La recepción crítica preparada por activistas para la cumbre anual del Grupo de los Ocho (G-8) comenzó este jueves con protestas callejeras y actos culturales en localidades cercanas a la oriental ciudad francesa de Evian, que acogerá la reunión del 1 al 3 de junio.
Integran el G-8 Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, cuyos jefes de gobierno se reúnen todos los años para examinar el cuadro político y económico internacional.
Ese organismo comenzó en 1975 como el Grupo de los Siete, reunido por primera vez en la septentrional ciudad francesa de Rambouillet y concentrado en la rivalidad de sus integrantes con la entonces Unión Soviética. En los años 90 incorporó a Rusia y comenzó a ser blanco de fuertes críticas desde la sociedad civil.
Organizaciones no gubernamentales (ONG) de variada envergadura y alcance critican al G-8 por actuar como una especie de gobierno mundial ilegítimo, e incluso exigen la disolución de lo que denominan ”el sindicato de accionistas mayoritarios de la economía mundial”.
En la oriental ciudad francesa de Annemasse, cercana a Evian y a Ginebra, el secretario general de la ONG francesa Centro de Investigación e Información para el Desarrollo, Bernard Pinaud, expresó su rechazo a las políticas del G-8 y a ”la misma naturaleza de esa instancia que se presenta como el directorio del mundo”.
Las mismas posiciones son sostenidas por miles de militantes que se denominan ”altermundialistas”, en alusión al lema ”Otro mundo es posible” del Foro Social Mundial de Porto Alegre, y que desfilaron bajo lluvia torrencial en la sudoccidental ciudad suiza de Lausana, unos 40 kilómetros al oeste de Evian.
Otros miles de activistas, procedentes en su mayoría de países europeos, han comenzado a llegar a las áreas de Francia y Suiza vecinas a Evian, una ciudad de sólo 7.500 habitantes en la ribera sur del lago Leman, que comparten los dos países.
Jean Christophe Sauterel, portavoz de la policía suiza, dijo que se habían verificado incidentes y algunos ”desmanes” en trenes que traían militantes hacia las cercanías de Evian.
En las fronteras se impidió el ingreso a Suiza de algunos activistas registrados en los archivos políticos de la policía, informó durante una rueda de prensa en Lausana.
Más de 30.000 uniformados franceses y suizos han sido desplazados hacia Evian y las áreas cercanas francesas y suizas, para proteger a los participantes en la cumbre. Un sector del aeropuerto de Ginebra, compartido por Francia y Suiza, quedó bajo custodia de 1.000 policías alemanes trasladados allí para esa tarea.
En Lausana y en Ginebra, las plantas inferiores de los edificios de zonas comerciales, bancarias y de oficinas fueron cubiertas por empalizadas de madera para protegerlas de eventuales ataques de activistas, con un costo de 1,60 dólares por metro cuadrado.
Las manifestaciones contra el G-8 alcanzaron su pico de violencia durante la última cumbre realizada en Europa, que se llevó a cabo en julio de 2001 en la noroccidental ciudad italiana de Génova. En esa ocasión, el estudiante Carlo Giuliani murió baleado por policías.
La cumbre de 2002 transcurrió en calma, rodeada por un fuerte dispositivo de seguridad, en el apartado centro turístico de montaña de Kananaskis, al sudoeste de Canadá.
El politólogo suizo Blaise Lempen desechó la posibilidad de que en Evian se repitan incidentes como los de Génova, con el argumento de que la pequeña ciudad de los Alpes franceses carece de la tradición social que ha caracterizado a la ciudad puerto italiana.
Las organizaciones altermundialistas realizarán manifestaciones en Ginebra y se proponen marchar el 1 de junio hacia Annemasse, donde se desarrolla la ”Cumbre por otro mundo”, también denominada ”Contracumbre”.
Esa conferencia discutirá la misma agenda que el G-8 y presentará propuestas alternativas sobre gobernabilidad mundial y desarrollo, que entregarán el 1 de junio al presidente francés Jacques Chirac, por ser el anfitrión de la cumbre de gobernantes.
El Grupo de los Ocho planea tratar, entre otros asuntos, cuestiones de solidaridad, relacionados con el problema del acceso al agua en el mundo y con los proyectos de la Nueva Asociación para el Desarrollo de Africa, que reúne a todas las naciones de ese continente.
También figura en su agenda la responsabilidad financiera, ambiental y social de los gobiernos y las empresas, un asunto que ganó notoriedad después de escandalosos fraudes administrativos descubiertos en grandes transnacionales con sede en Estados Unidos.
El terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva completan, junto con el examen de la democracia y del diálogo con la sociedad civil, la lista de temas que considerará el G-8.