El control de cambios en Venezuela amenaza con provocar gran escasez de alimentos dentro de pocas semanas, pues limita la disponibilidad de divisas en un país que importa casi la mitad de lo que come, advirtieron empresarios.
”Las autoridades han colocado innumerables requisitos para importar trigo, se acaban las existencias y en la segunda semana de mayo habrá un fuerte desabastecimiento de pan”, alertó este martes el presidente de la federación de panaderos, Tomás Ramos.
Anita Ferreira, responsable de una panadería en un sector de clase media baja de Caracas, dijo a IPS que ”los distribuidores avisaron que entregarán cada vez menos harina, aunque las existencias rinden un poco más porque debido al precio la gente compra menos pan”.
El kilogramo de pan aumentó 30 por ciento desde enero y se vende al equivalente de 1,30 dólares.
Venezuela, de 23 millones de habitantes, consume al año 1,2 millones de toneladas de trigo, prácticamente todo importado. Las 10 empresas molineras y 6.000 panaderías del país emplean a 140.000 personas, según la Asociación de Molinos.
El presidente de la asociación de avicultores, Domingo Francisco, aseguró que ”la producción de pollo y huevos está en peligro, por escasez de alimentos para animales que requieren insumos importados”.
”Al ritmo actual, dentro de 40 días no podremos hacer (comprar) suministros”, agregó.
El titular de la Asociación de Supermercados, Nelson da Gama, dijo que el sector cuenta con mercadería para 30 días. Pero esos establecimientos ya están tomando medidas.
”Para evitar compras nerviosas, llenamos los anaqueles lo mejor posible y no decimos cuáles alimentos pueden escasear”, dijo a IPS Luis Sosa, gerente de sucursal de una cadena de supermercados.
No han vuelto a verse las hileras de anaqueles vacíos de diciembre y enero, cuando empresarios y sindicatos realizaron una huelga contra el gobierno. Pero en muchos comercios comienza a faltar carne de pollo, algunos aceites, grasas y productos lácteos, así como alimentos finos importados.
En el principal mercado mayorista de Caracas, donde se abastecen la mayoría de los expendios populares de alimentos, no se registraba escasez de los productos frescos, incluidas carnes de vacuno y de aves.
El presidente de la federación de ganaderos, José Luis Betancourt, aseguró que ”no existe peligro de desabastecimiento de carne roja, aunque el sector está golpeado por los controles de precios y la dificultad para pagar en dólares insumos y servicios”.
Por su parte, el presidente de la Cámara de industrias Alimenticias, Rafael Alfonso, dijo que ”el consumo de alimentos cayó cinco por ciento sólo en febrero, y nuestras industrias están trabajando a un 45 por ciento de su capacidad, con escasez de materia prima y empaques”.
Alfonso y Betancourt, adherentes de la opositora Coordinadora Democrática, criticaron el anuncio gubernamental de que importará de emergencia 50 millones de dólares en medicinas y alimentos de Brasil, incluida carne vacuna.
Venezuela importó en 2002 productos agrícolas y alimentos por 1.900 millones de dólares. El ministro de Agricultura, Efrén Andrades, recordó a IPS que ”tradicionalmente, uno de cada dos kilogramos de alimentos que consumimos los venezolanos es importado”.
”Si es necesario”, el gobierno ”puede importar a través de sus organismos del sector agro-alimentario y con apoyo de la fuerza armada, para sostener la red de distribución popular de alimentos”, dijo Andrades.
Esta puede beneficiar a ocho millones de personas, un tercio de la población del país, según el despacho de Andrades.
”Mientras gastan dólares en importaciones niegan las divisas a los productores”, dijo Betancourt. ”Es una medida de retaliación (represalia) política”, observó Alfonso, miembro de un equipo negociador de la Coordinadora que, con la huelga de dos meses, presionó sin éxito por el fin anticipado del gobierno de Hugo Chávez.
Según Andrades, ”el gobierno revisará los precios controlados cuando salgan las próximas cosechas, dentro de unos tres meses, y en cuanto a los dólares que necesitan los importadores ya la inercia del proceso depende de la celeridad de los bancos”.
El gobierno implantó un control de cambios hace 100 días, cuando las reservas internacionales ascendían a 11.031 millones de dólares y mermaban a razón de 60 millones diarios. Además, estableció una Comisión de Administración de Divisas para entregar los dólares o euros que necesitasen, entre otros, los importadores.
La Comisión demoró semanas en instrumentar los mecanismos de asignación de divisas, estableció una serie de requisitos a los importadores —pago al día de impuestos y obligaciones legales internas, además de constituir fianzas en bolívares— y ha entregado, a cuentagotas, apenas unas decenas de millones de dólares.
Las reservas llegaron a 14.321 millones de dólares el viernes. La principal organización de industriales, Conindustria, solicitó formalmente al Tribunal Supremo de Justicia que declare la nulidad del control cambiario. (
