africa occidental desde 1989.
Las conversaciones comenzarán el 4 de junio en Accra, la capital ghanesa, con la participación de varios jefes de Estado.
Luego la sede se trasladará a la ciudad turística de Akosombo, a 96 kilómetros, donde las deliberaciones se extenderán por tiempo indeterminado, informó Kwame Amoa-Awa, el embajador de Ghana en Liberia.
El presidente Charles Taylor, un ex señor de la guerra que fue elegido presidente en 1997, y los rebeldes de Liberia Unida por la Reconciliación y la Democracia (LURD) y el Movimiento para la Democracia en Liberia (MODEL), un grupo insurgente de un mes de antigüedad, dialogarán sobre todos los asuntos contenciosos.
Observadores políticos creen que las prioridades de la agenda serán el cese del fuego y el desarme, el despliegue de fuerzas de paz y la formación de un gobierno interino tras el fin del mandato de Taylor, el próximo enero.
La conferencia será facilitada por el Grupo de Contacto Internacional sobre Liberia (ICGL), un grupo de planificación estratégica con sede en Nueva York, representado por su enviado de Ghana.
La Comunidad Económica de Países de Africa Occidental (ECOWAS), de 15 miembros, actuará como mediadora.
El ex líder militar nigeriano Abdulsalami Abubakar representará a ECOWAS, según una declaración del ICGL que IPS obtuvo esta semana.
Todas las partes beligerantes expresaron su voluntad de participar de las reuniones, ddijo Amoa-Awa.
Liberia sufrió entre 1989 y 1997 una sangrienta guerra civil entre distintas facciones políticas, con un saldo de 200.000 muertos. La paz llegó con la creación de un gobierno de transición que en 1997 permitió la llegada al poder de Taylor.
Pero los combates se reanudaron y recrudecieron en los últimos tres años, y en consecuencia más de 200.000 personas debieron abandonar sus hogares, calcularon activistas.
Actualmente, el gobierno es objeto de presiones para negociar la paz por parte de una población cansada de la guerra.
La reunión de Ghana se produce en medio de señales de aumento de la inseguridad y agravamiento de la crisis humanitaria, mientras los rebeldes se enfrentan en duras batallas con las fuerzas del gobierno.
Esta situación preocupante acabó con las esperanzas de las elecciones de octubre, comentó un funcionario público residente en la capital, Monrovia.
Las fuerzas rebeldes controlan más de la mitad del territorio nacional y se dirigen hacia la ciudad portuaria de Bushanan, 120 kilómetros al sureste de Monrovia.
Christopher Datta, encargado de negocios de Estados Unidos en Monrovia, urgió el lunes a los ciudadanos estadounidenses a abandonar Liberia, en vista del aumento de los combates entre gobierno y rebeldes.
Algunos observadores piensan que en Akosombo se encontrará una fórmula política para formar un gobierno interino que supervise la transición hacia el régimen civil, a medida que se acerca el fin de la administración de Taylor, de seis años.
Durante más de una década, Liberia ha vivido en medio de la violencia. Con sus vastos yacimientos de oro, diamante y hierro y sus recursos forestales, este pequeño país de casi tres millones de habitantes podría ser el más rico de Africa, pero es uno de los más pobres del mundo.
La esperanza de vida al nacer es de 48 años, la mortalidad infantil asciende a 157 por 1.000, y 55 por ciento de los habitantes son analfabetos.
Lo que sí tienen los liberianos en abundancia son rifles AK-47 y kulaks. Los residentes de la capital viven con miedo a las bandas armadas.
Desde 2001, el gobierno de Liberia está bajo embargo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y restricciones de viaje por su supuesta implicación en el intercambio de armas por diamantes con los rebeldes de la vecina Sierra Leona.
La ONU mantiene las sanciones para prevenir que el gobierno provoque conflictos armados en países vecinos.
El ICGL urgió a Liberia a cumplir plenamente con las exigencias del Consejo de Seguridad de la ONU, para que el régimen de sanciones pueda levantarse lo antes posible.
Asimismo, urgió a los vecinos de Liberia (Sierra Leona, Costa de Marfil y Guinea) a impedir que sus territorios nacionales sean utilizados para debilitar el proceso de paz.
Mientras los políticos y señores de la guerra se preparan para las conversaciones de paz, miles de mujeres persisten en su protesta antibélica lanzada hace un mes. Las mujeres mantienen vigilias permanentes y realizan marchas pacíficas hacia edificios gubernamentales.
Queremos que la gente que vive en los campamentos de refugiados pueda regresar con seguridad a sus aldeas para que podamos comenzar a preparar elecciones libres y justas, declaró el martes Laymah Gbowee, coordinadora de la Acción de Mujeres por la Paz.
Más de 10.000 civiles desplazados de zonas en conflicto llegaron el pasado domingo a Monrovia desde el sudeste, donde los rebeldes intensificaron sus ataques contra el gobierno.
Ahora se suman a decenas de miles desplazados que se enfrentan a una catástrofe humanitaria aún mayor, dado que un promedio de 10 personas desplazadas mueren cada día de enfermedades relacionades con el hambre, dijo un socorrista a IPS esta semana.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU y organizaciones no gubernamentales declararon que no están en condiciones de distribuir ayuda humanitaria debido a problemas de seguridad.
Mientras, el presidente Taylor enfrenta presiones para renunciar. El titular del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Ruud Lubbers, quien visitó Liberia el día 14, dijo que sería una ilusión pensar que la guerra puede terminar sin un acuerdo de poder compartido.
Según ACNUR, los combates en 11 de las 15 regiones de Liberia afectaron a más de la mitad de la población nacional.
Además, Liberia alberga a unos 17.000 refugiados de Sierra Leona, al menos 38.000 de Costa de Marfil y casi 44.000 liberianos que habían huido hacia Costa de Marfil y debieron regresar debido al conflicto en ese país vecino.
El arzobispo católico Michael Francis espera que las conversaciones de Akosombo sean las últimas. Los liberianos están hartos de conferencias que resultan inútiles, dijo.
Liberia ya tuvo 13 conferencias de paz que terminaron en caos y muerte, porque no lograron el desarme completo y la desmovilización de las facciones beligerantes. (