IRAQ: Los hombres silenciosos de Bagdad

El primer grupo de hombres silenciosos se alojó en el hotel Palestina, donde se encuentran la mayoría de los periodistas extranjeros en la capital de Iraq, pocos días después de iniciada la invasión estadounidense. Todos piensan que son combatientes extranjeros, pero nadie se anima a decirlo.

Evitan hablar con los restantes huéspedes del hotel, y aun entre ellos. Esa actitud resulta peculiar, dado el vínculo personal que se ha formado entre los que nos encierramos en el sótano a escuchar el estruendo de las bombas que golpean Bagdad día tras día.

”No son iraquíes”, confió un gerente del hotel, y fue lo único que dijo al respecto. El tampoco parece dispuesto a hablar mucho sobre los hombres silenciosos.

Esta misteriosa presencia puso un poco nerviosos a los pasajeros del hotel Palestina. Al menos dos de los hombres hablan un inglés fluido, pero de pocas palabras.

”¿Pudiste dormir?”, le pregunta un periodista a uno de ellos. ”Todo está bien”, contestó el hombre silencioso, en un tono que corta toda posibilidad de proseguir la conversación.
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”¿Piensas que los estadounidenses mejorarán aunque sea un poco la vida de los iraquíes?”, insiste el periodista. ”Espera y verás”, dice el hombre, en tono siniestro. Es que a los hombres silenciosos les hablan más de lo que ellos hablan.

Un periodista occidental comenta que su presencia es, de hecho, una noticia. Piensa lo mismo que todos, pero nadie se atreve a decir: estos hombres son algunos de los combatientes árabes que viajaron a Iraq para combatir a los invasores.

Por paradoja, los hombres silenciosos quizás sean hombres bomba. Pero, ¿cómo saber que alguien es un hombre bomba antes de que sea demasiado tarde?

Los misteriosos huéspedes tienen una actitud que los distingue del resto de la resistencia en ciernes a la irrupción de las tropas estadounidenses en Bagdad. Policías, soldados y milicias del gobernante partido Baath manifiestan a viva voz su ira.

Pero tanto los furiosos iraquíes armados como los hombres silenciosos que esperan la batalla por Bagdad parecen contar con el apoyo de todos los habitantes de la ciudad.

”Estos son nuestros libertadores y le enseñarán a los estadounidenses a qué se arriesgaron al venir a nuestra tierra”, dijo, en correcto inglés, un maestro que vive en un complejo de apartamentos cerca del hotel Palestina.

Para el maestro, los invasores cometieron un gran error. ”Si hay algo que une en esta ciudad a los simpatizantes de (el presidente) Saddam (Hussein) y a sus opositores, a (musulmanes) sunitas y chiítas, a ricos y a pobres es que no tolerarán que los estadounidenses vengan y se apoderen del país”, dijo.

La palabra ”estadounidense” equivale a enemigo. La posibilidad de que los bagdadíes los reciban como libertadores suena inimaginable. Muchos dicen que los invasores ya avanzaron dentro de la ciudad y fueron repelidos. De hecho, los combates ya se escuchan desde el centro de Bagdad.

”Ya ven que los estamos combatiendo”, dijo uno de los funcionarios del gobierno de Saddam Hussein que acompañan a los periodistas extranjeros.

Todas las personas con las que hemos hablado en los últimos días quieren pelear contra los estadounidenses. La mayoría parecen ser simpatizantes del Baath, o, al menos, piensan como si lo fueran cuando se trata de los invasores.

Y parecen genuinamente sinceros, a pesar de la presencia obligatoria de los funcionarios del gobierno en toda conversación entre un periodista extranjero y un iraquí.

Aunque nadie está seguro de que los bagdadías den la pelea en el momento en que estalle, la determinación que muestran ahora es un arma en sí misma.

”Quizás la guerra real comience después de que los estadounidenses piensen que ha terminado”, concluyó el maestro.

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