La invasión de Estados Unidos a Iraq volvió a instalar la incertidumbre en la industria turística del Caribe, justo cuando comenzaba a superarse la crisis provocada por los ataques del 11 de septiembre del 2001 contra Nueva York y Washington.
La esperanza había retornado a fines de 2002, tras más de un año de severas dificultades, a República Dominicana, Puerto Rico y Cuba, entre otras pequeñas islas caribeñas que tienen en el turismo su principal fuente de ingreso.
Si en enero de 2002 llegaron a Cuba 140.000 turistas, en enero pasado la cifra se elevó a 190.000 y la situación se mantuvo favorable hasta ahora, narró a IPS el director de Desarrollo del Ministerio de Turismo de Cuba, Gonzalo Ríos.
Las buenas noticias se mantenían hasta el día 18, cuando la oficial Agencia de Información Nacional reportó el aumento de 20 por ciento en la llegada de visitantes en la primera quincena de este mes, en comparación con igual periodo de 2002.
El incremento porcentual fue similar en República Dominicana, según datos del Banco Central de ese país. En tanto, la ocupación hotelera se mantenía en Puerto Rico el 23 de este mes a más de 80 por ciento de su capacidad.
Pero la guerra contra Iraq tendrá efectos devastadores para el turismo en el área, declaró el día 22 el secretario general de la Organización Caribeña de Turismo, Jean Holder.
El comienzo de los ataques contra Iraq causó de inmediato la disminución del tráfico aéreo, particularmente desde Estados Unidos, que aporta una amplia cuota del total de turistas que llegan al Caribe, explicó Holder en Bridgetown.
El funcionario descartó, además, la posibilidad de un desplazamiento hacia la región de los viajeros que en un principio habían planificado excursiones al Medio Oriente, como sucedió en 1991 cuando se desató la primera guerra del Golfo.
El impacto de una nueva crisis a causa de la invasión de Estados Unidos y Gran Bretaña a Iraq puede ser nefasto para naciones como Santa Lucía y Antigua y Barbuda, donde los ingresos por turismo representan más de 40 por ciento del producto interno bruto, según la Asociación de Estados del Caribe.
Seguridad y tranquilidad son los mensajes comunes a la mayoría de las campañas publicitarias caribeñas, condiciones de orden interno que no atenúan sin embargo el temor de muchas personas a viajar en avión, sobre todo a largas distancias.
Con la guerra vuelve el temor a las represalias contra la aviación, así como la incertidumbre. Cuando el zapato aprieta, no hay viaje de placer que valga, precisó Ríos.
A diferencia de América del Sur o de América Central, por ejemplo, donde se puede impulsar un turismo regional por carretera, a las islas del Caribe sólo se llega por mar o aire. Al final, dependemos del avión, añadió el director de Desarrollo del Ministerio de Turismo de Cuba.
El traslado de turistas estará también condicionado por el comportamiento de los precios del petróleo, cuya actual tendencia a la baja podría revertirse.
Ahora, todo parece depender del tiempo que demore el conflicto bélico en Iraq y de la influencia que ese factor pueda tener en el aplazamiento de las vacaciones de los viajeros procedentes, fundamentalmente, de Estados Unidos, Europa y Asia.
En el caso de Cuba, la guerra no ha tenido un efecto inmediato de gran magnitud o al menos no el mismo impacto del 11 de septiembre, cuando de pronto los hoteles se quedaron vacíos, apuntó un economista cubano.
La versión del especialista fue confirmada esta semana por IPS en hoteles de La Habana y del balneario Varadero, los dos principales polos turísticos cubanos, y también entre trabajadores privados dependientes del turismo.
Al parecer, el arribo de vuelos y la cantidad de pasajeros se mantiene más o menos igual que el mes pasado, incluidos los que llegan desde Estados Unidos, dijo el conductor de un taxi privado que busca sus clientes en el aeropuerto.
Sin embargo, la representante de una institución de cooperación europea reconoció que llegó a La Habana el día 25 de puro milagro. Mi organización suspendió todos los viajes de especialistas hasta nuevo aviso, afirmó.
Un informe preliminar de la Organización Mundial del Turismo (OMT) de balance de 2002 indicó que por primera vez en la historia la cantidad de llegadas turísticas internacionales había alcanzado 715 millones, 3,1 por ciento más que en 2001.
En ese contexto, América fue la única región del mundo que terminó con mermas importantes y, dentro de ella, el turismo hacia las islas del Caribe se deprimió más que en 2001, con una caída de tres por ciento.
Si el conflicto (en Iraq) es breve y limitado no ha de excluirse una reactivación, que podría incluso concretarse ya en el segundo semestre de este año, afirmó el día 20 el secretario general de la OMT, Francesco Frangialli.
En una misiva a los miembros de la OMT, Frangialli reconoció que la anticipación de la guerra ya había producido efectos negativos en el turismo, al suscitar temor, frenar las reservas y retrasar los programas de inversiones.
Sin embargo, Frangialli subrayó su confianza en la capacidad de recuperación del sector. El turismo siempre ha salido de los periodos de turbulencias a los que se ha enfrentado en condiciones mucho mejores que antes de entrar en ellos, aseguró.