CULTURA-BRASIL: Tierra de grandes ferias y poca lectura

La exuberancia de la XI Bienal Internacional del Libro, que será inaugurada este jueves en la sudoriental ciudad brasileña de Río de Janeiro, contrasta con el limitado mercado editorial del país y la escasa lectura de su población.

Las ventas de libros en Brasil no alcanzan a dos por habitante al año y se concentran en una pequeña elite de mayores ingresos y escolaridad, según datos de la Cámara Brasileña del Libro.

En cambio, la Bienal crece de modo sostenido desde su estreno hace 20 años. Este año ocupa un área de 55.000 metros cuadrados para las muestras de 916 editoriales nacionales y extranjeras, empresas de servicios e industrias gráficas, y se espera recibir a más de 500.000 visitantes.

Allí estarán presentes 140 escritores nacionales y 17 extranjeros para dialogar con los lectores en el marco de una variada programación, que incluye la visita en la inauguración del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de sus ministros Gilberto Gil, de Cultura, y Cristovam Buarque, de Educación.

La meta esperada por el promotor de la Bienal, el Sindicato Nacional de Editores de Libros, es la venta de 23 millones de reales (ocho millones de dólares) en libros durante los 11 días de la feria.

Pero la XI Bienal Internacional del Libro es un punto de abundancia en medio de un extenso país de 171 millones de habitantes que leen muy poco.

Por eso ”este tipo de evento es importante para expandir el mercado, que sería menor sin las bienales”, dijo a IPS el vicepresidente de la Cámara Brasileña del Libro (CBL), Marino Lobello.

La CBL promueve en los años pares en Sao Paulo su propia Bienal del Libro, con programación y público similares.

Una encuesta realizada en 2001 por la Cámara y otras asociaciones interesadas delineó un ”Retrato de la Lectura en Brasil”, que resultó poco alentador. Sólo un tercio de las personas alfabetizadas con más de 14 años consultadas declararon haber leído algún libro en los tres meses anteriores.

Ese dato significa que el mercado potencial de libros en el país se limitaba a 26 millones de personas, cantidad similar a la de Francia, pero cuya población total equivale a un tercio de la brasileña.

”Tres tipos de factores concomitantes” traban la expansión del mercado brasileño, según Lobello. Unos son de naturaleza cultural, como ”la tradición oral” del país, en contraste con la letrada de Europa, y la fuerte penetración popular de la radio y la televisión, observó.

Además, en la escuela se desalienta la lectura al introducir la literatura como obligación, lamentó.

Lobello explicó que quienes tienen el hábito de leer en general lo adquirieron ”jugando”, leyendo libros como un entretenimiento.

El vicepresidente de la CBL añadió que el libro enfrenta también obstáculos de naturaleza estructural en Brasil. En todo el país hay unos 5.000 puntos de venta de libros, si se incluyen tiendas de papelería, kioscos y otros tipos de comercio que incluyen literatura como producto secundario.

”Librerías de hecho sólo hay de 500 a 600”, lo cual quiere decir que la mayoría de las ciudades brasileñas no disponen de librerías, apuntó.

La población tampoco dispone de bibliotecas públicas suficientes, aunque hubo en los últimos años un esfuerzo de multiplicarlas en las escuelas y en los barrios pobres.

El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística indicó que 21 por ciento de los 5.560 municipios del país no tenía biblioteca en 2001.

La tercera dificultad es económica, pues la inmensa mayoría de la población brasileña no gana lo suficiente o no se dispone a destinar una parte de sus ingresos para adquirir libros.

”Los hijos de obreros en Estados Unidos adquieren cinco veces la cantidad de libros que compran los hijos de las capas medias brasileñas”, comparó el vicepresidente de CBL.

El promedio de lectura de los brasileños, de dos libros al año, es mitad de la media de Argentina o Uruguay, según la Asociación Nacional de Librerías.

Todo eso tiene una relación de causa y efecto con la mala calidad de la enseñanza. Las pruebas nacionales de evaluación confirmaron que 59 por ciento de los alumnos que concluyeron el cuarto grado tienen dificultades para leer. ”Una tragedia”, admitió Buarque.

Gran parte de quienes finalizar la enseñanza media tampoco demostraron buena comprensión de los textos que leen, señalaron las evaluaciones anuales promovidas por el Ministerio de Educación.

Difundir el hábito de lectura exige acciones en varios frentes, junto al gobierno, a las escuelas y asociaciones de todo tipo, sostienen los dirigentes de la CBL.

Las ferias son ”fundamentales”, por eso un convenio con el gobierno del meridional estado de Sao Paulo las promoverá en numerosas ciudades del interior, anunció Lobello.

La Bienal de Río de Janeiro cumple su parte. Para atraer más público, invitó este año a escritores famosos y logró traer al británico de origen indio Salman Rushdie, quien fuera amenazado de muerte por fundamentalistas islámicos a causa de su libro ”Los versos satánicos”.

El estadounidense Scott Turow, conocido por sus novelas de tribunales, el mexicano Guillermo Arriaga, novelista y guionista de cine, la argentina dibujante de historietas Maitena y la francesa Catherine Millet, que provocó escándalo contando su vida sexual, son otros invitados cuya presencia fue confirmada.

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