Los medios de comunicación de América Latina abrieron inéditos espacios para informar por su cuenta sobre la guerra en Iraq, pero lo que penetra al grueso del público es la cobertura procedente del Norte, que, según expertos, tiene un claro sesgo en favor de Estados Unidos.
En Iraq, donde las fuerzas militares de Estados Unidos y de sus aliados iniciaron los ataques el jueves, se encuentran hoy reporteros de los mexicanos consorcio Televisa y del diario El Universal, de los periódicos Clarín, de Argentina, y Folha de Sao Paulo, de Brasil, y de Televisión Nacional de Chile.
También hay otras empresas de televisión, prensa y radio de los mismos países que enviaron personal a zonas vecinas de Iraq.
A esos lugares llegaron, además, enviados de la cadena de televisión Noticias Repretel, de Costa Rica, así como de la guatemalteca Guatevisión, un canal de cable que debido a la guerra adelantó la fecha para iniciar sus emisiones, prevista originalmente para el 24 de este mes.
Este contingente constituye el mayor número de periodistas latinoamericanos jamás enviado a una cobertura de guerra en otro continente.
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Sin embargo, esa cantidad es pequeña frente a la presencia de sus colegas del Norte, que superan los 600, así como son limitadas sus posibilidades de acceso a fuentes oficiales.
Además, los periodistas latinoamericanos, al menos en algunos casos, están en desventaja en cuanto al uso de tecnología de comunicaciones y preparación para cubrir conflictos bélicos. Son pocos los entrenados para ese tipo de tareas y con seguro de vida expedido para tal fin, como sí ocurre con brasileños y chilenos.
Uno de los enviados sin entrenamiento ni seguro de vida especial es J. Jaime Hernández, el representante del diario El Universal, de México.
”Aunque América Latina ha hecho su esfuerzo, los medios de Estados Unidos, que hoy guardan sentimientos de venganza y revancha hacia el mundo árabe, son la ventana por la que el Sur mira esta guerra”, dijo a IPS Carlos Estela, experto en medios de comunicación y profesor de la materia en universidades de México.
Los sentimientos de venganza y revancha a los que alude Estela tienen origen en los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono (sede del Departamento de Defensa) en Washington, explicó.
Los medios de comunicación latinoamericanos al informar sobre la guerra y casi sin excepción, incluidos los pocos que destacaron personal al Golfo, dan uso preponderante a los servicios de las grandes cadenas noticiosas de Estados Unidos, que transmiten en vivo desde la zona.
No obstante, cada uno de los medios y en diferente grado, suman análisis propios con mapas y la opinión de observadores locales, que en algunos de los casos se rodean de llamativa parafernalia, como en Chile, donde los militares que comentan en televisión sobre movimientos de tropas visten trajes de campaña.
La población latinoamericana se informa de la guerra a través de los 1.147 diarios que existen en la región y que tienen un tiraje que supera los 30 millones de ejemplares por día, según datos del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina, con sede en Ecuador.
También lo hacen, y de forma preponderante, por docenas de emisoras de radio y canales de televisión abierta y por cable, que en la mayoría de los países cuentan con un grado de penetración de más de 80 por ciento.
También apelan a la red mundial de computadoras, que cuenta en la región con alrededor de 17 millones de usuarios, pero cuya penetración es aún limitada.
”Es difícil sostener que la información que llega del Norte sobre la guerra y que es la que más se consume no tiene una inclinación a favor de Estados Unidos”, comentó a IPS Ignacio Rodríguez, coordinador Editorial del diario el Universal de México, el de mayor tirada en este país.
Con esa opinión coincidió Homero Fernández, jefe de Operaciones Internacionales del diario Reforma de México. ”En estos conflictos, los medios grandes (de Estados Unidos) son los que llevan la pauta, aunque hay que reconocer que en la actual guerra hay medios europeos que dan visiones críticas”, expresó.
Fernández atribuyó la mayor independencia y criticidad de los medios europeos a la división que existe en ese continente respecto de la guerra y, en ciertos casos, al abierto rechazo a los ataques militares de Estados Unidos y sus aliados contra Iraq.
Por su parte, Olga Dragino, profesora de periodismo de la Universidad Central de Venezuela e integrante del Observatorio Internacional de Medios, indicó que en el caso de la guerra en Iraq los medios latinoamericanos tienen el deber ”de analizar más y profundizar en la noticia”.
Se tiene que trabajar ”en la dirección de impedir que se instale la guerra con patente de corso, como forma de hacer política internacional”, declaró Dragino a IPS en Caracas.
En esa línea recomendada por la experta es donde se destaca en América Latina el caso de la brasileña TV Globo, que parece seguir la posición oficial del gobierno de su país, crítico de Washington por haber declarado la guerra a Iraq al margen de la Organización de las Naciones Unidas.
TV Globo da importancia preponderante a las voces críticas contra Estados Unidos.
En cambio, en la mayoría de los países de la región la búsqueda de fuentes alternativas a las del Norte es limitada.
Por ejemplo, la cadena de televisión árabe Al Jazeera, que brinda una información alternativa, llega a contados puntos de América latina, entre ellos Cuba, donde los medios la usan para equilibrar la información sobre la guerra que viene de las cadenas y agencias de televisión y prensa de Estados Unidos.
Pero la mayoría de los cubanos no pueden acceder a diferentes visiones y reportes de la guerra que no sean las que su gobierno define, pues en ese país la prensa es toda de carácter estatal.
Los pocos periodistas latinoamericanos presentes en el frente de batalla afrontan los rigores de una cobertura difícil, en la que compiten contra los grandes recursos y el numeroso personal de los medios del Norte industrializado. Además, chocan con las barreras informativas que imponen tanto Washington como Bagdad.
El gobierno estadounidense de George W. Bush divulgó un reglamento antes de iniciar el ataque contra Iraq, en el cual pretende especificar las informaciones cuya difusión estaría prohibida y las que sí estarían autorizadas durante la guerra.
Por su parte, Bagdad impuso cercos informativos y hasta detuvo a algunos periodistas y expulsó del país a otros.
Las normas de Washington son ”extremadamente nebulosas”, señaló el grupo no gubernamental Reporteros sin Fronteras en un comunicado.
El grupo se declaró preocupado por artículos de ese reglamento, en el cual se establece que los mandos de unidades militares podrán imponer un ”embargo” preventivo de las informaciones que puedan atentar contra ”la seguridad de las operaciones”.
Además, consideró que otras disposiciones relativas a la prohibición de fotografiar o mostrar los rostros de los prisioneros de guerra y de los soldados muertos en el frente atentan contra el derecho a informar. Es el periodista, y ”no el ejército norteamericano quien debe juzgar”, precisó el grupo.
Reporteros sin Fronteras manifestó también estar preocupada por las condiciones de trabajo de los periodistas no incorporados al entrenamiento y a las autorizaciones de Washington para cubrir la guerra, pues el gobierno de Estados Unidos no le otorga ninguna garantía.
En ese caso estarían todos los periodistas de América Latina.