Brasil cuenta con un galán internacional para disputar mercados cinematográficos extranjeros, o por lo menos ayudar a reducir el dominio del mercado local por parte de Hollywood.
Rodrigo Santoro es visto desde la semana pasada en Estados Unidos, en la película para televisión ”The Roman Spring of Mrs. Stone” (La primavera romana de la señora Stone), que emite el canal por cable Showtime.
Se trata de la segunda adaptación al cine de la única novela escrita por el dramaturgo estadounidense Tennessee Williams. La primera, de 1961, tuvo en los papeles estelares a Vivien Leigh y Warren Beatty.
En ese filme, dirigido por Robert Ackerman, Santoro interpreta a un joven mendigo italiano que perdió todo en la segunda guerra mundial y persigue, mudo y andrajoso, a una decadente actriz estadounidense retirada en Roma, representada por Helen Mirren.
La semana próxima, Santoro aparecerá también en las pantallas grandes de Estados Unidos, con el estreno de la película ”Charlie's Angels – Full Throttle” (literalmente, ”Los Angeles de Charlie – A toda marcha), cuya exhibición en Brasil fue anunciada para julio con el título ”Panteras II”.
Santoro insiste en aclarar que sólo tiene una breve participación como villano en dos escenas de ese filme, segundo basada en una serie de televisión que fue popular en los años 70, y en el que actúan Demi Moore, Drew Barrymore, Cameron Diaz, Lucy Liu y otras estrellas de Hollywood.
El astro brasileño también hizo el papel de un arquitecto en la comedia británica ”Love actually”, en la cual actuaron Hugh Grant y Emma Thompson.
A los 27 años, Santoro tiene nueve de experiencia en telenovelas, y se ha consolidado como el ”símbolo sexual” de mayor destaque en el cine y la televisión de Brasil.
En la actualidad, participa en la telenovela ”Mujeres apasionadas”, que ocupa el principal horario de la red Globo, a las 20.30 horas, y en publicidad televisiva de cerveza, calzado y muchos otros productos.
En el cine brasileño, en cambio, ha interpretado papeles dramáticos, por ejemplo el de un travesti apodado ”Lady Di” en la película ”Carandirú”, en exhibición hace seis semanas y la producción de mayor éxito en las dos últimas décadas, con más de 3,5 millones de espectadores hasta ahora.
El casamiento informal de ”Lady Di” y un preso feo y bajo, celebrado por homosexuales, es una de las escenas más impactantes de esa película, que cuenta la vida en la superpoblada y ya demolida cárcel de Carandirú, en el centro de Sao Paulo, y culmina con la masacre de por lo menos 111 presos practicada allí por la policía en 1992.
Esbelto, de cabello negro y lacio, y con un rostro juvenil que puede parecer adolescente, el actor no pierde su fuerza de atracción y sensualidad en los papeles en que aparece harapiento, torturado o en estado casi salvaje.
Es así en la película de Showtime, y en las dos que lo convirtieron en premiado actor de cine en Brasil, ”Bicho de sete cabeças” y ”Abril despedazado”.
En la primera, Santoro es un joven estudiante internado por su padre en un manicomio por fumar marihuana.
La película, basada en un caso real y dirigida por Lais Bodansky, una cineasta de la nueva generación, es un manifiesto contra las clínicas psiquiátricas que aún emplean electrochoques y medicamentos que perjudican la salud mental de los pacientes, en vez de hacerlos recuperarla.
”Abril despedazado”, de Walter Salles, premiado director de ”Central do Brasil”, muestra un Santoro sudoroso por trabajar de sol a sol en una vieja molienda de caña de azúcar, que mata a un hacendado asesino de su hermano mayor. Se basa en una novela del albanés Ismail Kadaré, modificada para acercar la historia a antiguas tradiciones del noreste brasileño.
Con esos trabajos, Santoro se destacó entre los muchos actores y actrices elegidos por su belleza física y carisma que lanza la Red Globo con cada nueva telenovela.
Es frecuente que el teatro y el cine traten de aprovechar a esas nuevas celebridades para superar su crónica crisis financiera, no siempre con éxito.
El talento de Santoro fue reconocido mediante los premios al mejor actor que ganó en 2000 en los festivales de Brasilia y de la nororiental ciudad de Recife, por ”Bicho de sete cabeças”. (