IRAQ: Japón se debate entre EEUU y la ONU

Japón se debate entre el respaldo a la ONU y el apoyo a un gobierno de ocupación estadounidense en el Iraq de posguerra, mientras observa con preocupación la tensión entre la vecina Corea del Norte y Estados Unidos.

Corea del Norte advirtió que luchará si Washington la trata como otro Iraq, aunque Pyongyang estaría dispuesto a participar en negociaciones multilaterales sobre su programa de desarrollo de armas nucleares.

”El dilema es mantener a Washington satisfecho para que defienda a Japón de Corea del Norte, y al mismo tiempo apoyar a la ONU (Organización de Naciones Unidas) para que impida un ataque” de Pyongyang, comentó el analista político Kichiya Kobayashi.

La canciller Yoriko Kawaguchi declaró en visitas a París, Londres y Beijing que la comunidad internacional debe participar en la reconstrucción de Iraq, que el Consejo de Seguridad de la ONU debe aprobar una resolución en ese sentido y que Estados Unidos y Europa deben llegar a un acuerdo al respecto.

”En la era posterior a Saddam (Hussein), Japón debe trabajar mucho para actuar como mediador” y ”exhortar a Estados Unidos y Gran Bretaña a respetar a la ONU”, declaró el subsecretario del gabinete, Shinzo Abe.

Yukio Okamoto, asesor diplomático del primer ministro Junichiro Koizumi, declaró tras su retorno de Medio Oriente el lunes que Tokio también debe ayudar a Egipto, Jordania y otros países de la región.

”Japón tiene que tomar en cuenta a todo el mundo árabe… que no está contento con la guerra, y la euforia inicial sobre la expulsión de Saddam podría cambiar si no hay avances en el frente económico y político en Iraq”, dijo al canal de televisión NHK.

Oficialmente, Japón sostiene que la ONU debe tener un papel preponderante en la reconstrucción y el gobierno interino de Iraq.

Pero algunos analistas consideran que, tras el éxito militar de Estados Unidos contra Iraq, Japón debe asegurar su apoyo a Washington, sobre todo ante la inquietud por el programa nuclear de Pyongyang.

Tokio debe respaldar el plan de Washington para designar al general retirado Jay Garner al frente de la administración interina en Iraq y reportarse al jefe del Comando Central de Estados Unidos, general Tommy Franks, argumentan.

”La caída del régimen de Saddam demostró que Estados Unidos cumple un papel de profunda importancia en la defensa de la paz mundial. También comprobó que la alianza de Japón” con Washington ”es sumamente importante para la seguridad” japonesa, señaló un editorial de Yomiuri, el diario de mayor circulación de este país.

Una opinión discordante es la del Chugoku Shimbun. ”El sistema de seguridad colectiva de la ONU ayudó a impedir conflictos a gran escala en el mundo. El uso de la fuerza por Estados Unidos contra Iraq constituye una violación de la Carta de la ONU”, señaló en su edición del día 6.

”La guerra de la administración de (George W.) Bush contra Iraq ignoró la responsabilidad colectiva centrada en la ONU. Japón sólo tendrá las de perder si apoya esa política”, advirtió Keiko Otsuru, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Kansai.

La oposición a la guerra liderada por Estados Unidos contra Iraq habría sido mejor para la política japonesa de relacionamiento con Corea del Norte, en lugar de depender de la protección que le brinda Washington y que sólo aumenta la inseguridad y la hostilidad de Pyongyang hacia Japón, agregó.

Miembros del Partido Liberal Democrático (LDP), al frente de la coalición de gobierno, comparten esa opinión.

”El plan estadounidense para democratizar a Medio Oriente peca de ingenuo y sólo terminará por desestabilizar a la región”, sostuvo Yuriko Koike, visitante asiduo de la región.

Pero el firme apoyo oficial a Washington que caracteriza a la política exterior de Tokio desde hace 50 años está determinado por un pacto bilateral de seguridad firmado en 1952, que permitió la instalación en este país de bases militares estadounidenses a cambio de que Washington asegurara la defensa de Japón.

El asunto de Corea del Norte complica el panorama para Japón con respecto al papel que les compete a Estados Unidos y a la ONU en el Iraq de posguerra.

Japón necesita la protección de Estados Unidos, pero también necesita a la ONU para instrumentar el diálogo político con Corea del Norte, una iniciativa que cuenta con el respaldo de China y Corea del Sur.

En este sentido, Tokio también fomenta los contactos con Beijing y Seúl para hallar una solución multilateral al problema de Corea del Norte.

La crisis de Corea del Norte comenzó cuando ese país admitió en octubre de 2002 tener un programa secreto de enriquecimiento de uranio, en contra de un tratado bilateral con Estados Unidos que preveía ayuda económica y petrolera a Pyongyang a cambio del congelamiento del programa nuclear norcoreano.

En enero, la crisis se agravó cuando Pyongyang anunció su retiro del Tratado de No Proliferación Nuclear y expulsó a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Estados Unidos, que lanzó la guerra contra Iraq con el argumento de que ese país incumplió su obligación de destruir sus armas de destrucción masiva, no asumió una posición similar respecto de Corea del Norte, por temor a que Pyongyang tome represalias contra sus aliados Corea del Sur y Japón.

China insistía en que la crisis debía resolverse de manera bilateral entre Estados Unidos y Corea del Norte, pero parece que la irritación de Beijing hacia su antiguo aliado comunista y la preocupación por sus vínculos con Washington la hicieron cambiar de idea.

Además, China teme que si Corea del Norte se declara potencia nuclear, se desate en la región una carrera militar que incluiría a Japón, Corea del Sur y Taiwan, a la que Beijing considera una provincia renegada.

La semana pasada, la canciller Kawaguchi visitó Beijing para impulsar las relaciones y consolidar para la ONU un papel que le permita contener todo posible conflicto con Corea del Norte.

El primer ministro chino Wen Jiabao, que hace poco había rechazado una invitación para visitar Japón, dijo a Kawaguchi que el gobierno de China está listo para mejorar las relaciones con Tokio.

El viaje de Kawaguchi revela un interés creciente en Asia oriental por mostrar un frente unido para llegar a un acuerdo diplomático sobre Corea del Norte, según expertos.

”Japón hará lo posible para resolver la crisis (norcoreana) por medios políticos”, declaró el primer ministro Koizumi. (

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