No podemos hacer de cuenta que no sucede nada mientras las bombas caen sobre Bagdad. Lo dijo la alianza de organizaciones civiles estadounidenses No en Nuestro Nombre, una entre muchas que preparan una protesta mundial para el día siguiente al inicio de la guerra en Iraq.
Activistas de todo el planeta coordinan actividades – – como vigilias con candelas en las ciudades, actos y marchas desde escuelas y fábricas – – para las jornadas siguientes al inicio del ataque encabezado por Estados Unidos.
Muchos de los que vivíamos a la sombra de lo que fue el World Trade Center de Nueva York creemos que el presidente George W. Bush está equivocado cuando dice que librará esta guerra para protegernos, dijo a IPS el activista Bill Dobbs, portavoz de la organización estadounidense Unidos por la Paz y la Justicia.
Las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York fueron derribadas el 11 de septiembre de 2001, en un atentado simultáneo al cometido contra la sede del Departamento (ministerio) de Defensa en Washington. Entre ambas operaciones murieron 3.000 personas.
El gobierno de Bush atribuye los ataques a radicales islámicos que, asegura, están vinculados con el régimen que lidera en Iraq el presidente Saddam Hussein.
Los actos en Nueva York están previstos para las cinco de la tarde (hora local) del día siguiente al inicio del ataque, en la zona de Times Square, en el centro de la ciudad.
En Gran Bretaña, país que participa en el ataque encabezado por Estados Unidos, la consigna es detener el trabajo, detener las universidades y detener las escuelas y concentrarse frente al Parlamento en Londres o en el centro del resto de las ciudades.
También habrá actos en toda Australia, otro país de la coalición agresora.
Asimismo, habrá actos en Canadá, Noruega y Nueva Zelanda, entre otros muchos países. El público se opone apasionadamente a la guerra, y necesita compartir sus sentimientos con otras personas, dijo el organizador de la campaña de la Alianza Canadiense por la Paz canadiense, Josh Matlow.
Todos esperan que crezca la oposición pública, como vimos en la guerra de Vietnam y en la de Somalia, hasta que influya sobre los gobiernos para que detengan la guerra, agregó Matlow.
El diario neoyorquino The New York Times sostuvo en un editorial luego de los actos antibélicos celebrados del 15 de febrero en todo el mundo: Aún quedan dos superpotencias en el planeta: Estados Unidos y la opinión pública mundial.
Decir que la gran mayoría del público estadounidense apoya la guerra contra Iraq es una mentira flagrante del gobierno de Bush, dijo el activista Brad Simpson, de la Liga de Resistencia a la Guerra.
Aun los aliados que Estados Unidos asegura tener participarán en los operativos contra Iraq contra la opinión pública de sus países, como ocurre en Australia, España, Gran Bretaña, Italia y Turquía, dijo Simpson.
La mayoría de los gobiernos tiene razones cínicas para hacerlo, como necesidades políticas, económicas y miltiares, agregó.
Matlow afirmó que las últimas protestas contra la paz pudieron haber convencido al gobierno de Jean Chrétien de mantenerse al margen de un ataque estadoundense.