Luego apelar a la fuerza militar contra los palestinos en sus territorios autónomos, Israel apela a la policía para reprimir a los cada vez más activos dirigentes islámicos de su propia comunidad árabe.
Quince activistas fueron arrestados acusados de entregar dinero al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) que opera en territorio palestino, fondos que se utilizaron, según Israel, para alentar ataques terroristas.
Nunca le dimos fondos a Hamás. Sólo se lo dimos a individuos, a huérfanos y pobres, dijo a IPS el jeque Kamal Jatib, segundo dirigente en importancia del radical Movimiento Islámico que opera en Israel.
El líder de la organización, jeque Rahed Salá, es uno de los arrestados. El gobierno del derechista Ariel Sharon considera, incluso, ilegalizar la organización.
Pero declaraciones como las de Jatib pueden haber azuzado al gobierno de Ariel Sharon. Algunos de los huérfanos y pobres a los que el dirigente se refería son familiares de suicidas que cometieron atentados contra objetivos israel.
Por paradoja, las autoridades israelíes habían alentado durante años el crecimiento del Movimiento Islámico para contrarrestar el dominio de las organizaciones marxistas que dominaban a la comunidad árabe del país.
Salá representa la rama norte del Movimiento Islámico, más combativa que la denominada rama sur.
Jatib asegura que los arrestos tienen motivaciones políticas. Esto es persecución de las autoridades israelíes, a las que no les agrada la fortaleza de nuestra comunidad, dijo.
Ese crecimiento es evidente. Los miles de personas que asistieron al servicio religioso del viernes pasado en la mezquita Al Aqsa, en Jerusalén, pese a la clausura de los territorios palestinos circundantes, eran miembros del Movimiento Islámico israelí.
Los árabes israelíes son 1,2 millones de los 6,7 millones de habitantes de este país.
La policía cerró el diario del movimiento, Sawt Al-Haq, al que acusó de incitar a la violencia. El jeque Salá tiene prohibido viajar al extranjero desde el año pasado.
Israel está preocupado sobre el efecto de la intifada (insurgencia popular palestina contra la ocupación) en su propia población árabe. La cantidad de árabes israelíes involucrados en ataques contra objetivos judíos aumentó desde el estallido del levantamiento en territorio autónomo, aseguró la policía.
Arabes israelíes son sospechosos de transportar a quienes cometerán atentados suicidas y de brindarles refugio hasta que cumplan con su misión. Algunos fueron fueron detenidos por colaborar con el Partido de Dios (Hizbolá), que luchó contra la ocupación israelí del sur de Líbano, concluida en 2000.
En raras ocasiones, árabes israelíes fueron participantes directos de ataques contra objetivos dentro de Israel.
El experto Yitzhak Reiter, del Centro Truman de la Universidad Hebrea de Jeruaslén, dijo a IPS que el involucramiento de los árabes israelíes como combatientes es de carácter individual.
Aun si son miembros del Movimiento Islámico, no creo que estén involucrados en el terror organizadamente, a menos que los servicios de seguridad sepan algo que yo no sé, agregó.
El Movimiento Islámico opera usualmente en el marco de la ley. Esto es en su interés, al menos por ahora, dijo Reiter, quien no duda en que la organización canaliza dinero a los territorios palestinos, pero no sabe si directamente a Hamás.
Pero dar asistencia financiera a la familia de quienes cometen atentados suicidas es cruzar la línea roja israelí, advirtió.
Salá lanzó en 1996 una campaña para defender Al-Aqsa (Jerusalén, en árabe) de la agresión israelí.
Pocos meses antes del estallido de la intifada en septiembre de 2000, el Movimiento Islámico organizaó una gran manifestación en el poblado de Umm Al-Fham.
Eso contribuyó a caldear la atmósfera, que llegó a punto de hervor el 20 de septiembre de 2000, cuando Sharon, entonces líder de la oposición conservadora, visitó el Monte del Templo en Jerusalén, donde también se encuentra la mezquita Al-Aqsa.
Jatib aseguró que el Movimiento Islámico rechaza la violencia y apoya la creación de un estado palestino junto con Israel, país al que acusa de alentar la violencia en los territorios autónomos y al malestar en la comunidad árabe israelí.
Las relaciones entre los árabes israelíes y el Estado israelí no pueden ser peores de lo que ya son, dijo a IPS el profesor árabe Assad Ghanem, de la israelí Universidad de Haifa.
Los últimos cuatro gobiernos israelíes, tanto del izquierdista Partido Laborista como del derechista partido Likud, dejaron de lado a la comunidad árabe, aseguró Ghanem.
El arresto de los dirigentes del Movimiento Islámico constituye un intento por decapitar la fuerza política más efectiva y popular que opera dentro de la comunidad árabe, agregó Ghanem.
Las acciones del gobierno de Sharon contra el Movimiento Islámico se inscribe en el clima mundial después del 11 de septiembre. Ahora es aceptable combatir cualquier cosa que contenga la palabra Islam, dijo Ghanem. (