IRAQ: Pueblo de Jordania contra ambigüedad del rey

El rechazo del pueblo de Jordania a la guerra contra Iraq es tal que incluso quienes ven con buenos ojos todo lo estadounidense critican la ambigüedad de la monarquía jordana ante el conflicto.

El gobierno se siente obligado a mantener relaciones cordiales con Washington y respalda activamente a las fuerzas de la coalición invasora, aunque Ammán lo niegue. Las autoridades tratan de mantener a la guerra fuera del debate público. ”Por ahora no nos permiten hacer programas con participación de los oyentes, porque la mayoría de ellos comienza a hablar casi de inmediato de la guerra. No es lo que quiere el gobierno”, comentó Yannal Kassay, disc jockey de la popular emisora radial en inglés Amman FM.

Kassay habló a IPS en el café Books, de Ammán, cuya clientela está integrada por jordanos de clase media. Muchos de ellos han vivido en países occidentales y hablan fluidamente inglés.

”La gente está furiosa, y con razón”, señaló Kassay, que vivió algunos años en Estados Unidos y suele tener opiniones favorables a Occidente. Sin embargo, ahora dice que ya no entiende a los estadounidenses.

La guerra en Iraq provocó enormes tensiones internas en Jordania. Como en el resto del mundo árabe, la gran mayoría de la población rechaza la invasión militar de Estados Unidos y Gran Bretaña, iniciada el jueves 20.

Ammán aprendió una lección dolorosa con la guerra del Golfo de 1991, cuando el rey Hussein fue uno de los pocos líderes que apoyó a Iraq. Jordania pagó un alto precio en términos económicos, diplomáticos e incluso sociales, ya que recibió a decenas de miles de refugiados palestinos.

El hijo del difunto rey Hussein, Abdulá II, trata de mantener un rumbo que le evite problemas con Estados Unidos y los países del Golfo, sin provocar la ira de su propio pueblo.

Mustafá Hamarneh, director del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad Jordana, de Ammán, dijo que el gobierno intenta encubrir su participación en la guerra. Hamarneh es íntimo amigo del ministro de Relaciones Exteriores, Marwan Muasher.

”Marwan me dijo que cuando se dice que hay decenas de miles de fuerzas especiales de Estados Unidos basadas en Jordania se cae en el error. Esa es su forma de decir que son miles, y no decenas de miles”, aseguró Hamarneh.

Jordania no tiene otra opción, según Hamarneh. El reino necesita los mil millones de dólares de ayuda que recibe todos los años de Estados Unidos.

Hamarneh concuerda en que Saddam Hussein debe ser depuesto, pero agrega que las fuerzas invasoras provocaron un antagonismo innecesario en Medio Oriente.

Estados Unidos y Gran Bretaña, ”al ir por su cuenta, unilateralmente y sin siquiera haber reclutado a la oposición iraquí, parecen fuerzas coloniales”, opinó Hamarneh. Además, la resistencia iraquí hace que el régimen de Saddam Hussein parezca heroico.

”La población aquí considera que los iraquíes resisten con éxito a las fuerzas occidentales. Eso hace que el régimen (iraquí) sea más popular en Jordania que antes. La gente está orgullosa de él”, sostuvo.

Iraq intenta aprovechar el sentimiento popular contra Estados Unidos para presionar por el cambio de la posición oficial jordana. Los iraquíes también cuentan con el rechazo a la guerra de la mayoría de los políticos e intelectuales jordanos.

Layth Shubaylat, un dirigente opositor que estuvo encarcelado por su resistencia al tratado de paz firmado en 1994 con Israel, ahora defiende la oposición política contra la ambigüedad del gobierno. ”La posición del gobierno es muy débil. Se niega a condenar esta guerra colonialista como debe”, exclamó Shubaylat.

Shubaylat está preparando una carta que será firmada por ex primeros ministros, intelectuales y dirigentes tribales instando al gobierno a tomar una posición más dura contra la guerra. Las declaraciones oficiales señalando que Jordania hace todo lo posible para detener el conflicto no bastan, afirmó.

Pero aunque la ira popular contra la invasión encabezada por Estados Unidos es real, no muchos jordanos parecen listos para enfrentar a su gobierno abiertamente.

Menos de mil personas marcharon contra la guerra el viernes tras las habituales oraciones musulmanas en la mezquita Al Hussein, en el centro de Ammán. Los manifestantes entonaban los habituales ”Muerte a Estados Unidos” y ”Saddam, bombardea Tel Aviv”, pero sin mucho entusiasmo.

No hubo cánticos contra el gobierno, y la policía dispersó a la multitud en media hora.

Los clientes de clase media del café Books creen saber por qué la gente no se enoja con el gobierno, a pesar de su ambigüedad frente a la guerra.

El gobierno ”no tiene otra opción, tiene que seguir la postura estadounidense porque Estados Unidos es un país grande y nosotros somos débiles”, expresó Shaker Nasser, un estudiante de arquitectura de 23 años.

Pero Nasser y otros en el café temen que el sentimiento antioccidental se agrave en Jordania y que provoque ataques contra extranjeros. Hay muchas personas que se sienten impotentes en esta situación, consideró.

”En la universidad ya fui a dos manifestaciones contra la guerra”, declaró Nasser. ”Sé que es inútil, que no cambiará nada, pero siento que tengo que protestar contra esta guerra injusta”. (

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