IRAQ: Sobran líderes en Mosul

La ciudad de Mosul, en el norte kurdo de Iraq, se ha transformado en un campo de batalla entre milicias de distintas etnias que se disputan el poder, mientras las fuerzas de Estados Unidos tratan de restaurar la seguridad.

Meshaan Jobouri disfruta de la primavera en el jardín de la casa donde vivía el antiguo comandante de la policía de Mosul. El miliciano kurdo es claramente el líder del grupo de hombres que se ha congregado a su alrededor.

”Liberé Mosul y por lo tanto tengo la responsabilidad de garantizar la atención de la población”, declara Jobouri, muy bien vestido.

El líder cuenta que sus tropas, reforzadas con decenas de ”soldados especiales” del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), entraron en Mosul unas 12 horas antes que las fuerzas invasoras de Estados Unidos, y que él en persona aceptó la rendición de la ciudad.

Pero Estados Unidos no está contento con los planes de Jobouri de gobernar Mosul. Tampoco lo están la otra facción kurda, la Unión Patriótica del Kurdistán, ni una gran parte de la población, aparentemente.

Esa rivalidad se tornó violenta el día 15, cuando soldados estadounidenses dispararon contra un grupo de personas que se manifestaban contra la intención de Jobouri de asumir la gobernación de la ciudad, con un saldo de al menos tres muertos.

Las fuerzas de Estados Unidos obligaron entonces a Jobouri a desalojar la oficina del gobernador, en la que se había instalado.

Pero Jobouri niega esta versión de los hechos e insiste en que no tiene ambiciones de transformarse en gobernador de Mosul.

”Con el nivel de apoyo que tengo y mi importancia en la oposición, mis miras están más allá de Mosul. Quiero el liderazgo de Bagdad”, declaró.

Según Jobouri, el causante del derramamiento de sangre fue el comandante local de Estados Unidos, a quien describió como ”el loco Rambo”. Este comandante izó la bandera estadounidense en la oficina del gobernador y lo expulsó, contó el líder miliciano.

Jobouri y su milicia establecieron una ”comisión” para gobernar Mosul. El líder afirma que su poder se deriva en parte de la tribu sunita Al Jobouri, predominante en los alrededores de la ciudad.

Más importante, dijo, fue designado comandante de campo en una reunión de partidos opositores iraquíes en Londres y luego en Iraq.

El líder afirma ser uno de los seis comandantes aprobados por el grupo opositor en el exilio Congreso Nacional Iraquí (CNI) durante el régimen de Saddam Hussein. Otros representan a los grupos kurdo y chiita y a otra facción sunita, afirmó.

Sin embargo, el CNI considera a Jobouri más como un rival que como un camarada. El grupo estableció su propia presencia en Mosul y parece cooperar con el ejército de Estados Unidos, que ha custodiado sus reuniones.

El CNI estableció en Mozul el liderazgo alternativo de Ayad Hamdani, de la tribu local Al Hamdani. El líder afirma que un jeque de la tribu arregló la rendición de Mosul ante las fuerzas invasoras de Estados Unidos y Gran Bretaña.

Ahora, Hamdani se autodenomina ”presidente de la comisión administradora”, y al igual que Jobouri, promete restaurar los servicios públicos y la seguridad.

La impopularidad de Jobouri tiene que ver con las afirmaciones de que alguna vez estuvo estrechamente asociado con la familia de Saddam Hussein. Se dice que fue el guardaespaldas de Uday, el hijo mayor del dictador derrocado, pero el líder lo niega.

”Sólo conocí a Uday en 1989, justo antes de romper con el régimen”, aclara, pero reconoce que tuvo estrechos vínculos con el partido Baas y con el propio Saddam Hussein.

”Los apoyaba porque ellos peleaban contra el fundamentalismo de los chiitas e Irán, al igual que la mayoría en Iraq y aun los países democráticos”, dice.

Las asociaciones del Baas no se volverán en su contra, sostiene, porque en Mosul todas las familias ”tienen al menos un miembro que era del Baas, de la Guardia Republicana o incluso un fedayín (combatiente voluntario) de Saddam”.

No sorprende entonces que Jobouri sea partidario de una ”amnistía” para los miembros del depuesto Baas.

”La oposición tiene listas de personas para detener, pero yo no participaré en eso”, declaró. El CNI en Mosul también habla de perdón, pero sus líderes manifiestan intenciones de erradicar al partido Baas.

Esta división es reflejo de lo que ocurre en Washington, donde el Pentágono (Departamento de Defensa) apoya al CNI y sus combatientes, mientras la Agencia Central de Inteligencia (CIA) tiene estrechos vínculos con el PDK, que respalda a Jobouri.

Líderes del CNI en Bagdad protestaron contra la ”interferencia irresponsable de la CIA”, que según ellos induce a antiguos miembros del Baas a mantenerse en el gobierno de Iraq.

Mientras, Jobouri no parece preocupado por la rivalidad. Cada noche, a la hora 9, pronuncia un discurso en la televisión local, en el que ofrece una actualización de los hechos políticos y habla de su propia agenda.

Entre otras cosas, declara que la televisión en el nuevo Iraq no será utilizada para fines políticos.

”Me gustaría ser ministro de telecomunicaciones y transporte en Bagdad”, expresó el líder. (

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