Gobernantes africanos se unieron a la sociedad civil para reclamar al Grupo de los Ocho (G-8) que cumpla sus compromisos de ayuda para el desarrollo, en particular el Plan de Acción para Africa.
El plan fue aprobado en la reunión que el año pasado los mandatarios de los ocho países más poderosos del mundo celebraron en Canadá, pero hasta ahora no hubo avances en su implementación.
Este año, la cumbre del G-8 (integrado por Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón y Rusia) se celebrará en la oriental ciudad francesa de Evian, fronteriza con Suiza, a partir de este domingo.
Los líderes de Africa urgieron a la comunidad internacional a atender los problemas de ese continente en una declaración emitida al final de la séptima cumbre de la comisión de implementación de la Nueva Sociedad para el Desarrollo de Africa (NEPAD), celebrada esta semana en Abuja, Nigeria.
La paz y seguridad mundiales sólo puede sostenerse si todos los países, desarrollados y en desarrollo, cumplen los compromisos que adoptaron voluntariamente, dice la declaración, que será presentada este domingo a la cumbre del G-8.
En la contracumbre que la sociedad civil celebra en Annemasse, una localidad situada a 40 kilómetros de Evian, la organización humanitaria británica Oxfam Internacional exhortó a los países más ricos a no volver la espalda a Africa y a lanzar una guerra abierta contra la pobreza.
En apenas tres días, el G-8 enfrenta una gran prueba de credibilidad mundial, destacó Irungu Houghton, asesor de política africana de Oxfam.
Los líderes africanos han pedido al G-8… que reduzca sus subsidios agrícolas y modifiquen las injustas normas del comercio internacional. Si esto no ocurre, los africanos no podremos beber el agua que fluya desde la cumbre de Evian, advirtió Houghton.
Evian, situada en los alpes franceses, es conocida por su producción de agua mineral.
Oxfam recordó que más de la mitad de los 600 millones de habitantes de Africa subsahariana viven con menos de un dólar al día.
Sin embargo, existe el riesgo de que los líderes del G-8 fallen otra vez, ya que están ocupados en las cuestiones diplomáticas derivadas de la guerra contra Iraq, previno la organización.
El ataque a Iraq demostró que los países ricos pueden movilizar vastos recursos financieros cuando tienen en juego un interés estratégico, comentó Caroline Sande Mukulira, portavoz de Oxfam.
La coalición invasora movilizó cerca de 70.000 millones de dólares en cuestión de semanas, y eso es más del quíntuple de la ayuda ofrecida a Africa el año pasado, dijo Mukulira a IPS.
La cifra también representa más del doble de lo que Africa necesita anualmente para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio, las metas acordadas internacionalmente para reducir a la mitad la pobreza mundial antes de 2015, agregó.
El G-8 ha hecho menos por el continente africano desde la aprobación el año pasado del Plan de Acción para Africa que antes, afirmó la organización británica de desarrollo ActionAid en un informe titulado Wishful Thinking (Ilusiones).
Lo más decepcionante ocurrió en el área de las negociaciones comerciales, según ActionAid.
Estados Unidos bloqueó negociaciones que hubieran otorgado a los pobres acceso a medicamentos baratos para el sida, mientras países europeos, principalmente Francia y Alemania, se negaron a desmantelar subsidios agrícolas que perjudican a los agricultores del mundo en desarrollo, señala el informe.
No sirve de nada que los países del G-8 nos digan que algún día resolverán los problemas de Africa, dijo a IPS Charles Abani, director de ActionAid/Nigeria.
Los niños no pueden esperar por la educación. Las víctimas del sida no pueden esperar por sus medicamentos. Nuestro mensaje a los líderes del G-8 es: 'No dejen a Africa esperando', declaró Abani.
Adebayo Olukushi, secretario general de CODESRIA, un instituto de investigaciones de ciencias sociales con sede en Senegal, advirtió que el G-8 puede fallar otra vez.
No precisamos nuevos planes, sino que el G-8 cumpla las promesas ya realizadas, dijo a IPS.
El arzobispo sudafricano Desmond Tutu, galardonado con el premio Nobel de la Paz, sumó su voz a la de los activistas reunidos en Annemasse al reclamar a los gobiernos del G-8 que dejen de proteger sus mercados y permitan que los países pobres se beneficien del comercio.
En un informe titulado El G-8 en Evian: Hora de declarar la guerra a la pobreza en Africa, Oxfam urgió al G-8 a cumplir su promesa de brindar a Africa 6.000 millones de dólares adicionales por año.
Asimismo, le exhortó a acordar un cronograma para alcanzar una ayuda anual de 25.000 a 35.000 millones de dólares, la cantidad que, según la Organización de las Naciones Unidas, Africa necesita para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
La ayuda incluiría 5.000 millones de dólares anuales para educación básica y la financiación plena del Fondo Mundial para el VIH/Sida, la Tuberculosis y el Paludismo, de 10.000 millones de dólares.
Oxfam también instó al G-8 a cancelar la deuda externa de todos los países africanos, que deben reembolsarla a expensas de la salud pública y la educación.