Empresarios de Gran Bretaña se reunirán la semana próxima con funcionarios del gobierno de Tony Blair para exigir una porción mayor de la prevista de los contratos para la reconstrucción de Iraq después de la guerra.
Este reclamo va a contramano de anuncios de miembros del gabinete de Blair, como los secretarios (ministros) de Relaciones Exteriores, Jack Straw, y de Desarrollo Internacional, Clare Short, quienes reservan a la ONU un papel clave en la asignación de contratos para reparar la dañada infraestructura iraquí.
Pero los empresarios también temen por la actitud del gobierno de George W. Bush, que ya comenzó a firmar contratos con empresas estadounidenses para la primera fase de la reconstrucción de Iraq y anunció que las firmas extranjeras sólo podrán participar en el proceso como subcontratadas.
Las fuerzas armadas de Gran Bretaña constituyen el segundo contingente de la invasión a Iraq, luego de Estados Unidos. Blair ha sido el principal respaldo internacional del plan de Bush para desalojar por la vía militar al presdente iraquí Saddam Hussein.
Gerentes del Buró Británico de Consultores y Construcción (BCCB) se reunirán con representantes de Trade Partners UK, el organismo oficial de promoción a las exportaciones, dijo a IPS un portavoz del gubernamental Departamento (ministerio) de Comercio e Industria.
El BCCB, integrado por 300 firmas de los sectores de servicios profesionales, construcción y manufacturas. Hasta ahora, 75 empresas británicas manifestaron a la organización su interés en participar en la reconstrucción de Iraq, y día a día se suman otras más a la lista.
Las empresas urgieron al gobierno a trazar planes apropiados para que las firmas británicas ayuden en la reconstrucción de Iraq, indicó el BCCB en una declaración pública.
No queremos que se reitere la situación que se originó con la liberación de Kuwait, a comienzos de los años 90, cuando Estados Unidos obtuvo la mayoría de los contratos a través del Cuerpo de Ingenieros (del ejército) y el gobierno kuwaití en el exilio, agregó la organización.
La primera guerra del Golfo (1991) se desató tras la invasión de Kuwait por parte de Iraq. La mayoría de los miembros del gobierno kuwaití se refugiaron en Estados Unidos.
Una portavoz del BCCB indicó a IPS que resulta aparentemente absurdo prepararse para la guerra y prepararse al mismo tiempo para la subsecuente reconstrucción, pero así es la naturaleza de la guerra.
Además, aseguró que las firmas británicas tienen experiencia en la reconstrucción de instituciones y de infraestructura en Iraq.
Washington ya comenzó a otorgar, sin licitación pública, contratos para la primera fase de la reconstrucción de la infraestructura iraquí a compañías estadounidenses, luego de iniciada la guerra el 20 de marzo. Esa primera fase tendrá un costo de 900 millones de dólares.
La Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid) informó que las firmas extranjeras sólo podrán participar en el proceso de concesión de esos emprendimientos subcontratadas por las estadounidenses.
El administrador de Usaid, Andrew Natsios, explicó que los contratos son ofrecidos a empresas de su país por razones de seguridad: esas firmas ya cuentan con certificación, y el control de las extranjeras llevaría demasiado tiempo.
La urgencia de las circunstancias y la necesidad de darle a las empresas información militar delicada determinaron este procedimiento. Los contratos se otorgaron en función de la experiencia de las empresas en este ámbito, aclaró la portavoz de Usaid, Ellen Yount.
Pero las empresas de Gran Bretaña piden parte de esos contratos.
Creemos que, dada la inquebrantable lealtad de Londres con Washington respecto de Iraq, hay muchos argumentos para que el gobierno de George W. Bush permita a las empresas británicas aspirar a subcontratos adecuados, dijo la portavoz del BCCB.
La queja logró la primera respuesta. La compañía de asistencia al desarrollo Crown Agents fue la primera firma británica que obtuvo un subcontrato. La empresa estadounidense contratante es International Resources Group, que brindará asistencia para la planificación y manejo de la reconstrucción y rehabilitación de servicios.
Ya empleamos a British Crown Agents para hacer nuestras compras en el Golfo, por lo que ya hay una empresa británica que trabaja para nosotros que no fue parte de la primera asignación de contratos, dijo Natsios.
Pero no es suficiente, según los empresarios británicos. El BCCB quiere que el gobierno de Blair los ayude.
No podemos lograrlo sin alguna ayuda financiera. No podemos depender de lo que Estados Unidos nos dé o esperar para competir por el aporte de instituciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas, el Banco Mundial o la Unión Europea, dijo la portavoz.
Los empresarios británicos creen que el de Iraq será el mayor plan de reconstrucción desde el formulado luego de la segunda guerra mundial (1939-1945) por el estadounidense George Marshall para Europa.
El presupuesto previsto para rehabilitar los sistemas educativos, de salud y de transporte iraquíes asciende a 180.000 millones de dólares para los próximos 10 años.
Las empresas británicas temen que los esfuerzos de posguerra sean manejados completamente por la ONU, lo cual permitiría a firmas de cualquier país obtener lucrativos contratos. Así, según su visión, los soldados británicos habrán muerto en el campo de batalla pero las compañías francesas obtendrían los contratos.
La secretaria Short reforzó los temores de los empresarios al expresar su opinón de que el esfuerzo de reconstrucción de Iraq sería ilegal sin un mandato de la ONU. Short permanece en el gabinete, aun a pesar de su oposición a la guerra, y se le ha dicho que será una figura clave en el proceso de posguerra.
El secretario Straw respalda a Short. Queremos ver a la ONU en los acuerdos post-conflicto y, sobre todo, queremos asegurar que los beneficios por el petróleo y otras riquezas de Iraq sean usadas sólo en beneficio del pueblo iraquí, dijo Straw.
Queremos discusiones detalladas con Estados Unidos y con nuestros socios en el Consejo de Seguridad para crear un marco y una maquinaria que encaje con las necesidades de Iraq, agregó el ministro. (