IRAQ-SUDAFRICA: Cuarenta nuevos escudos humanos

Cuarenta activistas de Sudáfrica viajarán esta semana a Bagdad como escudos humanos, con la esperanza de que su sola presencia inhiba a Estados Unidos de bombardear la infraestructura civil de la capital de Iraq.

”Quizá piensen que estoy loca, pero creo que una persona puede ayudar a detener una guerra”, dijo Suraya Khan, de 51 años. Khan tiene hijos, al igual que Chris Pitsi, de 32 años. ”Me siento obligada a viajar a Iraq. Si quieres que las cosas cambien, debes hacerlo tú misma”, dijo.

Pitsi admitió estar asustada por su seguridad y porque no verá durante un tiempo a su hijo de cinco años. El dinero no figura entre sus preocupaciones, aunque los 40 escudos humanos deban pagar el viaje de su propio bolsillo.

El coordinador nacional del Comité de Acción para Iraq de Sudáfrica, Abie Dawjee, quien organiza el viaje, indicó que el gobierno de Saddam Hussein suministrará a los activistas alimento y alojamiento. El grupo se apostará en Bagdad.

Estados Unidos tomó deliberadamente como objetivo la infraestructura civil de Iraq en la guerra del Golfo de 1991, lo que causó grandes daños al sistema de generación de energía y de potabilización de agua, a las represas y a los sistemas de riego, aseguró Dawjee.

El activista advirtió que esos ataques constituyeron una violación de las Convenciones de Ginebra, normas internacionales cuya finalidad es proteger a la población civil de los conflictos armados y a los prisioneros de guerra.

Dawjee confía en que la presencia de los escudos humanos, que también actuarán como testigos de los ataques, impedirán que Estados Unidos y sus aliados apunten contra objetivos civiles iraquíes.

Se trata de un ejercicio no militar, agregó. ”Las leyes de Sudáfrica prohíben participar en acciones mercenarias en el extranjero”, recordó.

El gobierno sudafricano ha sido uno de los que más activamente se manifestó en la oposición internacional a la guerra, y respalda los esfuerzos de los activistas, como ya lo hizo con el envío de la ayuda recolectada para la población iraquí, dijo Dawjee.

Por paradoja, el gobierno de Thabo Mbeki también está en la mira de los pacifistas locales porque la empresa estatal de fabricación de armas, Denel, vende equipamiento militar a Gran Bretaña, uno de los países decididos a atacar Iraq.

Entre las armas sudafricanas con que cuentan las fuerzas británicas figuran localizadores láser y componentes de munición.

El régimen sudafricano que hasta 1994 practicó la política de segregación racial contra la mayoría negra conocida como apartheid también vendió piezas de artillería a Iraq hasta la guerra del Golfo de 1991, y esas armas podrían utilizarse en una eventual guerra.

La no gubernamental Coalición Antiguerra, compuesta en su mayoría por organizaciones opositoras a Mbeki, acusó al gobierno de ”hipocresía”. El gobierno replicó que las ventas eran legales y aseguró estar haciendo toda la presión posible contra la guerra en la comunidad internacional.

Un equipo de expertos en desarme fue enviado a Iraq por el gobierno de Mbeki para confirmar la destrucción de los arsenales de destrucción masiva. El informe ya fue terminado, y será mantenido en reserva hasta su entrega esta semana al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Mbeki también envió una carta conjunta con sus pares de Nigeria y Senegal al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para advertirle que una guerra en Iraq desestabilizará el desarrollo de Africa. (

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