AMERICA LATINA: Aumenta presencia militar de EEUU

Estados Unidos aumentó su presencia militar en Colombia como parte de una estrategia tendiente a afianzar su control sobre América Latina mientras la atención mundial se concentra en Medio Oriente, según observadores.

Las operaciones militares abiertas y encubiertas de Estados Unidos se han expandido en la región andina. Sólo en Colombia, la presencia de uniformados estadounidenses, limitada a 300 por el Congreso legislativo en Washington, se acerca ya a 400.

Y esta cifra no incluye los ”contratistas civiles” que, según activistas, participan en las acciones militares. Los últimos soldados que ingresaron en territorio colombiano tienen, supuestamente, la misión de rescatar a contratistas civiles secuestrados por insurgentes de izquierda.

El plan del gobierno de George W. Bush consiste ”en eliminar económica y militarmente a los movimientos sociales e indígenas para obtener sus recursos y territorios”, dijo a IPS el legislador boliviano Evo Morales, segundo candidato más votado en las elecciones presidenciales de su país el año pasado.

El aumento de la presencia militar estadounidense en América Latina es considerada por expertos una renovación de la Doctrina Monroe, dictada en 1823 por el entonces presidente James Monroe (1758-1831).

La Doctrina Monroe reivindicaba a comienzos del siglo XIX el continente americano como esfera de influencia exclusiva de Estados Unidos. Sus lineamientos no pudieron implementarse, debido a la debilidad militar de este país, hasta la guerra con España de 1898.

A través de su Doctrina, el gobierno de Monroe advertía a las potencias europeas que cualquier intervención en los asuntos de América sería considerada por Washington una amenaza a ”la paz y felicidad” de Estados Unidos.

Eso implica que Washington puede intervenir militarmente en otros países América. ”En algún modo, la Doctrina Monroe puede ser interpretada para justificar el imperialismo yanqui en la región”, dijo a IPS el portavoz del Comando Sur de Estados Unidos, Steve Lucas.

América del Sur y Central —con excepción de las islas Malvinas y Georgias del Sur, bajo control de Gran Bretaña— son el área de responsabilidad del Comando Sur.

El programa ”Nuevo Horizonte” consiste en ejercicios ”en toda el área de responsabilidad: América Central, parte del Caribe y América del Sur”, dijo Lucas desde su oficina en Miami. El programa involucra a reservistas estadounidenses y a la Fuerza Aérea, y se concentra en ”acciones cívicas”, explicó.

Estas tareas incluyen ”la construcción de carreteras, escuelas, pozos de agua” y otras obras de infraestructura, agregó Lucas.

Para Morales, en cambio, ”bajo la cubierta de la 'acción cívica', un grupo de militares estadounidenses vinieron a Bolivia, pero no a hacer trabajos sociales sino estudios de inteligencia”.

La investigadora GeorgeAnn Potter, de la Universidad Católica de Bolivia, consideró que ”nadie en América Latina y en el Caribe cree que los programas de acción cívica estadounidenses son más que una intervención”.

”Con la caída del muro de Berlín en 1989, Estados Unidos perdió el pretexto del 'comunismo' para intervenir en América Latina y en el Caribe —fuera de Cuba— y asumió la 'guerra contra las drogas' como excusa para su presencia militar. Luego del 11 de septiembre de 2001, el pretexto fue la 'guerra contra el terrorismo'”, dijo Potter.

El programa ”Tres más Uno” del Departamento de Estado (cancillería) estadounidense se instaló para vigilar ”actividades de financistas de (el islámico Partido de Dios) Hizbolá y de (el Movimiento de Resistencia Islámica) Hamás en la triple frontera” entre Argentina, Brasil y Paraguay, según el coordinador de acciones antiterroristas de la cartera, Cofer Black.

Poco más se conoce del programa. ”Hasta donde yo sé, no hay actividades del ejército estadounidense en la triple frontera, al menos abiertas”, dijo Lucas a IPS.

Pero, según Morales, la guerra contra el terrorismo ”es un mero pretexto inventado por Estados Unidos para intervenir y controlar”. ”No creo que haya una amenaza terrorista allí”, agregó.

Mientras, se establecen más bases militares estadounidenses en la región, algunas de gran porte en Aruba, Curaçao, Ecudor y El Salvador, hasta pequeños centros de vigilancia por radar para ”control del narcotráfico”.

Otras actividades incluyen los ejercicios de entrenamiento conjunto como los programas Cabañas, para los ejércitos, Unitas para las armadas y Aguila para las fuerzas aéreas.

”Si podemos entrenar y equipar a otros países para actuar en beneficio de lo que consideramos los intereses nacionales de Estados Unidos, bueno, ese es nuestro trabajo, por supuesto”, dijo Lucas.

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