Una agencia creada por los gobiernos de Estados Unidos y Canadá se hará cargo de combatir enfermedades infecciosas emergentes como la neumonía atípica y la fiebre del Nilo Occidental.
La agencia contará con un gran equipo de expertos en manejo de epidemias que se movilizarán con rapidez al estallar una crisis como la de la neumonía atípica (síndrome respiratorio agudo severo o SRAS), dijo el director de Enfermedades Contagiosas del Departamento (ministerio) de Salud de Canadá, Paul Gully.
El objetivo de la oficina será derivar de inmediato y con facilidad personal y equipos de identificación de gérmenes y de tratamiento, explicó Gully.
Durante el brote de SRAS en la sudoccidental ciudad canadiense de Toronto en abril, funcionarios sanitarios y epidemiólogos se dieron cuenta de que tenían graves limitaciones para lidiar con la enfermedad.
Uno de los principales expertos en infecciones virales de la ciudad contrajo el SRAS y fue hospitalizado por un mes. Las autoridades canadienses debió pedir ayuda a los gubernamentales Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, cuya sede principal está en la sudoriental ciudad de Atlanta.
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Al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó no viajar a Toronto, lo cual causó una evidente molestia en el gobierno de Canadá.
La recomendación se levantó cinco días después, pero el sector turístico de la principal ciudad del país se precipitó y mostró pocos signos de recuperación poco antes del inicio de la temporada alta del verano boreal.
Las autoridades canadienses consideran la posibilidad de crear un organismo similar a los CDC, informó el comisionado de Seguridad Pública de la provincia de Ontario —en la que se encuentra Toronto—, James Young.
Creo que se verán cambios permanentes como consecuencia del SRAS, pues todos nos damos cuenta de que ésta no será, al parecer, la última epidemia que afrontaremos, sostuvo Young.
De hecho, la mayoría del territorio canadiense ya sufre la fiebre del Nilo Occidental, enfermedad viral transmitida por un mosquito y difundida en Estados Unidos en los años 90. El mal causa síntomas similares a los de la gripe, ocasionalmente encefalitis, y mata a cinco por ciento de quienes la contraen.
La directora de los CDC, Julie Gerberding, aseguró haber recogido valiosas experiencias del estallido del SRAS en Toronto, las cuales podrían aplicarse si Estados Unidos afronta un brote similar.
El mejor modo de combatir la enfermedad es una cooperación internacional continua, dijo Gerberding en Toronto, donde numerosos expertos se reunieron para considerar el fenómeno del SRAS.
El concepto de plan estratégico nacional para el SRAS desarrollado por las autoridades canadienses es excelente. Nos gustaría unirnos y compartir el desarrollo de una estrategia común para nuestros países, dijo la funcionaria estadounidense.
Epidemias como el SRAS ofrecen a Washington la posibilidad de aumentar su reputación y de aumentar su seguridad ayudando a fortalecer los sistemas sanitarios de los países pobres, sostuvo el decano de la Escuela de Salud Pública de la estadounidense Universidad de Harvard, Barry Bloom.
Con la misma intensidad que le dimos a (la lucha contra el derrocado presidente iraquí) Saddam Hussein, deberíamos librar la lucha contra las enfermedades infecciosas mundiales entrenando a expertos en vigilancia epidemiológica, fortaleciendo laboratorios en todo el mundo y vinculándolos con los mejores laboratorios de Estados Unidos, afirmó Bloom.
Además, las autoridades estadounidenses deberían ayudar más a la OMS, escribió el experto en una columna del diario neoyorquino Newsday.
El brote del SRAS costará a Toronto unos 720 millones de dólares, informó la semana pasada la Junta de Canadá, un organismo de investigación económica. La mitad de ese costo será pagado por el sector turístico y de viajes, y el resto por el comercio.
La economía de Canadá en su conjunto habrá perdido 1.500 millones de dólares, 0,15 por ciento del producto interno bruto nacional.