Cada día que pasa crecen las dudas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq, la principal razón esgrimida por Estados Unidos para invadir ese país.
El presidente estadounidense George W. Bush declaró hace un mes que, si Saddam Hussein y sus dos hijos no abandonaban el gobierno de Iraq, ordenaría el ataque militar para expulsarlo y eliminar las armas de destrucción masiva (ADM) en su poder.
Información reunida por este y otros gobiernos no deja duda de que el régimen de Iraq sigue poseyendo y ocultando algunas de las armas mas mortíferas diseñadas. Hoy, ninguna nación puede asegurar que Iraq se ha desarmado, y no se desarmará si Saddam Hussein sigue en el poder, continuó entonces.
Bush insistió en vincular la presencia de ADM a la necesidad de aplicar un cambio de régimen.
Un mes después, las fuerzas estadounidenses controlan casi todo Iraq, el régimen de Saddam Hussein fue derrotado y no se encontraron las ADM, a pesar de la intensa búsqueda que comenzó en enero cuando fuerzas especiales de Estados Unidos ingresaron en el occidente de Iraq.
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El Pentágono (Ministerio de Defensa) y expertos independientes insisten que es muy pronto para saber si Iraq tiene ADM o no, pero el hecho de que no existan pruebas concretas de su existencia genera inquietud en Washington.
Cuanto más tarden en encontrarse las armas, más importante será el asunto, según Mark Burgess, experto en desarme del Centro de Información de Defensa en Washington.
Aunque mucha gente cree que la guerra está justificada aun si no se encuentran ADM, muchos más están observando con atención para ver si Bush tenía razón, destacó.
Burgess, como otros analistas, dice que Washington debería invitar inmediatamente a Iraq a los inspectores de armas de Organización de Naciones Unidas (ONU) para continuar su labor en búsqueda de las ADM, que fue interrumpida por la guerra iniciada por Estados Unidos el 20 de marzo.
Aunque se encontraran armas ahora, muchos creerán que fueron plantadas por las fuerzas militares de estadounidenses, sostuvo.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, pidió el jueves al jefe de inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, que continúe su labor. Por el momento, el Pentágono insiste en tener el control exclusivo en Iraq.
En entrevista con la cadena británica BBC el viernes 18, Blix dijo que el hecho de que no se hayan encontrado indicios de ADM en Iraq lo disponía a creer que las mismas habían sido destruidas, como aseguraba Bagdad antes de la guerra.
En el plano internacional, el tema es sumamente importante, porque Bush justificó la ofensiva militar de Estados Unidos por la existencia de las ADM que podrían ser transferidas a organizaciones terroristas, como Al Qaeda. Washington aseguraba que Bagdad tenía vínculos con esa red de Osama bin Laden.
Aunque el presunto vínculo entre Bagdad y Al Qaeda era descartado por la mayoría, la idea de que Saddam Hussein ocultaba ADM era mucho más aceptada.
Eso se debió en parte a que el régimen utilizó armas químicas en los años 80 y porque inspectores de la ONU encontraron grandes cantidades de esas armas y un programa nuclear más avanzado de lo esperado cuando fueron enviados a Iraq tras la primera guerra del Golfo (1991).
El secretario de Estado (canciller estadounidense), Colin Powell, aseguró ante el Consejo de Seguridad de la ONU el 5 de febrero que Iraq almacenaba entre 100 y 500 toneladas de armas químicas, suficiente para armar 16.000 cohetes.
También afirmó que Iraq contaba con fábricas de armas biológicas sobre ruedas y rieles, inclusive 18 camiones con ese fin, y un nuevo programa de armas nucleares que sustituyó al desmantelado en los años 90 por los inspectores.
Los inspectores desacreditaron esta versión al concluir que los tubos importados por Iraq que, según Washington, serían usados con fines nucleares, se habían utilizado para misiles y que la correspondencia escrita sobre la presunta venta de uranio a Iraq por el gobierno de Níger había sido falsificada.
El Pentágono informó el viernes que sus expertos visitaron sólo 50 sitios de una lista de varios cientos en Iraq, y que un nuevo grupo de expertos enviados al territorio iraquí, que incluye a varios ex inspectores de la ONU, trabajará con mayor rapidez.
Al mismo tiempo, el secretario de defensa Donald Rumsfeld manifestó sus dudas de que los expertos vayan a encontrar algo. Lo que haremos es encontrar a la gente que nos diga qué pasó, declaró.
El principal asesor científico de Saddam Hussein, el general Amir al Saadi, se rindió voluntariamente a las fuerzas militares de Estados Unidos hace una semana, e insistió que el país había destruido sus ADM.
El tiempo lo confirmará, le dijo a una red de televisión alemana antes de entregarse.
Varios analistas vinculados con las Fuerzas Armadas y los organismos de inteligencia de Estados Unidos reiteraron que Washington nunca tuvo pruebas concretas sobre la existencia de ADM en Iraq.
Poco antes de la guerra, el analista militar William Arkin escribió en el diario Los Angeles Times que oficiales de la Fuerza Aérea le aseguraron que no existía un solo objetivo químico- biológico confirmado en su lista para la guerra contra Iraq.
Funcionarios de inteligencia retirados también se quejaron de que elementos de línea dura del gobierno de Bush politizaron la información para adaptarla a sus objetivos.
No estoy dispuesto a decir que Iraq no tenía capacidad (armamentista), pero no hay duda de que el gobierno (de EEUU) disimuló información y que hace falta una investigación a fondo del Comité de Inteligencia del Senado, expresó Mel Goodman, analista retirado de la CIA, del Center for International Policy.
Ante la falta de credibilidad del gobierno de Estados Unidos al respecto, es fundamental que la comunidad internacional tome parte en la etapa de inspección y autorización de la búsqueda de AMD en Iraq, dijo en una entrevista con el diario Washington Post.
Si se encuentran pocas o ninguna de estas armas, Estados Unidos perderá respeto, legitimidad y credibilidad, vaticinó el analista.