La Unión Europea (UE) condenó la protesta presentada esta semana por Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra las prohibiciones del bloque a la importanción de productos genéticamente modificados.
Portavoces de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, señalaron que la actitud estadounidense ”no tiene justificación legal ni fundamento económico”, y es ”políticamente perjudicial”.
Estados Unidos, junto con otros 12 países exportadores de productos agrícolas, entre ellos Argentina, Canadá y Egipto, quieren que la UE deje sin efecto la moratoria de cinco años al ingreso de transgénicos o afronte sanciones, de acuerdo con normas de la OMC.
Washington argumentó que los obstáculos impuestos por la UE al ingreso de transgénicos constituyen barreras no arancelarias que contradicen la liberalización del comercio internacional.
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick, acusa a la UE de querer aplazar la disputa y afirmó que sus resistencia a las reglas de la OMC ”perpetúa las barreras al comercio”, impidiendo el uso de tecnología que puede ”beneficiar a los granjeros y a los consumidores de todo el mundo”.
Los transgénicos son variedades vegetales o animales obtenidas en laboratorio mediante la introducción de genes de otras especies con el fin de mejorar sus características, hacerlos resistentes a plagas, o a condiciones climáticas severas.
”El sistema regulatorio de la UE para la autorización de los transgénicos está en línea con las reglas de la OMC. Es claro, transparente y no discriminatorio. Por lo tanto, la UE no tiene que examinar nada”, respondió el comisionado de Comercio europeo Pascal Lamy.
”La UE autorizó algunas variedades de transgénicos en el pasado. Estados Unidos debe tener otros motivos para traer este caso” ante la OMC, añadió el funcionario.
El bloque había aceptado la producción y venta de transgénicos, incluidos el maíz y la soja, hasta 1988, cuando impuso una moratoria a futuras solicitudes.
”Hemos estado trabajando duro en Europa para completar nuestro sistema regulatorio en línea con los últimos avances científicos. La finalización de la investiagación es inminente”, señaló el comisionado de Salud y Protección al Consumidor, David Bryne.
Mientras, la comisionada de Ambiente, Margot Wallstrom, señaló que la actitud de Estados Unidos ”sólo hará más difícil el debate sobre los transgénicos”, pero aseguró que el bloque ”no se dejará presionar”.
”Debemos seguir adelante con nuestra legislación sobre trazabilidad y etiquetado de productos, que ahora está siendo discutido en el Parlamento Europea. No tenemos que distraernos de nuestra búsqueda por una política correcta”, afirmó.
Esta seguridad vino después de la inquietud expresada por la organización no gubernamental Amigos de la Tierra Internacional sobre la decisión de Estados Unidos.
El grupo dijo que el gobierno del presidente George W. Bush intenta ”evitar un efectiv etiquetado de los alimentos con ingredientes transgénicos”.
Las declaraciones de los funcionarios europeos demuestran que el bloque no está dispuesto a levantar la barrera contra los productos transgénicos.
El sistema europeo establece que se deben constatar el efecto de los transgénicos en la salud de los hombres y de los animales antes de que ingresen al mercado.
La UE también está finalizando la adopción de reglas sobre etiquetado y trazabilidad (rastreo de transgénicos desde su origen hasta el producto de consumo final), que tienen el propósito de darle más información a los consumidores sobre los productos genéticamente modificados.
Las organizaciones no gubernamentales temen que la medida de Washington derive en fuertes sanciones de la OMC a la UE. Grupos ambientalistas y de consumidores se oponen a la queja de Estados Unidos, al que acusan de ir contra el deseo de la mayoría de los consumidores europeos.
”Si la medida prospera, Estados Unidos introducirá los productos transgénicos en el mercado sin importarle los deseos de los consumidores. La Comisión Europea y los gobiernos nacionales deben tener valentía y enfrentar esta indignante actitud”, dijo la directora de políticas de Amigos de la Tierra, Liana Stupples.
Zoellick intentó llevar el caso a la OMC varias veces, la última de ellas en enero, pero todo quedó en suspenso durante la invasión a Iraq.
El representante de Comercio estadounidense señaló que la resistencia de la UE a los transgénicos está perjudicando a miles de productores en todo el mundo.
Varios países africanos que sufren escasez de alimentos, como por ejemplo Zambia y Zimbabwe, se han negado a recibir donaciones con productos transgénicos. La UE afirma que los gobiernos tienen derecho a decidir sobre el uso de esos productos. (