Coca-Cola y McDonald’s son los blancos preferidos de los activistas que en todo el mundo protestan contra la invasión a Iraq mediante el boicot a productos de Estados Unidos.
En Argentina no hubo una acción de boicot organizada y sostenida en el tiempo, pero los activistas realizaron actos de repudio a lo que simboliza la cadena de restaurantes McDonald’s, aunque dejando en claro que no estaban contra los empleados ni los clientes de la firma.
La policía de Buenos Aires detuvo el 8 de este mes a varias personas de un grupo que rompió vidrios y computadoras al atacar con piedras y palos un local de McDonald’s cercano al céntrico Obelisco.
Ese día, estudiantes universitarios, sindicalistas, desempleados y activistas de izquierda lanzaron globos con pintura roja —simulando sangre— sobre el frente de la sede porteña de IBM en repudio a la invasión estadounidense-británica.
En México, un grupo de estudiantes y profesores del Instituto Politécnico Nacional bloquearon durante media hora las cajas registradoras de una tienda de la cadena Wal Mart en la capital, el 25 de marzo.
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El grupo llenó carros con productos estadounidenses pero se negó a pagar ”porque cada artículo extranjero que compramos es una bala usada contra un civil iraquí”, señaló.
Los activistas distribuyeron panfletos explicando el boicot e instando a los clientes a no comprar productos como Coca-Cola y Pepsi-Cola, agua mineral y jugos de fruta estadounidenses, y a no comer en restaurantes como McDonald’s, Kentucky Fried Chicken y Domino’s Pizza.
En Brasil, los activistas contra la guerra divulgan su mensaje por la red informática mundial Internet, donde muestran una fotografía de mujeres iraquíes llorando sobre un niño muerto, junto a los logos de empresas estadounidenses.
”Recuerde estos niños y estas madres que lloran cada vez que tome una Coca-Cola, coma el veneno de McDonald’s o llene el tanque de su automóvil con gasolina de Shell, Esso o Texaco. Ellos pagaron por la muerte y destrucción del pueblo iraquí”, señala una leyenda junto a la foto.
Legisladores de la Cámara de Diputados en Brasilia apoyaron el boicot vaciando botellas y latas de Coca-Cola en público. No obstante, McDonald’s y Coca-Cola informaron que sus ventas no descendieron.
Cuando se desató la guerra el 20 de marzo, el ayuntamiento de Río de Janeiro declaró persona no grata al presidente estadounidense George W. Bush. Aunque la medida no impide que Bush visite la ciudad, implica que no sería recibido con los honores propios de un jefe de Estado.
Algunas de las empresas boicoteadas en América Latina lanzaron una contraofensiva. La Asociación Brasileña de Fabricantes de Coca- Cola declaró que su producto es hecho enteramente en Brasil y que brinda empleo a 25.000 personas.
Una fotografía de una hamburguesa Big Mac bajo el título ”Made in Argentina” se integró a la publicidad en ese país. En México, propietarios de locales de la firma se muestran en público para decir que son empresarios nacionales, no de Estados Unidos.
La Plataforma Chilena por la Paz, que reúne a 80 organizaciones, apoya el boicot de Coca-Cola, Pepsi-Cola, Esso, Texaco, American Airlines, United Airlines, Delta Airlines, General Motors, Ford, Chevrolet, Citibank, Boston Bank, McDonald’s, Burger King y Kentucky Fried Chicken.
En Estados Unidos, miles de personas se negarán a pagar el impuesto a la renta, que este año vence este martes, porque, aseguran, casi la mitad del dinero se destinará al gasto militar.
”No hay duda que habrá mucha más gente (que deje de pagar los impuestos) este año”, según Ed Hedemann, autor de ‘War Tax Resistance, A Guide to Withholding Your Support from the Military’ (Resistencia a los impuestos de guerra: Una guía para retirarle su apoyo a los militares).
Hedemann, que no paga impuestos federales desde la guerra de Vietnam (concluida en 1973), advierte que el estatal Servicio de Recaudación Interna confiscará las cuentas bancarias de quienes se resistan a pagar y hasta el dinero que deban a terceros, como ocurre en su caso.
”A pesar de los inconvenientes y problemas que provoca la resistencia al pago de impuestos, creo que hay mucha gente en el mundo que padece mucho más que yo a causa de los militares de Estados Unidos”, explicó.
Más al norte, el sitio web del grupo canadiense Adbusters ya recibió 41.000 firmas a favor de la campaña ¡Boicot a la marca América!, explicó Kalle Lasn, redactor de la revista Adbusters, con sede en Vancouver.
No obstante, el resultado del boicot a los productos de Estados Unidos ”ha sido desastroso… Algunos seguirán comiendo en McDonald’s, pero no compran automóviles estadounidenses. Otros usarán jeans Levi’s, pero no irán a McDonald’s”, precisó.
”Hay muchas personas que no odian a Estados Unidos pero se dio cuenta que hace falta una fuerza que la equilibre”, agregó Lasn.
En India, el boicot contra productos importados de Estados Unidos y Gran Bretaña comenzó casi desde el inicio de la guerra, el 20 de marzo, en respuesta a un llamado del Movimiento Popular por la Salud (PHM), en la ciudad de Bangalore.
El vicerrector de la Universidad de Kerala, B. Ekbal, aseguró que los días de Coca-Cola y Pepsi-Cola están contados en su estado. ”Planeamos eliminar la Pepsi y la Coca en Kerala, y casi lo hemos logrado”, afirmó.
En el meridional estado de Andhra Pradesh, miembros del radical Grupo Popular contra la Guerra destrozaron miles de cajas de bebidas sin alcohol procedentes de Estados Unidos.
En Mumbai (ex Bombay), donde existe una gran población musulmana, se respeta el boicot a las bebidas cola con la activa colaboración de los comerciantes, sobre todo de los musulmanes.
Los partidos religiosos de Pakistán concentran su boicot contra Pepsi-Cola y Coca-Cola, y utilizan vehículos con altoparlantes para pedir a la gente que no las compre.
En Islamabad, organizaciones no gubernamentales y estudiantes marchan desde hace más de una semana frente a locales de restaurantes estadounidenses como Kentucky Fried Chicken y Pizza Hut, exhortando a los clientes a no entrar a los locales como protesta contra la guerra.
La minoría musulmana de Tailandia llamó al boicot de 30 empresas relacionadas con Estados Unidos, entre ellas Kentucky Fried Chicken, Pizza Hut, McDonald’s, Burger King, Starbucks, Chevrolet, Tesco Lotus, Caltex y Monsanto.
”A la mayoría de los tailandeses les inquieta la guerra. Los musulmanes lo sienten más que los demás”, comentó Surin Pitsuwan, ex ministro de Relaciones Exteriores de Tailandia.
El boicot de productos ”Made in USA” en Portugal comenzó el sábado 12, con una ”cadena humana” de activistas que protestaban contra la guerra y que se extendió cinco kilómetros en Lisboa, desde la embajada de Estados Unidos hasta las oficinas de la Organización de las Naciones Unidas.
Esso, Shell, BP, Coca Cola Y McDonald’s son algunas de las empresas boicoteadas. ”Algún día, estos criminales podrían venir a robar a tu país”, advierte una consigna de los activistas contra la guerra.
La campaña portuguesa también exhorta a no consumir productos de Gran Bretaña, España y Portugal, los tres países que, junto con Australia, integran las llamadas ”fuerzas de coalición” contra Iraq.