Anita Alvarado, llamada la geisha chilena, comenzó como una Cenicienta y hoy es una polémica versión femenina del rey Midas, que transforma en oro todo lo que toca. Ex prostituta y millonaria en dólares, afronta ahora el desafío del cine.
El 12 de junio se estrenará en Chile Los debutantes, película del director Andrés Waissbluth en la cual Alvarado tiene un papel secundario, con dos apariciones que apenas suman tres minutos, pero que bastan para crear gran expectativa.
Prueba de ello es que la distribuidora Andes Film planea el estreno simultáneo en 18 salas del país, y que se invertirán unos 100.000 dólares en la promoción del filme, cuya banda de sonido estará a la venta este mes.
Gran parte del interés radica en que Anita representa a una prostituta, tras haber sido una realmente en Japón, donde llegó a fines de los años 90 como una pobre muchacha emigrante que quería escapar de la miseria.
En la escena más audaz de Los debutantes, que motivó su calificación para mayores de 18 años, Alvarado practica sexo oral. Pero es actuado. Nunca hay contacto directo con el pene porque hay un condón de por medio, aclaró ella misma a la prensa local.
Cuando viajó a Japón, Anita era una joven madre soltera, que apenas se ganaba la vida como empleada doméstica. En la actualidad posee unos 10 millones de dólares según cálculos conservadores.
Su suerte cambió en 1999, cuando se casó con el japonés Yuji Chida, jefe de contabilidad de una empresa gubernamental de la nororiental provincia de Aomori.
Chida se apoderó mediante 165 desfalcos de unos 11 millones de dólares en el periodo 1994 entre 1994-2001, y entregó la mitad de ese dinero a su esposa, mediante transferencias hacia Chile.
Alvarado se separó de Chida, quien está condenado a 14 años de prisión, pero el gobierno japonés intenta recuperar los 5,5 millones de dólares desfalcados, con engorrosos procesos ante la justicia chilena.
En los tribunales de Santiago también se investigan denuncias contra la geisha, acusada de falsificar pasaportes y de traficar chilenas menores de 18 años para el mercado japonés de la prostitución.
La riqueza de Alvarado tiene origen turbio, pero su aumento se debe, entre otras cosas, a inversiones comerciales y a ventas de sus memorias y de un disco compacto en que canta corridos, rancheras, cumbias y merengues.
De las 10 canciones de ese disco, titulado Anita, la geisha chilena, las más repetidas por las radios populares son La gallina y El lunarcito japonés.
Me llamo Anita Alvarado, la biografía que le escribieron dos jóvenes periodistas, lleva vendidos más de 8.000 ejemplares desde mediados de 2002, mientras el compacto, lanzado a fines de ese año, ya ganó un disco de platino por la venta de más de 25.000 copias.
Hoy estamos superando las 30.000 copias del CD. El disco se publicó también en Colombia y en mayo aparece en Argentina. El libro se publicó en Japón y estamos también negociando el lanzamiento del disco allá, dijo a IPS el representante de Alvarado, Dante Alesci.
La geisha también ganó dinero en los últimos años por posar desnuda para revistas japonesas, publicar un calendario y presentarse en programas de televisión, entre ellos Sábados gigantes, grabado en Miami, donde tuvo un altercado ante cámaras con su conductor, Mario Kreutzberger, más conocido como Don Francisco.
Alesci señaló que Alvarado cobra de 3.000 a 7.500 dólares por cada aparición en espectáculos o programas de televisión.
En septiembre de 2002 se comenzó a vender en Chile el vino Doña Geisha, un cabernet sauvignon cosecha 1999 comercializado por el empresario Eduardo Arévalo, en cuya publicidad se afirma que mezcla la magia del amor con la sensualidad de la mujer.
Arévalo es el mismo empresario que en años anteriores lanzó las marcas de vino Capitán General y Don Augusto, alusivas a Augusto Pinochet, y Doña Lucía, por Lucía Hiriart, la esposa de ese ex dictador chileno (1973-1990).
Su olfato comercial lo llevó a crear en 2001, luego de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, el vino marca Osama.
La comercialización de la imagen de Alvarado incluye ahora la película Los debutantes, y la geisha estudia, según versiones de prensa no confirmadas, la oferta de un laboratorio que quiere lanzar una provocadora línea de perfumes y cremas de belleza con su nombre.
Es también propietaria de un bar y de un centro médico, y socia de una empresa constructora con un arquitecto cubano. Posee al menos cinco casas, y entre sus planes como empresaria está la compra del Mall (centro comercial) del Sexo de la ciudad de Concepción, 515 kilómetros al sur de Santiago.
Hay pocos personajes tan populares y polémicos en Chile como esta mujer que empezó a ser famosa en 2001, año del arresto de su marido en Japón, cuando se supo que era propietaria de una lujosa mansión en Chicureo, un exclusivo suburbio semirrural al norte de Santiago.
Alvarado hizo construir esa casa de 20 habitaciones, valuada en dos millones de dólares, para imitar la mansión de la película Lo que el viento se llevó, y tenía allí, entre otras excentricidades, un elefante de peluche de tamaño natural.
La mansión fue subastada en sólo 450.000 dólares a raíz de la demanda del gobierno japonés. La compró el empresario Ricardo Romero, a quien se atribuye una relación sentimental con Alvarado, quien se ufana de tener cuatro hijos de otros tantos padres diferentes, ninguno de ellos chileno.
En el fondo, Anita Alvarado está actualizando un prototipo muy antiguo, que es la figura de la cortesana. Un prototipo que está en la literatura universal y que en Chile no se había dado de manera tan abierta, dijo a IPS el periodista y sociólogo Eduardo Santa Cruz.
Aquí existía la figura de la prostituta como víctima social, no como alguien que escala, triunfa y acumula riqueza, explicó.
No sé si ensalzar tanto a la 'geisha' es bueno para el resto de la gente, porque tal vez muchas otras mujeres están pensando que irse a Japón y dedicarse a la prostitución es sencillo, para después agarrarse a un tipo con plata y ver qué pasa, comentó a IPS Cristián Méndez, periodista del diario sensacionalista La Cuarta.
Felipe Lavanderos, antropólogo del Centro de Estudios de Género de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, señaló que existe en torno a Alvarado un doble discurso, en que se la elogia como una mujer surgida desde abajo y al mismo tiempo se la condena por su pasado de prostituta.
Anita Alvarado es casi un ícono de liberación cultural en este país. La he visto personalmente en la calle recibiendo aplausos de la gente cuando pasa, mientras los comerciantes ambulantes le regalan sus productos, comentó Lavanderos a IPS.
Los debutantes es según su director una película sobre la pérdida de la inocencia, cuyo motivo central son dos hermanos que descubren un mundo que los corrompe.
Waissbluth contó que mientras se filmaba la película, una empresa que patrocinaba el filme con almuerzos para actores y técnicos se retiró al saber que la geisha chilena estaba en el elenco, y ella decidió pagar la alimentación de todo el equipo. (
