IRAQ: Nueva derrota para los derechos humanos

La ONU perdió la oportunidad de examinar las violaciones de derechos humanos cometidas en Iraq tanto por el régimen de Saddam Hussein (1979-2003) como por las potencias que hoy ocupan el país, advirtieron organizaciones internacionales humanitarias.

Al aprobar la resolución que elimina las sanciones impuestas a Iraq hace 12 años por la ONU (Organización de las Naciones Unidas), el Consejo de Seguridad del foro mundial dio a las potencias ocupantes, Estados Unidos y Gran Bretaña, un control casi total sobre este país devastado por la guerra.

Diplomáticos afirman que la iniciativa de Estados Unidos, Gran Bretaña y España aprobada por 14 votos —todos los miembros del Consejo menos Siria, que no asistió a la sesión— ayudará a comenzar la reconstrucción de Iraq y a restaurar cierta tradición de la unanimidad antes vigente en el órgano.

Pero en declaraciones emitidas por separado, las organizaciones no gubernamentales internacionales Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW) y el Comité de Abogados por los Derechos Humanos (LCHR) advirtieron que el Consejo de Seguridad no abordó la situación humanitaria de Iraq de manera adecuada.

La gravedad de las violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen de Saddam Hussein volvieron a quedar de manifiesto al descubrirse fosas comunes con miles de cuerpos en las últimas seis semanas, tras el fin de la campaña militar encabezada por Estados Unidos en Iraq.
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”El Consejo de Seguridad perdió una importante oportunidad de considerar las violaciones de derechos humanos sufridas por numerosos iraquíes en el pasado”, dijo Amnistía en una declaración.

”También dejaron pasar una oportunidad para asegurarse de que las potencias ocupantes actúen dentro de los límites de sus potestades de acuerdo con el derecho internacional humanitario, así como de proteger los derechos humanos de los ciudadanos iraquíes, ahora y en el futuro”, agregó la organización con sede en Londres.

La votación del Consejo el jueves fue el corolario de extensas negociaciones realizadas la semana pasada entre Estados Unidos y Gran Bretaña y otros miembros del órgano, la mayoría de los cuales se habían opuesto a la invasión lanzada el 20 de marzo contra Iraq.

Los países más contrarios a la operación militar, como Alemania, Francia y Rusia, procuraron fortalecer el papel de la ONU en el Iraq de posguerra.

Finalmente, la propuesta incluye la solicitud al secretario general del foro mundial, Kofi Annan, de designar a un representante especial para Iraq para colaborar con la administración del país.

La resolución se refiere sólo vagamente a los derechos humanos al destacar ”la necesidad de desvelar los crímenes y atrocidades cometidas por el régimen anterior”.

Pero el Consejo de Seguridad ignoró llamados de activistas de establecer una comisión de expertos para consultar a la sociedad iraquí, analizar esas violaciones de derechos humanos y recomendar mecanismos para atender posibles denuncias.

También definió el mandato del representante especial de la ONU en Iraq como de ”promoción de la protección de los derechos humanos, del regreso seguro de los refugiados y de impulso de las áreas ejecutiva y de justicia”.

Pero eso no es suficiente, advirtió el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth. ”A medida que aparecen nuevas fosas comunes, es aterrador que el Consejo de Seguridad mantenga silencio sobre los abusos cometidos en Iraq en el pasado”, dijo.

”Asegurar justicia para esos crímenes será esencial para romper con la impunidad en Iraq y restaurar la regla de la ley”, sostuvo Roth.

El gobierno de George W. Bush había opinado antes que los propios iraquíes deberían hacerse cargo de lidiar con las pasadas violaciones de derechos humanos, aunque no excluyó algún grado de participación en los casos de tribunales intenracionales.

Esos órganos judiciales se encargarían de juzgar a ex altos funcionarios del gobierno y de las fuerzas armadas, y entre las atrocidades figura la masacre de hasta 100.000 kurdos durante la campaña contrainsurgente Anfal, a fines de los años 80.

Pero las organizaciones de derechos humanos creen que la comunidad internacional debería tener más facultades, pues el sistema judicial iraquí tardará en reclutar jueces independientes y aun entonces podría verse abrumado por las denuncias.

”Se requiere una alianza entre la comunidad internacional y los iraquíes. Es crucial que la comunidad internacional tenga un papel central para asegurar la independencia y eficacia de las investigaciones y juicios”, dijo el director ejecutivo de LCHR, Michael Posner.

LCHR y otras organizaciones humanitarias recomendaron al Consejo de Seguridad la designación de una comisión de expertos a cargo de examinar denuncias de crímenes previstos por leyes internacionales, como los de guerra, contra la humanidad y genocidio.

Estos son, precisamente, el tipo de delitos bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional con sede en La Haya, Holanda. Pero su mandato comenzó el 1 de julio pasado, por lo cual no considerará crímenes cometidos antes de esa fecha.

Por otra parte, Iraq nunca firmó el Estatuto de Roma, constitutivo de la Corte.

Las organizaciones de derechos humanos criticaron a las fuerzas ocupantes de no proteger las fosas comunes descubiertas en Iraq en las últimas seis semanas.

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