El estreno de la película paraguaya miramenometokéi viene acompañado de señales de una incipiente producción audiovisual en este país donde la creación cinematográfica es casi fantasmal.
Otro filme aguarda fecha de estreno, un tercero está en rodaje mientras dos proyectos se encuentran en etapa de pre-producción.
miramenometokéi, filme basado en una historia real sobre un triángulo amoroso compuesto por una joven que termina sus estudios secundarios, su novio y su jefe, se estrena el 22 de este mes.
Su llegada a las salas de cine viene precedida de buenos comentarios de la crítica especializada, para la cual el filme es hasta hoy el punto más alto de la breve historia cinematográfica nacional, tanto en aspectos técnicos como en composición del guión y narración fílmica.
Enrique Collar, director de la obra, entiende que el actual fenómeno fílmico se debe a la tecnología digital. Parece que a Paraguay le toca vivir en muchos aspectos pasos del medioevo al posmodernismo, y ahora estamos pasando de no tener cine a un movimiento, interpretó.
Collar, quien es además un cotizado artista plástico, aclara que no es su intención hablar de una industria en gestación, sino del crecimiento de lo que califica una artesanía cinematográfica.
Parece la oportunidad para que, finalmente, la actividad cinematográfica despegue en Paraguay, luego de décadas de producción discontinua, marcada apenas por emprendimientos aislados y un casi nulo apoyo del Estado.
El paraguayo es un cine fantasmal, de esporádicas realizaciones, y cuya característica principal ha sido la coproducción y/o la coautoría en una veintena de largometrajes de ficción, dijo a IPS el realizador Hugo Gamarra, director de la Fundación Cinemateca y Archivo Visual del Paraguay.
Dedicado a la docencia y a la organización del Festival Internacional de Cine-Arte & Cultura, Gamarra destacó que con cinco millones de habitantes, Paraguay es un país de cultura eminentemente oral, sin tradición ni legislación cinematográfica, sin instituto audiovisual ni televisión estatal.
Sin embargo, en 2001, empezó a insinuarse una nueva ola marcada por el acceso a la tecnología digital y la autonomía autoral y de producción.
Mientras el cine de muchos países latinoamericanos lucha por sobrevivir, el de Paraguay intenta emerger una vez más, y perdurar, explicó Gamarra.
Fruto de esta nueva realidad, en 2001 se estrenó la película María Escobar, de la directora Galia Giménez, basada en una exitosa canción folclórica. Fuentes de los circuitos de exhibición confirmaron a IPS que el filme batió ese año el récord de taquilla.
En junio comenzará con una gira por el país la proyección de Réquiem por un soldado, también de Giménez, cinta que retrata episodios de la guerra que en la década del 30 libraron Paraguay y Bolivia.
Giménez, egresada del Instituto de Cine de Moscú, se reveló como la artista audiovisual más prolífica del país, pues está trabajando en el rodaje de una tercera película, aún sin título, basada en una novela que relata la historia de un grupo de jóvenes durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).
Es inminente el inicio del rodaje de Supremo por siempre, de Enrique Hellmers, que recreará la historia del dictador Gaspar Rodríguez de Francia, quien gobernó Paraguay entre 1813 y 1840.
Finalmente, La santa, de los destacados cortometrajistas Juan Carlos Maneglia y Tana Schembori, se encuentra en etapa de pre- producción. El filme relatará peripecias de una cantante tropical cuyo notorio parecido con la figura de una virgen causa numerosos malentendidos.
La productora Meli Rockhold Peña, permanente colaboradora del dúo Maneglia-Schembori, coincidió en señalar a las técnicas digitales como el motivo de este suceso de producciones fílmicas.
Tecnología más sencilla y a mano: Gracias a eso la gente está haciendo cosas. Todos los trabajos recientes fueron hechos en formato digital, que en definitiva no es cine. Pero sin dudas, es un excelente ejercicio en realización de largometrajes, dijo a IPS.
Rockhold Peña, egresada de dos talleres de producción dictados por la Universidad del Sur de California, elogia la iniciativa de los creadores locales y, al mismo tiempo, critica la falta de compromiso del Estado en el fomento a esta actividad y en las garantías a realizadores extranjeros que quieran filmar en Paraguay.
La productora estimó imprescindible la adhesión del país al programa europeo de fomento audiovisual denominado Ibermedia, mediante la cual se lograría ingresar a una competencia para obtener, anualmente, fondos por dos millones de dólares destinados a producción cinematográfica.
Rockhold Peña puso de ejemplo la exitosa película mexicana El crimen del padre Amaro, cuya realización fue posible por la financiación de Ibermedia.
Por otro lado, propuso que se establezca una Comisión de Cine y que se grave con un impuesto la taquilla cinematográfica, tal como en la vecina Argentina, de modo de lograr recursos para canalizar a la producción fílmica.
Excepto Supremo por siempre, que se rodará en 35 milímetros, los largometrajes paraguayos mencionados fueron producidos en formato digital y proyectados en ese mismo soporte.
miramenometokéi fue la única de estas producciones que recibió ayuda estatal, unos 18.000 dólares con los que se financió 40 por ciento del presupuesto gastado hasta el momento. (
