La mayoría de los estadounidenses apoyaron la guerra contra Iraq, pero aun así dos tercios de los entrevistados para una encuesta de la Universidad de Maryland creen que Washington no debería jugar tanto al policía mundial.
El estudio concluye que la opinión pública estadounidense parece coincidir más con la política exterior de la ”vieja Europa”, que se opuso a la operación, que con la del propio gobierno de George W. Bush.
El ala más derechista del gobierno estadounidense suele fustigar a la ”vieja Europa” que, encabezada por Alemania y Francia, se opuso a la guerra en Iraq, en oposición a la ”nueva”, liderada por Gran Bretaña, España y Portugal e integrada también por países ex comunistas.
Pero si los unilateralistas del gobierno de Bush esperaban que la rápida victoria contra Iraq acercara el público estadounidense a su política exterior, el último sondeo realizado por la estadounidense Universidad de Maryland puede resultarle desalentador.
Dos tercios de los adultos entrevistados para la encuesta coincidieron en que ”Estados Unidos desempeña el papel de policía mundial más de lo que debería”. Apenas 12 por ciento consideraron que Washington ”debería continuar siendo el líder mundial predominante en la solución de los problemas internacionales”.
Tres de cada cuatro estadounidenses adultos entrevistados para la encuesta dijeron apoyar la guerra contra Iraq, pero una fuerte mayoría percibió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el mejor mecanismo para afrontar las crisis internacionales.
La encuesta, realizada entre el 18 y el 22 de abril entre 865 entrevistados adultos elegidos al azar en todo Estados Unidos, fue realizada por el Programa sobre Actitudes en Política Internacional (PIPA) de la Universidad de Maryland. Las fuerzas de Estados Unidos y Gran Bretaña ocuparon Bagdad el 9 de abril.
”El entusiasmo del público por la guerra en Iraq parece estar muy compartimentada. No hay evidencia de un 'derrame' de ese entusiasmo hacia otros sectores”, dijo el director del PIPA, Steven Kull.
”A pesar de la victoria estadounidense en Iraq, la opinión pública parece haber permanecido incambiada respecto del uso de la fuerza militar, la función de la ONU y el papel de Estados Unidos en el mundo”, agregó Kull.
Según la encuesta, el público rechaza las posiciones del sector más derechista del gobierno de Bush, encabezado por el vicepresidente Dick Cheney y el secretario (ministro) de Defensa Donald Rumsfeld, según quienes Washington debe actuar sin las ataduras que le imponen instancias multilaterales como la ONU.
Apenas 12 por ciento de los encuestados defendieron el predominio de Estados Unidos en la política internacional. En cambio, 76 por ciento coincidieron en que Washington ”debe hacer su parte en los esfuerzos para resolver los problemas con otros países”.
Un dato fue aun más inesperado para los ”halcones” del gobierno de Bush: 88 por ciento de los encuestados manifestaron que Estados Unidos debió haber pedido autorización al Consejo de Seguridad de la ONU para la acción militar contra Iraq.
”Uno habla con la gente de Washington y no espera esto para nada. Es un porcentaje muy alto, especialmente cuando se consideran los ataques del gobierno y los medios de comunicación al proceso en la ONU”, dijo el experto de la Universidad de Maryland I. M. Destler.
Al mismo tiempo, casi dos tercios de los entrevistados advirtieron que Estados Unidos no debería sentirse en el futuro liberado de su obligación de pedir el aval de la ONU si desea hacer uso de la fuerza. Treinta y cinco por cineto de los encuestados eligió la opción contraria.
Por otra parte, entre 57 y 67 por ciento de los entrevistados afirmaron que corresponde a la ONU, y no a Estados Unidos, lidiar con la amenaza de las armas de destrucción masiva supuestamente en poder de Siria, Irán y Corea del Norte. Esa fue la causa de guerra esgrimida por Washington y Londres contra Bagdad.
Además, 57 por ciento manifestaron su desacuerdo con que Estados Unidos tenga ”el derecho o la responsabilidad de derrocar dictaduras”, mientras 38 por ciento coincidieron con esa aseveración, según la encuesta del PIPA.
Una mayoría de los entrevistados (54 por ciento) creen, por otra parte, que Estados Unidos debería mantener su presencia militar para mantener el orden en Iraq, pero que la ONU debería estar a cargo de la reconstrucción del país y brindar ayuda humanitaria.
Sólo 29 por ciento afirmaron que Washington debería hacerse cargo de todas esas funciones, y 14 por ciento afirmaron que los militares deberían retirarse ”completamente” de Iraq ”poco después del fin de la guerra”.