IRAQ: Japón apoya a EEUU por amenaza de Corea del Norte

La amenaza nuclear de Corea del Norte y la dependencia de la protección militar de Estados Unidos obligaron a Japón a fortalecer su apoyo a las fuerzas invasoras de Iraq, ahora que la guerra parece prolongarse mucho más de lo previsto.

”La dictadura norcoreana representa una gran amenaza para la seguridad de Japón”, señaló Taro Yayoma, columnista del periódico conservador Sankei, explicando por qué Japón ofrece esta vez un apoyo mayor al ataque lanzado por Estados Unidos contra Iraq que en la primera guerra del Golfo (1991).

Para protegerse de las armas nucleares de Corea del Norte, Japón depende más que nunca del pacto de seguridad firmado en 1960 con Estados Unidos, que le ofrece protección militar a cambio de bases estadounidenses en su territorio.

La primera señal visible de esta posición de política exterior de Tokio, pese a la oposición de la mayor parte de la opinión pública a la guerra, fue la reafirmación del pacto de defensa estadounidense-japonés por el primer ministro Junichiro Koizumi el 20 de marzo, el día que comenzó la invasión.

Ahora que el conflicto tiende a extenderse mucho más de lo anticipado, el apoyo de Japón a Washington parece ir en aumento y podría ir más allá del respaldo financiero ofrecido por Tokio a la coalición que atacó a Iraq en 1991.

En una conversación telefónica el viernes con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, Koizumi dejó abierta la opción de enviar a Iraq tropas de la Fuerza de Autodefensa japonesa para mantener el orden, como solicitó Washington.

La participación de estas fuerzas en el exterior está restringida por la Constitución nacional, como lo exigieron los vencedores de la segunda guerra mundial, y para enviar tropas al exterior es necesario aprobar leyes especiales cada vez.

Otra señal del acercamiento de Tokio a Washington es la anunciada visita a Japón a mediados de este mes del vicepresidente estadounidense Dick Cheney para discutir la reconstrucción de Iraq luego de la guerra.

”Para nuestro futuro son fundamentales una fuerte alianza japonesa-estadounidense y el multilateralismo”, dijo Koizumi al parlamento.

La crisis de Corea del Norte comenzó cuando ese país admitió en octubre de 2002 tener un programa secreto de enriquecimiento de uranio, en contra de un tratado bilateral con Estados Unidos que preveía ayuda económica y petrolera a Pyongyang a cambio del congelamiento del programa nuclear norcoreano.

En enero, la crisis se agravó cuando Pyongyang anunció su retiro del Tratado de No Proliferación Nuclear.

Estados Unidos, que lanzó la guerra contra Iraq con el argumento de que ese país no cumplió con su obligación de destruir sus armas de destrucción masiva, no asumió una posición similar respecto de Corea del Norte, por temor a que Pyongyang tome represalias contra sus aliados Corea del Sur y Japón.

Actualmente, Japón no tiene otra opción más que alinearse con Washington en su ataque a Iraq, opinaron analistas.

”Una guerra rápida, en que Estados Unidos surgiera como el libertador de Iraq, habría aliviado muchos dolores de cabeza a Japón”, señaló Sunao Imamura, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Chuo.

”Pero ahora, Koizumi debe caminar en una cuerda floja entre el público contrario a la guerra y la necesidad de complacer a Washington por su propia seguridad”, explicó.

De hecho, la invasión de Iraq se convirtió en un dilema para Japón, un país pacifista que fue derrotado en la segunda guerra mundial por las bombas atómicas de Estados Unidos, señaló Yukio Okamato, asesor especial del gabinete.

En la primera guerra del Golfo, Japón logró mantener relativamente su postura pacifista restringiendo su participación a la ayuda económica (2.000 millones de dólares) a la coalición que expulsó a Iraq de Kuwait.

Aunque el gobierno hubiera querido oponerse a esta segunda guerra del Golfo, sabe bien que el respaldo de Washington le sería muy útil frente a una eventual agresión de Corea del Norte, incluida por Bush en el ”eje del mal” junto con Irán e Iraq.

”Tokio no tiene otra opción más que respaldar al gobierno de Estados Unidos en este conflicto”, concluyó Okamato.

”Si Estados Unidos pierde su disposición a actuar como la policía mundial, será un golpe muy duro para Japón”, advirtió Shinichi Kitaoka, profesor de ciencia política de la Universidad de Tokio, en un seminario sobre seguridad internacional celebrado en la capital japonesa la semana pasada. (

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