La estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), una de las mayores empresas del Sur en desarrollo, encara el reto de mantenerse entre las grandes firmas mundiales del sector, tras una huelga de dos meses que la semiparalizó y el despido de casi la mitad de sus empleados.
La guerra de Estados Unidos contra Iraq pilló así a Pdvsa fuera de forma para aprovechar la sed de petróleo en los mercados.
Además ese conflicto amenaza con hacer de Iraq, a mediano plazo, no sólo una trituradora de precios sino también un competidor por los clientes de la firma venezolana en Estados Unidos.
La producción petrolera del país, oficialmente 2,8 millones de barriles de 159 litros por día en noviembre, se ha recuperado y actualmente es 3.156.000 barriles diarios, de los cuales 2,5 millones de barriles son de Pdvsa y el resto corresponde a las asociaciones con empresas extranjeras, según el presidente de la empresa, Alí Rodríguez.
La refinería Paraguaná, la mayor del mundo con capacidad para procesar 1,1 millones de barriles diarios, despachó el martes su primer embarque tras la huelga a Estados Unidos, de 360.000 barriles de gasolina.
Por añadidura, nuevos hallazgos agregaron 1.000 millones de barriles a los 77.000 millones de las reservas venezolanas, que son siete por ciento del total mundial.
La huelga empresarial y sindical con que la oposición buscó una salida anticipada del poder del presidente Hugo Chávez, elegido para gobernar de 2000 a 2006, tuvo como ariete a 5.000 gerentes de Pdvsa, pero el gobierno puso a esa firma bajo control militar y despidió por huelguistas a 15.000 de sus 37.000 empleados.
En diciembre, cuando la huelga estaba en su apogeo, el país produjo menos de 300.000 barriles diarios, las refinerías cerraron y la distribución interna de combustibles colapsó.
Según especialistas, la huelga causó pérdidas de unos 7.500 millones de dólares, o sea casi siete por ciento del producto interno bruto, y dos tercios de ellas se produjeron en la industria petrolera, que además debió destinar unos 900 millones de dólares a importar gasolina por primera vez en siete décadas.
Nos hicieron un favor. Ahora haremos la verdadera nacionalización con una Pdvsa patriota, proclamó Chávez.
La industria fue estatizada en 1976.
Venezuela se sostendrá como un proveedor seguro y confiable. Garantizaremos el suministro a todos nuestros clientes en Estados Unidos, aseguró el ministro de Energía, Rafael Ramírez.
El país exportó en 2002 un promedio de 1,5 millones de barriles diarios de crudos y derivados a Estados Unidos, aproximadamente 13 por ciento del consumo estadounidense.
Los portavoces de Gente de Petróleo, el sindicato de gerentes que hicieron la huelga y fueron despedidos, sostiene que la producción actual es menor que la informada oficialmente, y que se realiza a expensas de una sobreexplotación de los pozos sin reponer su potencial.
La declinación natural de los yacimientos petroleros de Venezuela es de 20 a 25 por ciento. Si no se hacen inversiones, se perderán 600.000 barriles de capacidad diaria de extracción para el año próximo, aseguró a IPS el experto petrolero Alberto Quirós.
Quirós señaló además fallas de comercialización, mayores costos de seguro y fletes, gastos en importaciones y caída del cóctel de exportación (con aumento de crudos y disminución de derivados) durante meses, e indicó que por todo eso se ganarán hasta unos nueve dólares menos por barril.
El petróleo venezolano se exporta a un promedio de 24 dólares por barril.
Según un estudio del banco alemán Deutsche Bank divulgado en marzo, los ingresos brutos de Pdvsa, sin contar su filial estadounidense Citgo, caerán este año a menos de 15.000 millones de dólares, tras ser 26.000 millones de 2001. Aún no se conocen los resultados de 2002.
La empresa tiene un patrimonio de 35.000 millones de dólares y realiza ventas brutas globales por valor de unos 50.000 millones anuales. Es dueña de 18 complejos de refinación y distribución en América del Norte y Europa, y Citgo abastece de gasolina a unos 15.000 expendios en el este y el sudeste de Estados Unidos.
Rodríguez organizó una reestructuración de emergencia tras la huelga, mediante la división de Pdvsa dos grandes operadoras para el oriente y el occidente del país, y sometió a estudio la situación de los negocios en el exterior. La mayoría de los expertos desaconsejan la venta de Citgo.
La izquierda nacionalista critica esa reorganización porque la considera tímida. Pdvsa tiene 90 compañías en Venezuela y otras tantas en el exterior, las que funcionan como engranajes de un mecanismo desnacionalizador, dijo a IPS el experto Víctor Poleo.
Poleo y otros especialistas abogan por la constitución de un Consejo de Estado de Seguridad, Defensa, Energía y Recursos Naturales, mediante foros en todo el país.
De los 50.000 millones de dólares anuales en ventas (brutas de Pdvsa), 40.000 millones se gastan y reinvierten en el negocio, y sólo un quinto se entrega a los dueños, que son el Estado y el pueblo. Por eso somos un país rico con una población pobre, deploró Poleo.
Por otra parte, el ex gerente de entorno de mercado de Pdvsa, Luis Echeverría, indicó al diario caraqueño El Nacional que el desenlace del conflicto iraquí puede ser perjudicial para Venezuela.
Iraq podría duplicar o triplicar a mediano plazo su producción petrolera previa a la guerra, que era 2,5 millones de barriles diarios, porque el crudo iraquí es liviano y dulce (fácil de refinar y con bajo contenido de azufre y metales), explicó.
El petróleo de Iraq ya competía antes de la actual guerra con el venezolano en Estados Unidos, donde era comprado a terceros, advirtió.
La publicación especializada británica Petroleum Intelligence Weekly ubicó durante años a Pdvsa en el segundo lugar de su lista de las mayores petroleras del mundo, mediante evaluaciones que tienen en cuenta reservas, producción, ventas, capacidad de refinación, ganancias y cantidad de empleados.
Con esos criterios, la empresa venezolana sólo quedó detrás de la saudita Aramco, y superó a las históricas siete hermanas del petróleo, Exxon, Shell, British Petroleum, Texaco, Mobil, Gulf y Socal.