Antiguos tesoros son sacados fuera de Iraq mientras las fuerzas de ocupación de Estados Unidos miran para otro lado, advirtió el director del Museo Nacional de Bagdad, Donny George.
”Los estadounidenses controlan las fronteras, pero no registran a los que se van del país ni lo que se llevan con ellos”, dijo George a periodistas reunidos en el Museo Británico en Londres.
George, que viajó de Iraq a Gran Bretaña vía Jordania, dijo que en el camino no vio puestos militares estadounidenses. ”Del lado jordano registraban a todos prolijamente, y capturaron a una docena de personas que intentaban pasar con tesoros saqueados de museos iraquíes”, dijo.
”Casi todos” los que intentaban traficar esos objetos eran periodistas, agregó. Ahora, sólo los representantes de la prensa se mueven con libertad desde y hacia Iraq, afirmó George. ”Pero los controles de Estados Unidos son casi nulos, y hoy cualquiera puede tomar cualquier cosa e irse del país”, aseguró.
”Esto es una tragedia. Exhortamos a las fuerzas estadounidenses a que detengan esta sangría de antigüedades”, agregó.
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George, quien se encontraba en el Museo Nacional poco antes del inicio del saqueo, sostuvo que buena parte de los robos habrían podido ser impedidos si las fuerzas estadounidenses hubieran movido un tanque a 50 metros de distancia de donde estaba ubicado.
”Podíamos ver a los saqueadores afuera. Le pedimos a los soldados en el tanque que lo movieran, pero dijeron no tener órdenes”, dijo George. El 8 de abril comenzaron los combates entre estadounidenses y milicianos iraquíes, y los empleados del museo debieron abandonar el lugar.
Luego del combate, comenzó el saqueo. George y su equipo no pudieron regresar al museo en todos esos días.
”El domingo 13 nos dirigimos al hotel Palestina para pedirle a los oficiales estadounidenses que detuvieran el saqueo. Pero no fue hasta el miércoles 16 que trasladaron cuatro tanques para custodiarlo”, recordó. De ese modo, los saqueadores tuvieron más de una semana para robar a sus anchas.
Buena parte de los robos habían sido planificados con cuidado, según George. ”Había dos tipos de saqueadores. Algunos entraron como si fuera un edificio cualquiera, a robar lo que pudieran. Pero otros sabían lo que estaban buscando en un museo”, dijo.
Algunos llevaban cortadores de vidrio. ”Encontramos cuatro: estas personas venían preparadas para cortar cajas de vidrio” donde estaban algunas de las antigüedades, explicó. Algunas estatuas falsas ni siquiera fueron tocadas, agregó George.
”Algunas de las obras maestras más importantes fueron saqueadas”, dijo. Entre ellas, mencionó el jarrón Warka, de piedra caliza, que data del año 3100 antes de Cristo, objetos de oro y de cobre del 2500 antes de Cristo y una estatua del rey Entemena de Lagash, del 2400 antes de Cristo.
Dos figuras cuyo origen se remonta al reinado del monarca asirio Shalmaneser III fueron saqueadas. Una de ellas fue devuelta, rota en tres partes.
Pero los curadores del museo aún no han podido establecer las pérdidas, dijo George. Los saqueadores también ingresaron a recintos cerrados al público que albergaban unos 170.000 objetos. El proceso de evaluación podría insumir al menos seis meses, explicó el experto.
Algunos de los tesoros fueron devueltos luego de llamamientos públicos efectuados por clérigos musulmanes, agregó.
El experto negó que el saqueo hubiera sido realizado por funcionarios del museo o por funcionarios del régimen de Saddam Hussein, como informó un medio de prensa estadounidense.
”Saddam Hussein cuidaba mucho las antigüedades. Una vez, los ladrones entraron a un museo y cortaron la cabeza de una estatua. Una vez que los encontraron, Saddam ordenó decapitarlos”, recordó.