Ocupación no es liberación. Esta será la consigna de las protestas que desde este sábado se realizarán en Estados Unidos para exigir que cese la intervención militar en Iraq y que el gobierno vuelva a la senda del multilateralismo. La desobediencia civil es parte del paquete.
La mayoría de las protestas se concentrarán en la oposición a la ocupación de Iraq, pero también en el reclamo de ayuda humanitaria a la población civil del país árabe y para su reconstrucción, dijo la copresidenta de la organización nacional no gubernamental Unidos por Justicia y Paz, Leslie Cagan.
El movimiento tratará de afrontar asuntos como el ataque contra las libertades civiles y el presupuesto federal. La pregunta es: ¿Cómo hay dinero para los marines (infantes de Marina) si nunca es suficiente para la educación y la salud? ¿Cuáles son las prioridades?, se preguntó Cagan.
Las organizaciones que hasta ahora se movilizaron contra la guerra en Iraq convocan ahora manifestaciones para este sábado, y confían en que serán tan masivas como las realizadas en todo el mundo el 15 de febrero.
Algunas organizaciones de la sociedad civil implementarán diversas formas de desobediencia civil, como bloqueo del tránsito y de edificios del gobierno federal y de empresas que se beneficiaron con la guerra en Iraq, así como no asistencia a clases.
En algunos casos, los activistas asisten a clases de entrenamiento para aumentar la eficacia de estas acciones.
Entre los que tienen la intención de dejarse arrestar por desobediencia civil figuran veteranos de las manifestaciones contra la guerra de Vietnam en los años 60 y 70, pero para muchos otros esas protestas son historia antigua.
Es suficiente. No podemos solo sentarnos y gemir contra el bombardeo y la matanza en Iraq, dijo Catherine, una joven actriz decidida a participar en acciones de desobediencia civil.
Un centenar de personas fueron detenidas la semana pasada en Nueva York, cuando la Coalición M27, que reúne a 35 organizaciones antibélicas de la ciudad, se manifestaron frente a las oficinas de la firma de fondos de inversión Carlyle Group.
Los manifestantes acusaron a esta transnacional y a otrs como Bechtel, Citigroup y Chevron-Texaco de lucrar con la guerra. Hicieron posible esta guerra a través de sus inversiones, operaciones, armas y presiones para obtener un lucro sin importar el saldo en vidas humanas, en daños ambientales y sociales, dijo Kimberly Solynn, de la Coalición M27.
Miles de manifestantes formaron un piquete esta semana en un muelle del sudoccidental puerto de San Francisco para protestar contra APL, empresa naviera que transporta equipos militares. La policía dsparó balas de goma e hirió a medio centenar de personas, algunas de ellas gravemente.
Las organizaciones antibélicas también planifican para el 14 de este mes protestas en la sede central de la petrolera Chevron, en San Román, localidad del sudoccidental estado de California.
Los que proponen medidas de desobediencia civil alegan contar con menos eco dentro del Congreso legislativo o del Poder Judicial del que tuvieron los activistas que se oponían a la guerra de Vietnam. Pero eso no los desalienta.
Históricamente, la desobediencia civil no funciona. Al final, tendremos éxito. Ya ha tenido resultados a nivel de base en todo el mundo. El público no quiere ser un espectador silencioso, dijo Solynn.
Pero el movimiento necesitará un nuevo impulso ahora que Bagdad está ocupada por tropas estadounidenses, dijo la organizadora en Nueva York de la Liga de Resistencia a la Guerra, Ruth Benn.
La militancia se redujo. Muchas personas estaban muy concentradas en Iraq, explicó Benn, para quien mantener la fuerza del movimiento insumirá mucho trabajo. No obstante, el gobierno de Bush podría seleccionar otro país para invadir luego de Iraq, agregó.
Las oficinas de correo serán el sitio preferido para realizar protestas el 15 de este mes. Ese día vence el plazo para abonar el impuesto a la renta. Miles de activistas se niegan a pagar el tributo pues, aseguran, la mitad de lo recaudado se destina a gastos militares.
No hay duda que mucha más gente se negará a pagar impuestos este año respecto de 2002, y la pregunta es cuántos, dijo el activista Ed Edemann, de la Liga de Resistencia a la Guerra y autor del manual Resistencia impositiva a la guerra: Una guía para restar apoyo a los militares.
Hedemann, quien se niega a pagar impuestos federales desde la guerra de Vietnam, dijo que esa práctica puede llevar al Servicio de Recaudación Interna (IRS) a rastrear y requisar cuentas bancarias y aun dinero en efectivo.
A pesar de los inconvenientes y problemas de la resistencia impositiva, muchas personas en el mundo sufren mucho más que yo a causa de las acciones militares estadounidenses, y yo no quiero agravar su sufrimiento. Los inconvenientes que sufro son menores comparados con los que sufren ellos, explicó.
Mientras, continúa el boicot productos estadounidenses convocado por el grupo Adbusters, dijo Kalle Lasn, editora de la revista de la organización. Unas 40.000 personas se comprometieron con el boicto en el sitio de Adbusters en la red informática mundial Internet.