No será fácil para Estados Unidos convencer al Consejo de Seguridad de la ONU de levantar el embargo comercial que pesa sobre Iraq, después de 13 años en que Washington fue el principal impulsor de esa sanción.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, propuso el miércoles el levantamiento de las sanciones, lo cual no sólo aliviaría el sufrimiento del pueblo iraquí sino que permitiría a las empresas petroleras estadounidenses y de otros países invertir en Iraq.
El país árabe cuenta con las segundas reservas de petróleo del mundo detrás de las de Arabia Saudita, con 112.000 millones de barriles comprobados en su subsuelo.
Ahora que Iraq ha sido liberado, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) debería levantar las sanciones económicas, dijo Bush, en referencia a la ocupación del territorio iraquí por fuerzas militares estadounidenses y británicas.
No será posible comerciar con Iraq petróleo ni mercancía alguna a menos que este embargo se levante. Pero diplomáticos, altos funcionarios de la ONU y expertos en asuntos de Medio Oriente pronosticaron que a Bush no le será fácil convencer al Consejo de 15 miembros.
Además, el Consejo de Seguridad estableció como condición específica para el levantamiento de las sanciones que los inspectores de desarme del foro mundial —y no Estados Unidos— certifiquen la inexistencia de armas de destrucción masiva en Iraq.
El levantamiento del embargo representaría, en cierto modo, la legitimación de una guerra ilegal, alegarán Alemania, Francia y Rusia, miembros clave del Consejo de Seguridad que se opusieron a la invasión de Iraq a manos de Estados Unidos.
Estos países consideran que las sanciones deberían mantenerse hasta el cese de la ocupación militar.
El presidente ruso Vladimir Putin alertó que Estados Unidos podría incurrir en una nueva clase de colonialismo al tratar de imponer su visión de la democracia en un país que carece de las características necesarias para adaptarse a ella.
Putin realizó esa advertencia luego de reunirse la semana pasada en San Petersburgo con el presidente francés Jacques Chirac y con el canciller (jefe de gobierno) alemán Gerhard Schroeder.
Esta podría ser la primera de muchas batallas en torno de la crucial cuestión de la legitimidad de la invasión estadounidense y del próximo gobierno iraquí, dijo a IPS el presidente del Programa de Estudios sobre Paz y Justicia de la Universidad de San Francisco, Stephen Zunes.
Si Estados Unidos continúa negando a la ONU un papel principal en el diseño del futuro político de Iraq, la mayoría de la comunidad internacional percibirá cualquier régimen que surja — acertada o equivocadamente— como un títere de un ocupante extranjero, agregó Zunes.
Un alto funcionario de la ONU prevé una repetición del enfrentamiento anterior entre Estados Unidos, aliado con Gran Bretaña, España y Bulgaria, y casi todos los restantes miembros del Consejo de Seguridad, que negaron su voto a la autorización de una guerra contra Iraq.
Pero ese escenario podría cambiar si las grandes potencias económicas se ponen de acuerdo para salvaguardar sus propios intereses comerciales en Iraq. En ese caso, al diablo con los intereses del pueblo iraquí, sostuvo el funcionario.
El informante ensayó una visión cínica: el voto de Alemania, Francia y Rusia dependerá de la voluntad de Estados Unidos de compartir los negocios del petróleo y de la reconstrucción de Iraq, miles de veces millonarios en dólares.
Pero es imposible prever el resultado de una votación en el Consejo. El director ejecutivo del no gubernamental Foro de Política Global, Jim Paul, dijo a IPS que el cuerpo está tan dividido y tan paralizado que no se sabe a dónde se dirigirá.
Un diplomático de la ONU describió al Consejo de Seguridad como un grupo de ciegos en una habitación llena de muebles, pues chocan con todo y no saben hacia dónde van, dijo Paul.
El experto sí pronosticó que la negociación del levantamiento de las sanciones será prolongada, pues los miembros del Consejo querrán controlar el proceso. Por lo tanto, será un gran momento para la 'nivelación' del Consejo y para que los miembros arranquen concesiones a Estados Unidos, agregó.
Paul advirtió que el Consejo de Seguridad estableció como condición específica para el levantamiento de las sanciones que los inspectores de desarme del foro mundial —y no Estados Unidos— certifiquen que Iraq carece de armas de destrucción masiva.
Por otra parte, Alemania, Francia y Rusia también advirtieron que el levantamiento de las sanciones implicará arrebatar a la ONU el control de los miles de millones de dólares por ventas de crudo en el marco del programa Petróleo por Alimentos.
El programa alivia en alguna medida el embargo y permite a Iraq comprar alimentos y medicinas para 60 por ciento de sus 27 millones de habitantes. Hasta el comienzo de la guerra administrado en conjunto entre la ONU y el depuesto régimen de Saddam Hussein, cuyo paradero se desconoce. (