IRAQ-ASIA: Repudio silencioso a la guerra en países no islámicos

Las protestas en países no islámicos de Asia contra la guerra en Iraq son pequeñas porque los nacientes movimientos pacifistas de la región siguen aislados en nacionalismos y tensiones internas, según activistas.

Aunque la opinión pública asiática condena decididamente el ataque lanzado por Estados Unidos, las tensiones y los conflictos domésticos o subregionales acaparan la atención de los ciudadanos en muchos países, señalaron participantes de una reunión de activistas celebrada en Penang esta semana.

Quizá en ningún lugar esta tensión sea tan palpable como en Corea del Sur. Allí la población teme que Corea del Norte, que admitió la existencia de un programa de desarrollo de armas nucleares, sea el próximo objetivo de Estados Unidos, tras la guerra de Iraq.

Los movimientos sociales sudcoreanos solían concentrar sus actividades contra la globalización y por la reunificación del país, así como por asuntos relacionados con las bases militares que Estados Unidos mantiene en Corea del Sur, según Francis Lee, del grupo Solidaridad Popular por una Democracia Participativa.

”A casi todos los movimientos sociales progresistas les preocupan cómo reunificar a Corea del Norte y disminuir la probabilidad de un conflicto entre el Norte y el Sur”, señaló.
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”Muchos de ellos identifican que la intervención estadounidense es una de las principales causas que aplaza la reunificación pacífica”, agregó.

Aproximadamente 85 por ciento de los sudcoreanos se oponen a la guerra contra Iraq, según Lee. ”No creo que el gobierno sudcoreano apoye plenamente a Estados Unidos en esta guerra, pero está limitado” en su accionar, comentó.

Entre las limitaciones se encuentran un pacto permanente de defensa mutua con Estados Unidos.

No sólo grupos activistas se manifiestan contra la guerra, sino que los jóvenes coreanos se están organizando espontáneamente a través de la internet.

En Sri Lanka, los activistas creen que la gran mayoría está contra la guerra en Iraq, pero el interés de la población es absorbido por el conflicto étnico que hace dos décadas enfrenta a los rebeldes tamiles con el Estado.

Guy De Fontgalland, coordinador de Acción Unida de Plantaciones, una red de siete organizaciones de agricultores, describe el doble discurso de la oposición política del país frente a su posición en Iraq.

”Indirectamente, quieren que la guerra (en Sri Lanka) continúe, mientras abogan por la paz en Iraq”, observó, agregando que no están dispuestos a ofrecer la autodeterminación a los tamiles.

”Pero toda Sri Lanka está contra esta guerra”, subrayó. Unas 2.000 personas se manifestaron en Colombo, mientras otros distritos organizaron sus propias campañas contra la guerra. Asimismo, la cobertura de la prensa es contraria al conflicto, explicó.

En Japón, la situación es contradictoria, ya que más de 70 por ciento de la población está contra la guerra, pero 50 por ciento apoya la posición gubernamental de respaldo a Estados Unidos, observó el analista político Ichiyo Muto.

No obstante, las protestas sufrieron un cambio cualitativo. ”Ahora los jóvenes (de educación secundaria) se lanzaron a las calles, algo que no había sucedido en los pasados 20 años”, destacó.

”Hay tantos grupos que están participando y sin ningún centro de movilización”, comentó asombrado. Las manifestaciones, aunque menores, se realizan en todo Japón.

En Hong Kong se realizó una manifestación de apenas unas 1.000 personas el 15 de febrero, cuando se celebraron masivas protestas contra la guerra en todo el mundo.

Sin embargo, la invasión de Iraq sigue siendo importante para muchos grupos, destacó la activista Jean Aida Manipon.

Manipon integra la Coalición No a la Guerra, que reúne a trabajadores, maestros, estudiantes e individuos pacifistas. Las autoridades ”nos permiten reunirnos pacíficamente sin mucho problema. Conseguir un permiso es fácil”, dijo.

Las manifestaciones son mayores en India, pero se trata del segundo país más poblado del mundo, con 1.000 millones de habitantes.

En Nueva Delhi, por ejemplo, 7.000 personas se manifestaron el 10 de febrero contra la guerra, aunque no se les autorizó a protestar frente del Centro Estadounidense.

La reducida cantidad de manifestantes causa extrañeza, ya ”que la opinión a favor de la guerra es sumamente débil, completamente marginal”, aseguró Harsh Sethi, presidente de Intercambio Regional Asiático por Nuevas Alternativas, una red de académicos y activistas.

”Los grupos contra la guerra tienen dificultades para convencer a la gente” a manifestarse, agregó. Una razón es que la población siente que, aunque se manifieste, no habrá ninguna consecuencia práctica, ponderó Sethi.

Otra sería que el presidente iraquí Saddam Hussein es visto como un dictador feroz.

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