Los militares de Turquía, que constituyen uno de los principales factores de poder político del país, ya colaboran con las fuerzas de Estados Unidos que se aprestan a invadir Iraq, a pesar de la negativa del parlamento a prestar su territorio a esas tropas.
El involucramiento de las Fuerzas Armadas de Turquía en la guerra que planifica Washington contra el régimen de Saddam Hussein es inevitable, a pesar de que el parlamento se negó a ofrecer territorio turco como base para la invasión a Iraq, según el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Hilmi Ozkok.
Por desgracia, debemos elegir entre lo malo y lo peor, no entre lo bueno y lo malo. Si pudiéramos permanecer por completo aislados de la guerra, tendríamos las mismas pérdidas que tendeemos su bis involucramos en forma directa, dijo Ozkok.
Luego de estas declaraciones, Estados Unidos hizo una gran movilización de tropas hacia los puertos turcos de Iskenderum y Mersin, sobre el mar Mediterráneo, y hacia las localidades de Silopi y Mardin, cerca de la frontera con Iraq.
La actitud de los militares turcos es una abierta oposición a la decisión del parlamento la semana pasada, cuando rechazó la solicitud del Poder Ejecutivo de permitir el ingreso de soldados estadounidenses, señaló el activista Yavuz Onen, de la Fundación de Derechos Humanos.
A la propuesta gubernamental de permitir el ingreso de más de 62.000 soldados estadounidenses le faltaron en el parlamento tres votos para alcanzar la mayoría de 267 votos en 555 requerida por la Constitución, pese a que obtuvo 13 votos más que la moción de rechazo.
En términos legales, Turquía está siendo ocupada por Estados Unidos, porque su presencia militar está fuera de cualquier ley turca, explicó Onen a IPS.
A pesar de la resolución del parlamento, las fuerzas de Estados Unidos arrendaron por un año un territorio en la sudoriental localidad de Mardin. Ahora, el gobierno turco deberá presentar otra moción para legalizar esta situación de hecho, añadió.
El alcalde de la meridional ciudad de Diyarbakir, Sefik Turk, se está resistiendo a la presión estadounidense.
Dicen que vamos a afrontar una crisis financiera sin los estadounidenses. Pero hemos vivido en crisis por una década y ya estamos acostumbrados. Prefiero la crisis que el derramamiento de sangre, dijo Turk.
Mehmet Mumcuodlu, propietario de una tienda de zapatos de esa localidad, dice que el miedo de la guerra ya lo ha afectado. No he podido vender un par de zapatos en una semana. El rumor de la guerra nos ha acabado. Imagina lo que va a pasar cuando empiece, dijo a IPS.
En la raíz de la actitud de los militares turcos están los temores de perder influencia en un conflicto en Iraq tras el cual las guerrillas kurdas, contra las que luchan desde hace 15 años, podrían establecer un estado independiente.
Turquía está más interesado en preservar la integridad territorial de Iraq que en el destino del régimen de Saddam Hussein, dijo el primer ministro turco Bulent Ecevit a líderes estadounidenses en una visita a Washington el año pasado.
Además, Ankara teme que la creación del nuevo estado motive el desplazamiento de los 12 millones de kurdos turcos. La población total de Turquía es de 68 millones de habitantes.
La etnia kurda se dispersó en cuatro países luego del colapso del Imperio Otomano a comienzos del siglo XX. Dos millones de kurdos viven en Iraq, un millón en Irán y otro millón en Siria. Se trata de la etnia más populosa del mundo sin un estado propio.
La posición de Ozkok está lejos del deseo popular. Viendo las pérdidas en los 15 años de conflicto en el sudeste de Turquía, estamos en contra de cualquier intervención militar, dijo Hary Ates, secretario del Partido Popular por la Democracia, de raíces kurdas.
Pero la intervención turca en el norte de Iraq nunca cesó en forma definitiva, y las tropas de Ankara con frecuencia hacen operaciones en la frontera, dijo a IPS el analista político Umit Firat.
Turquía teme que el reemplazo de Saddam Hussein por un gobierno democrático pueda darle más libertad a los kurdos, añadió el experto.
Al parecer Ankara estudia un plan para el norte de Iraq en caso de que llegue a su fin la era de Saddam Hussein, por el cual la población turca también participaría de la administración del nuevo estado, preservando así la influencia de Turquía en la zona.
Pero Firat dijo que Ankara comete un error al jugar esa carta, porque el plan sólo desencadenaría un conflicto entre kurdos y turcos iraquíes, que han convivido en la zona por décadas.
Mientras, la organización internacional Human Rights Watch expresó preocupación por la intervención turca en el norte de Iraq.
La actitud de los militares turcos al combatir los rebeldes kurdos despierta temores sobre lo que podría pasar en caso de que intervengan en Iraq luego de una guerra, señaló la organización en un comunicado.
Si las operaciones turcas en el norte de Iraq tienen algo parecido a las realizadas en el pasado en el sudeste de Turquía, debemos esperar un gran desastre humanitario, dijo la directora ejecutiva de la division Europa y Asia Central de Human Rights Watch, Elizabeth Andersen.
Lo mejor para impedir que esto vuelva a repetirse es mantener a los antiguos abusadores fuera del norte iraquí, y garantizar que organizaciones civiles sigan de cerca la conducta de los militares, añadió. (