La urgencia con que Estados Unidos pretende que la ONU levante las sanciones contra Iraq llevó a Francia a cambiar de táctica, con el fin de obligar a Washington a acordar sus próximos pasos con la comunidad internacional.
La mayoría de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, molestos con la invasión de Iraq realizada por Estados Unidos sin aval de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), se oponen a levantar las sanciones pues el foro mundial no tiene constancia de que el país árabe se haya desarmado, afirmaron diplomáticos.
La resolución 1441, aprobada en noviembre por la unanimidad del Consejo, imponía a Iraq un plazo perentorio para la eliminación de sus armas de destrucción masiva y la reanudación en ese país de las inspecciones de desarme de la ONU, suspendidas desde 1998.
Francia, uno de los principales opositores a la guerra contra Iraq, reclamó este martes que las sanciones de carácter civil se suspendan de inmediato y que se mantengan las de naturaleza militar.
Pero, al mismo tiempo, París advirtió que el destino definitivo de las sanciones dependerá de una certificación del desarme de Iraq, como lo establecen resoluciones anteriores del Consejo de Seguridad.
Mientras, podríamos suspender las sanciones y ajustar el programa Petróleo por Alimentos con miras a desmantelarlas gradualmente, dijo a la prensa el embajador francés en la ONU, Jean-Marc de La Sabliere, luego de la reunión del Consejo este martes.
El programa Petróleo por Alimentos alivia el embargo comercial sobre Iraq al permitirle ventas limitadas de crudo, cuyas ganancias deben ser utilizadas sólo para la compra de productos de primera necesidad para los 24 millones de iraquíes.
El Consejo de Seguridad comenzó a analizar esta semana la situación de Iraq por primera vez desde el 20 de marzo, cuando Estados Unidos y Gran Bretaña lanzaron su ataque contra el país árabe sin el aval de la ONU.
El embajador de Rusia, Sergey Lavrov, sostuvo luego de la reunión reservada del Consejo este martes que los inspectores deben regresar a Iraq, pues tienen el mandato del Consejo de Seguridad. El desarme de Iraq es responsabilidad de los inspectores, agregó.
Pero Lavrov pareció dar un apoyo tácito a Francia al indicar que la propuesta de París no contradice el procedimiento. Moscú y París trabajaron en conjunto contra los planes de guerra contra Iraq cuando Estados Unidos puso en evidencia sus intenciones.
Moscú basa su posición en la Carta de la ONU, según la cual las sanciones del foro mundial sólo pueden ser impuestas y levantadas por el Consejo de Seguridad.
Cuando la ONU estableció las sanciones contra Iraq, decidió que sólo las levantaría cuando se verificara el desarme a través de una inspección internacional.
Pero, al parecer, Estados Unidos no está dispuesto a aceptar la verificación del desarme como condición para poner fin al régimen de sanciones.
No quiero comentar sobre tácticas particulares. La coalición (que invadió Iraq) asumió la responsabilidad en Iraq, dijo el embajador estadounidense en la ONU John Negroponte. Dadas las dramáticas circunstancias, las sanciones deberían levantarse tan pronto como sea posible, agregó.
El presidente estadounidense George W. Bush pidió la semana pasada el levantamiento de las sanciones para que Iraq pueda vender petróleo y financiar así el proceso de reconstrucción nacional tras la invasión. Washington bloqueó durante los 13 años anteriores todas las propuestas en ese sentido.
Compañías rusas y francesas figuran entre las principales explotadoras del crudo iraquí en el marco del programa Petróleo por Alimentos.
Por lo tanto, es difícil que estos dos países acepten un intento por parte de Estados Unidos de utilizar los fondos del programa con el fin de financiar sus propios planes para la reconstrucción de Iraq.
El embajador francés De La Sabliere aclaró que, para su país, el programa debe ser administrado en lo sucesivo por la ONU, si bien ajustado a las actuales necesidades de Iraq.
Es un globo sonda, dijo un funcionario de la ONU sobre la propuesta francesa. Si la iniciativa de París tiene éxito, Estados Unidos debería aceptar los procedimientos de la ONU y acordar sus pasos con la comunidad internacional, explicó.
Reconocemos que hay muchas diferencias, incluso puntos de vista muy contradictorios dentro del Consejo, dijo el embajador de México en la ONU, Adolfo Aguiliar Zinser, quien ejerce la presidencia del cuerpo este mes.
No queda claro cómo responderá Estados Unidos a las objeciones de Francia y Rusia, entre otros países.
Algunos medios de prensa estadounidenses sugirieron que el gobierno de Bush prefiere un enfoque paso a paso más que una resolución completa del problema de las sanciones. (