El envío de Arabia Saudita de 29,5 millones de barriles de petróleo a Estados Unidos enfrió los precios del crudo este viernes, en una semana de altibajos con valores elevados debido a la guerra que Washington prepara contra Bagdad.
El descenso en las reservas comerciales estadounidenses, bajo el umbral de los 270 millones de barriles de 159 litros a un ritmo diario de un millón de barriles, sostuvo los precios en alza, pero el aprovisionamiento saudita, que estará disponible en mayo, operó como un bálsamo en el mayor mercado consumidor.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de la que Arabia Saudita es el mayor productor, decidió el martes mantener su volumen de producción, pues el mercado está suficientemente abastecido, según su secretario general, el venezolano Alvaro Silva, que atribuyó los altos precios a la situación política mundial.
La OPEP aseguró que activará su capacidad de producción no empleada en la actualidad, de cuatro millones de barriles diarios, si merma o entra en riesgo el abastecimiento petrolero mundial, pero la Agencia Internacional de Energía (AIE), que reúne a países industrializados, calcula que esa reserva es de 1,5 a 2 millones de barriles por jornada.
Los socios de la OPEP son Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Libia, Indonesia, Irán, Iraq, Nigeria, Qatar y Venezuela.
Diez de esos países se reparten mediante cuotas la producción de 24,5 millones de barriles por día, e Iraq extrae otros 2,5 millones diarios en el marco del programa Petróleo por Alimentos, administrado por la Organización de las Naciones Unidas desde 1991.
La oferta de la OPEP cubre 35 por ciento de la demanda mundial, que es 77 millones de barriles por día, pero esa organización sería la única fuente de petróleo adicional si una guerra prolongada en el Golfo desploma los suministros, porque los demás productores trabajan a plena capacidad.
En lo inmediato, los precios se mantienen altos, de 32 a 38 dólares por barril, 10 dólares por encima de la banda que la OPEP considera apropiada para su cesta de siete crudos, seis de sus paíoses miembros y el mexicano Istmo.
Sin embargo, los valores descendieron este viernes, por el informe sobre el envío de crudo saudita y el anuncio de que este domingo se trazará con un bisturí fino la línea entre más diplomacia o guerra para Iraq, cuando el presidente de Estados Unidos, George W. Bush se reúna en las portuguesas islas Azores con los jefes de gobierno de Gran Bretaña y España.
El primer ministro británico Tony Blair y el presidente del gobierno español, José María Aznar, son los principales aliados de Bush en relación con la crisis iraquí.
Este viernes, el precio del barril de crudo Brent, variedad de referencia del mar del Norte, descendió en Londres dólar y medio, o sea 4,7 por ciento, para llegar a 30,27 dólares, pero luego se recuperó y fue 31,68 dólares, con una merma al final de la jornada de apenas 1,28 dólares.
En Nueva York, el precio por barril del crudo dulce ligero de referencia West Texas Intermediate bajó más de 1,40 dólares, o sea 4,8 por ciento, y llegó a 34,60 dólares, pero cerró a 35,40, con una merma de apenas 61 centavos de dólar.
El Ministerio de Energía de Venezuela informó que el precio promedio de la canasta de la OPEP fue 32,18 dólares por barril esta semana, un poco menos que los 32,54 dólares de la semana anterior.
El factor principal en un mercado volátil continúa siendo Iraq, indicó, porque una guerra sacaría rápidamente del mercado millones de barriles y dispararía los valores, pero precios por encima de 40 dólares por barril deprimirían las economías y harían descender la demanda.
Temerosos de matar la gallina de los huevos de oro, los miembros de la OPEP se movilizan para impedir que los precios suban demasiado, y esa es la razón del envío saudita de ocho superbuques cisterna cargados de crudo hacia Estados Unidos, mientras rezamos para que nada le pase a Iraq ni a su capacidad petrolera, según el ministro saudita Ali al-Naimi.
A largo plazo, Iraq podría ser en cambio un gran depresor de los precios, pues es capaz de producir ocho y aún 10 millones de barriles por día, y dar lugar a una nueva era de petróleo mucho más barato, apuntó Fadhil Chalabi, ex secretario general de la OPEP y actual consultor del Centro de Estudios Globales de la Energía, con sede en Londres.
En América Latina, la principal preocupación de Venezuela es cubrir su cuota de 2,82 millones de barriles diarios y compensar con producción adicional las ventas perdidas durante la huelga que hicieron en diciembre y enero los empleados de la petrolera estatal.
Según el ministro Rafael Ramírez, el país ya está muy cerca de volver a cubrir su cuota.
México aspira producir este año 3,5 millones de barriles diarios y exportar 1,8 millones de unidades, 70 por ciento de ellas a Estados Unidos, pero sus expectativas de ingresos se calculan com un precio promedio de 24 dólares por barril, según el secretario de Hacienda mexicano Francisco Gil.
Los grandes consumidores latinoamericanos, como Brasil y Chile, han logrado resistir la presión de los altos precios petroleros sobre su moneda, y no afrontan problemas de acceso a crudo debido a sus fuentes de aprovisionamiento, endógenas en el caso brasileño y muy diversas en el chileno.
En cambio, el temor de una elevada factura petrolera este año pesa sobre las balanzas de pagos de pequeños consumidores como las naciones de América Central y el Caribe.
Los ministros de Economía de América Central se reunirán este lunes en Guatemala para evaluar una propuesta sobre la cuestión a sus proveedores tradicionales, México y Venezuela.
Mediante el Pacto de San José, desde 1980 México y Venezuela se reparten por mitades el suministro de 160.000 barriles diarios de petróleo a una decena de países centroamericanos y caribeños, con financiamiento de hasta 20 por ciento de la factura para proyectos de desarrollo cuando, como en el presente, los precios del crudo superan los 21 dólares el barril.