Brasil entra en ómnibus a la era del vehículo eléctrico híbrido (VEH), que expertos aseguran revolucionará la industria automovilística en los próximos años gracias a su eficiencia energética y ventajas ambientales.
Eletra, una pequeña empresa de Sao Bernardo do Campo, ciudad de la región metropolitana de Sao Paulo, comenzó la producción de autobuses y camiones VEH hace tres años y ya sometió los primeros a prueba.
Así, los pasajeros de una ruta muy concurrida de Sao Paulo pasarán a fines de este año a ser transportados por 16 de esos nuevos autobuses, que reducen la emisión de humo negro en 90 por ciento y de monóxido de carbono en 70 por ciento, un alivio para una de las ciudades más contaminadas del mundo.
La empresa ya exportó tres vehículos de pasajeros de ese tipo a Chile, cuya capital es un gran mercado debido a su alta contaminación por humo negro, y negocia ventas a Italia, México, Nueva Zelanda y Panamá.
Pero aún falta mucho para que las ciudades latinoamericanas adopten este tipo de transporte público, más costoso que el impulsado por motores diesel, pues no se han establecido políticas generalizadas de incentivos fiscales para promover fuentes energéticas limpias.
La nueva tecnología de automotores, anunciada en Japón en 1998, ya mueve casi 200.000 automóviles fabricados por las firmas de ese país Honda y Toyota. También marcas estadounidenses han incursionado con éxito en este mercado.
Es ”un cambio de paradigma”, comentó a IPS Jayme Buarque de Holanda, director general del Instituto Nacional de Eficiencia Energética (INEE), la organización no gubernamental de Río de Janeiro que aprobó la novedad y decidió promoverla a través de seminarios y charlas.
El VEH es movido por un motor eléctrico, pero lleva instalado un generador que produce la electricidad necesaria, lo cual le da mayor autonomía que otros vehículos y sin los cables que limitan la movilidad de trolebús o tranvías, además de aceleración suave y silenciosa. También ofrece gran ventaja ambiental.
El generador quema el mismo diesel que usan los autobuses convencionales, pero contamina mucho menos porque opera con ”rotación fija”, sin los aumentos de potencia exigidos por los motores de explosión en los momentos de arranque y subida, explicó a IPS el director técnico de Eletra, Antonio Vicente.
Una batería acumula la energía ahorrada cuando no hace falta fuerza de tracción, en los declives, llanos o frenazos, agregó.
Por todo eso el generador puede ser menos potente y pequeño, consume por lo menos 20 por ciento menos de combustible, bajando en la misma proporción la emisión de dióxido de carbono, principal factor del efecto invernadero que recalienta la atmósfera del planeta.
Es un verdadero huevo de Colón, porque las tecnologías empleadas, de tracción y generación eléctricas ya son conocidas hace más de un siglo, observó Buarque de Holanda.
El VEH llega aparentemente con gran atraso, pero la verdad es que se hizo viable comercialmente por el avance de la electrónica e informática. Su operación exige computadoras para un perfecto control del motor, la potencia y los tiempos para usar o acumular electricidad.
Eso era demasiado caro antes de los grandes avances tecnológicos apuntados pues ocupaba mucho espacio hace algún tiempo, señaló el experto.
Además, existía la expectativa de que el hidrógeno sería el mejor sucesor del petróleo, en términos económicos y ambientales, y sólo ahora se reconoce que el desarrollo de esa alternativa llevará aún muchos años, añadió el ingeniero Vicente.
Mientras, el VEH es una solución inmediata para la contaminación urbana y el desperdicio de combustibles.
El valor del autobús de Eletra es 20 a 30 por ciento más caro que el convencional, pero en tres años se recupera esa diferencia por tener un costo operativo 30 por ciento menor, pues gasta menos combustible y repuestos, además de durar el doble, argumentó Vicente.
La empresa espera conquistar varios mercados externos, además del brasileño, porque puede venderlos a 150.000 dólares, menos de la mitad del precio de los autobuses VEH construidos en Estados Unidos.
El entusiasmo por la nueva tecnología es compartido con creces por Luiz Pecorelli Peres, profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro y que hace dos años fundó el Grupo de Estudios de Vehículos Eléctricos, después de doctorarse con una tesis sobre ese tema.
Pecorelli Peres opinó que los VEH son parte de una tendencia mundial, ante la demanda del mercado y exigencias ambientales, y la industria automovilística en general tendrá que rendirse al ”hecho inevitable”.
A su vez, Buarque de Holanda destacó que, en términos ambientales, se puede mejorar el desempeño empleando alcohol y aceites vegetales en lugar de derivados de petróleo.
Las ventajas para el transporte constituyen sólo una primera fase. El VEH podrá servir como un cogenerador eléctrico de reserva para hogares y hospitales, sostuvo el director general del INEE, quien estimó que tres pequeños motores podrían producir energía suficiente para un edificio de 40 apartamentos.
La eficiencia energética, ”excelente” en el VEH, es la misión del INEE.
Buarque de Holanda piensa también aprovechar la energía de los vehículos que se dispersa en forma de calor en el motor y en el tubo de descarga y que corresponde a cerca de ”un tercio del combustible consumido”. Podría alimentar aparatos de aire acondicionado, ejemplificó.
